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miércoles, 4 de julio de 2007

El paraíso está en el caribe panameño: Bocas del Toro

Con Bocas del Toro nos llevamos la sorpresa más agradable de lo que llevabamos de viaje pues era un lugar del que antes de llegar a Panamá no habíamos oido ni tan siquiera nombrar en nuestra vida y resultó ser lo más parecido al jardín del Edén que nos hemos encontrado.

El lugar donde nos alojamos, la isla principal del archipiélago, en si no era tan hermoso, pero es el elegido por la mayoría de los turistas como base de operaciones y a muy poca distancia tiene un montón de playas de arena