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jueves, 13 de diciembre de 2012

Cancún: el monstruo turístico que emergió de la nada


Si a cualquiera que hubiera visitado hace apenas unas décadas el área selvática y de playas vírgenes que acogía una diminuta villa de pescadores denominada Cancún, le hubieran dicho que sólo unos años después dicho lugar se iba a convertir en uno de los referentes turísticos de México y de toda América Latina, sin duda habría tratado a su interlocutor de poco menos que de demente.


Cancún en 1970

Y es que la transformación que ha experimentado este pedazo de tierra del sureste mexicano desde mediados de los años 70 hasta la fecha ha sido espectacular, contando a día de hoy con una explosión urbanística sin precedentes en Mexíco que ha llevado a la zona a la muchas de las mayores cadenas hoteleras del mundo y en la que residen ya más de 600.000 personas regularmente.


Cancún en la actualidad

Sin embargo, nosotros, como ya relatábamos anteriormente, elegimos para quedarnos la cercana Playa del Carmen, una localidad que si bien también es un polo turístico importantísimo de la península del Yucatán, comparada con Cancún es mucho más tranquila.

Al no poder acceder a ningún hotel, nos tuvimos que conformar con acceder a las playas públicas, todas con su arena blanquísima y aguas turquesas que no desmerecían en absoluto a las de Playa o la también próxima Tulum.





Y por nuestra parte, además de disfrutar de dichas playas, que tampoco es poco decir, la verdad es que no podemos contar que hiciéramos mucho más en Cancún.

Tras pasar por Playa del Carmen a recoger nuestras cosas, a la mañana siguiente volvimos a la ciudad, pero esta vez tan sólo para visitar su aeropuerto que habría de llevarnos a la última etapa de nuestro viaje: la hermosísima isla de Cuba.


Un dato curioso y que merece la pena comentar es que en Cancún pudimos conseguir un visado de turista para visitar Cuba sin tener que hacer prácticamente ninguno de los engorrosos trámites que hay que cumplir para visitarla desde otros lugares. Allí simplemente tuvimos que mostrar nuestro billete a la isla y nuestro pasaporte para que nos dejaran volar en el modesto avión de Cubana de Aviación que en poco más de lo que dura un verbo cruzó el pedazo de mar Caribe que separa México de Cuba…

miércoles, 24 de octubre de 2012

Playa del Carmen: la hermosísima "villa de pescadores"

En el corazón de la Riviera Maya, a unos 60 kilómetros de Cancún y enfrentada a la mítica isla de Cozumel, que se puede divisar con toda claridad desde su litoral, llegamos a Playa del Carmen, una localidad que hace apenas unas décadas no pasaba de ser una agradable villa de pescadores pero que hoy se ha convertido en uno de los focos turísticos más importantes  de todo México.


Playa, como es comúnmente conocida por los lugareños, se presenta como la alternativa ideal para aquellos que quieren disfrutar de las playas y la diversión que ofrece esa parte del Caribe mexicano, pero que para conseguirlo no están dispuestos a encerarse en los típicos resorts con todo incluido de la vecina y archiconocida Cancún.



La ciudad en sí es muy agradable y funcional, pero histórica y arquitectónicamente, lo cierto es que no tiene demasiado encanto, si bien es cierto que aquel que llega a la misma buscando darse un baño de historia, difícilmente quedará decepcionado pues apenas a una hora de distancia en coche se encuentra el imponente sitio arqueológicode Tulum. En todo caso Playa cumple perfectamente la función para la que fue concebida y en sus calles, repletas de turistas de todas partes del mundo, la oferta gastronómica y de ocio es infinita.





No obstante, si hay algo de lo que Playa puede presumir es de sus hermosas playas de arena blanca y de ese mar color verde zafiro tan característico del Caribe por estas latitudes y, aunque las mismas están tan copadas de turistas como las de Cancún, la verdad es que, al menos para nosotros, el hecho de que todas ellas fueran públicas, sin ese sello de exclusividad que tiene su vecina, hizo que consideráramos todo un acierto el utilizarla como “base de operaciones” para explorar la zona.




sábado, 4 de agosto de 2007

Pura Vida II:San José, Quepos y Parque natural Manuel Antonio.

El viaje a San José fue, como no podía ser de otra forma, bastante duro. La lancha que había de sacarnos de Tortuguero partía a las 6 de la mañana así que poco después de las 5 ya estabamos en pie que con la paliza que nos habíamos dado el día antes no era poca cosa.

Tras cambiar varias veces de autobús a eso de las 14 de la tarde hacíamos nuestra entrada en la capital costarricense, la cual nos recibió con una monumental tromba de agua.

El cansancio y el mal tiempo hicieron que no salieramos en toda la tarde del hostal en el que nos alojamos aunque lo cierto es que en San José tampoco había mucho para visitar. La ciudad en si no tiene nada que merezca reseñar y de todas las capitales que habíamos visitado hasta la fecha era la menos interesante con diferencia por lo que decidimos que al día siguiente ibamos a poner rumbo a Quepos, ciudad junto a la que se encuentra uno de los parques naturales más visitados de toda Costa Rica.

Con esa idea nos fuimos a dormir y como el dia siguiente amaneció igual de feo que el anterior no encontramos motivos para cambiar de opinión por lo que tras una breve visita a San José de la cual lo más reseñable fue ver el Teatro Nacional ...

... ya estabamos de vuelta en el interior de un bus que nos llevó sin mayor sobresalto a la ciudada de Quepos en la costa pacífica de Costa Rica.

Lo primero que hicimos para no variar fue ir a buscar un lugar donde quedarnos, y acabamos parando en el Hotel Ramus, uno bastante bonito en pleno centro de la localidad y en el que nos hizo mucha gracia el spanglish con el que nos decían que no tiraramos papeles al inodoro.

Quepos tampoco es que fuera nada del otro mundo aunque el hecho de estar en la costa ya le daba más encanto que San José, así que después de pasear un poquito por sus calles decidimos irnos a descansar con la idea de ir a visitar el famoso parque natural del que tanto nos habían hablado.

Manuel Antonio como ya he dicho es uno de los lugares más turísticos de toda Costa Rica por lo que mucho de los mochileros hacen caso omiso de aquel refran castellano que dice "algo tendrá el agua cuando la bendicen" y evitan ir a conocerlo más que nada por no encontrarse con las hordas de turistas que lo frecuentan. Esa fue la razón por la que Raul decidió separarse de nosotros en San José aunque de antemano ya os decimos que la visita a Manuel Antonio a nosotros personalmente nos encantó.

Además de el más visitado, Manuel Antonio también es uno de los más pequeños parques de centroamérica por lo que en un día a tiempo más que de sobra para visitarlo y de paso relajarse un poco en alguna de las espectaculares playas que hay en el interior del mismo, en las cuales por cierto habitan cientos de cangrejos ermitaños que resultaron ser el primer contacto que tuvimos con la fauna del lugar.

Después enseguida vimos a montones de iguanas en su habitat natural mimetizandose con el paisaje ...

... y por supuesto a decenas de monos enmascarados, los cuales están tan acostumbrados a los turistas que se acercan a los mismos muchísimo más que en cualquier otro lugar de los que luego visitaríamos (de hecho había que estar bastante atentos a las pertenencias de cada uno pq sino corrías el riesgo de que estos graciosos macacos se las llevaran)

Aunque sin duda alguna el animal que más nos gustó a los dos fueron los osos perezosos a los cuales tuvimos la gran suerte de podernos acercar muchísimo.

El oso perezoso hace honor a su nombre gastando las menores energías posibles por lo que sus movimientos son como a cámara lenta y a lo largo del día sól avanza unos pocos de metros. Además siempre están en las copas de los árboles excepto una vez a la semana que bajan para hacer en la superficie sus necesidades así que ya os podeis imaginar que en las fotos que vais a ver a continuación cazamos al pobre perezoso mientras estaba en medio de una poco honrrosa actividad para ser fotografiado.

Pero no sólo animales es de lo que se puede disfrutar en Manuel Antonio. Los senderos que atraviesan el parque son una delicia para los amantes de la vegetación y alguno de ellos dan a parar a sitios tan espectaculares como la cascada de las fotos de más abajo ...

... y por supuesto, tras varias horas caminando, que mejor que disfrutar un poquito de alguna de las hermosas playas del parque que como ya os hemos comentado antes resultaron ser excelentes:

Y así, rodeados de monos y osos perezosos concluímos nuestra visita al parque aunque mientras esperabamos al autobús y ya fuera de Manuel Antonio todavía tuvimos tiempo para hacer algunas fotos a las playas del exterior, que no por ello resultaron ser menos hermosas:

Así que con poco más que un ratito para ver el mercado de artesanías que había al lado del parque casi enseguida llego el autobús que nos había de llevar de vuelta a Quepos donde teníamos que descansar pues a la mañana siguiente tempranos salíamos a otro lugar a continuar con nuestras aventuras y desventuras.

miércoles, 4 de julio de 2007

El paraíso está en el caribe panameño: Bocas del Toro

Con Bocas del Toro nos llevamos la sorpresa más agradable de lo que llevabamos de viaje pues era un lugar del que antes de llegar a Panamá no habíamos oido ni tan siquiera nombrar en nuestra vida y resultó ser lo más parecido al jardín del Edén que nos hemos encontrado.

El lugar donde nos alojamos, la isla principal del archipiélago, en si no era tan hermoso, pero es el elegido por la mayoría de los turistas como base de operaciones y a muy poca distancia tiene un montón de playas de arena blanca y aguas absolutamente calidas y transparentes (estás metido hasta el cuello y te ves perfectamente los pies).

Podríamos estar hablando sobre las bondades de Bocas durante mucho tiempo y probablemente no alcanzaríamos a hacerle si quiera un poco de justicia pues la belleza que allí encontramos es indescriptible. No obstante nuevamente la fotografía sale en nuestra ayuda pq para todo aquel que quiera saber lo que es realmente Bocas, no podemos si no decir que:

Tanto nos gustó este lugar que acabamos quedandonos 10 días descansando, disfrutando de sus playas y ... Aprendiendo a bucear!!!!!

Pero vamos por partes. El día que llegamos preguntamos por una playa cercana que estuviera bien y nos recomendaron que cruzaramos a la isla de Bastimentos situadas a escasos 5 minutos en lancha de Bocas. Así lo hicimos y desde el bote-taxi que nos llevó pudimos hacer unas fotillos bastante buenas de la isla de Bocas:

Ya en Bastimentos nos dirigimos directamente a la playa de Wizard que si bien no es ni con mucho la más bella de las que nos encontramos por estos parajes, fue una excelente piedra de toque para empezar a tomarle el pulso al Caribe:

Y de Bastimentos salimos como habíamos llegado: en una lanchita que en un agradable y corto paseo nos llevó de vuelta a Bocas del Toro:

Ya antes de ir a Bastimentos, habíamos arreglado todo para hacer algo que la verdad es que a mi ni se me había pasado por la cabeza pero que como Vivu lo iba a hacer si o si yo me acabe apuntando y la verdad es que aunque me trajo algunos problemillas a posteriori no me arrepiento en absoluto: Nos apuntamos a un curso para aprender a bucear con bombona de oxígeno, que además nos salió baratísimo (135 dolares por barba con todo el material didactico, las inmersiones en aguas confinadas y 4 buceos incluidos), así que a la mañana siguiente bien temprano ya estabamos listos para empezar a tomar nuestras primeras clases:

Tras un varias horas de rollo teórico y después de ver un par de videos ya estabamos listos para bucear ...

... ese primer día aprendimos los conceptos básicos en una especie de piscina improvisada en pleno mar caribe al lado del lugar donde dabamos las clases teóricas y casi sin darnos cuenta nos metieron en una lancha y nos llevaron varias millas mar adentro para que hicieramos nuestro primer buceo en aguas abiertas.

Lamentablemente yo salí con un dolor de oidos muy fuerte de ese primer buceo y como no se me iba fuimos al centro de salud de la isla donde el médico me dijo que tenía una infección (que ya estaba antes de que yo buceara sólo que al sumergirme había hecho que mi oido se irritara muchísimo) y que no era aconsejable que buceara en los próximos días.

No obstante esa noche preparamos toda la teoría para los test que teníamos que pasar al día siguiente ...

... que eso si que fue algo que ninguno de los dos nos esperabamos, tener que ponernos a estudiar en medio del viaje jeje.

Al día siguiente arreglamos con el sitio de buceo para que yo terminara la teoría con Vivu y el otro chico que hacía con nosotros el curso y quedamos en que la práctica la haría 3 o 4 días más tarde.

Así que tras concluir los test y las clases teóricas, Vivu se volvió a enfundar el traje de buceadora ...

... Y yo me fui a conocer la playa de Boca del Drago situada a una hora en autobús del lugar en el que estabamos haciendo el curso, justo en el otro extremo de la isla.

Como podeis ver esta playa es absolutamente increible y como además estabamos en temporada baja pude disfrutarla practicamente en exclusividad:

Al día siguiente volvimos a repetir la película. Acabamos con toda la teoría restante y luego Vivu se fue a bucear y yo me fui a dormir pq estaba realmente cansado. Cuando a eso de las 15 terminó con el buceo nos alquilamos unas bicis y nos fuimos a ver unas cuevas cercanas en las que se podían ver literalmente centenares de murciélagos que a las horas que nosotros llegamos dormían placidamente:

Los días pasaban y tras hacer una nueva visita al médico que me dijo que la infección ya se había ido aunque el oido seguía estando bastante irritado, llego mi turno de bucear y Vivu de irse a ver playas y cosas así. ¿Que como luzco yo con los cacharros de buceo?. Pues más o menos así:

Así que durante un par de días estuve sumergiéndome por esas aguas de dios disfrutando del impresionante mundo submarino. Al que no haya buceado nunca se lo recomendamos absolutamente pues es como entrar en otra dimensión. Además si el lugar en el que buceas es el mar caribe con sus impresionantes barreras de coral y su enorme fauna marina mejor que mejor.

Como resultado de todo esto salimos con una acreditación que nos habilita para bucear en cualquier lugar del mundo en una profundidad de hasta 18 metros (que para mi era más que suficiente pero a Vivu le parecía muy poco y luego en Honduras haría algo para solucionarlo pero eso es otra historia ...)

Ya los dos convertidos en todos unos buceadores, decidimos que los próximos dos días los ibamos a emplear en hacer excursiones a las islas cercanas de las que nos habían hablado maravillas, así que empezamos por hacer un tour en el que lo primero que hicimos fue a ver delfines a una bahia cercana:

Si os fijais bien en la foto de arriba se aprecia perfectamente un delfín. Además en esta excursión fuimos a hacer snorquel a un lugar hermosísimo llamado cayo coral aunque más tarde los dos coincidimos en que teniendo el buceo tan reciente lo del snorquel sabía a bastante poco.

En el propio Cayo Coral almorzamos en un lugar de ensueño con esas hermosas aguas transparentes:

En esta excursión conocimos a Azul, una fotografa profesional de Buenos Aires que si os fijais un poco en la foto de abajo seguro que os dais cuenta de que guardaba un pequeño secreto:

Efectivamente, aunque a Vivu le costó un poco darse cuenta, Azul resultó ser un tio como la copa de un pino (uno bastante impresentable por cierto, pues después de comprometerse con nosotros y el dueño de la lancha, para hacer una excursión al día siguiente, por la mañana temprano vino a decirnos que no venía pq se lo había pensado y que no venía)

Bueno, la playa en la que están Azul y Vivu se llamaba Red Frog y era una de las más turísticas y de las más divertidas (por las olas) que había por aquellos lugares, con un montón de gente haciendo deporte y disfrutando de sus encantos:

A la mañana siguiente, la baja de Azul fue suplida por otras personas que había en el embarcadero y nos fuimos a visitar lo que se conoce como cayo Zapatillas, que son dos islas situadas a unos 50 minutos en lancha de Bocas y de las que acabamos absolutamente enamorados:

Todo era perfecto en estas islas, que de hecho eran un parque natural protegido. La arena, el agua con magníficos colores turquesas y verdes y una temperatura ideal, hicieron que pasaramos un día relajadísimo, disfrutando de la paz y la tranquilidad del lugar que estaba practicamente desierto.

Todas las fotos de arriba son de la isla más grande de las dos que componen cayo Zapatillas. Después nos iríamos a hacer snorquel a la más pequeña de las dos que resulto ser, aunque parecía imposible aun más hermosa que la primera:

Lamentablemente, aunque las fotos parezcan decir lo contrario, el día no era el más lindo del mundo así que el patrón de la lancha puso apresuradamente fin a nuestra excursión ya que amenazaba con caer una buena tormenta (como de hecho nos cayó en el camino de vuelta) y así nos fuimos de cayo Zapatillas con la sensación de dejar atrás uno de los lugares más hermosos que una persona puede visitar, al menos por estos lugares.

Ya de vuelta en Bocas lo preparamos todo, ya que con todo el dolor de nuestro corazón al día siguiente le ibamos a decir adiós no sólo a Boca sino también a Panamá pues teníamos intención de cruzar la frontera de este país con Costa Rica.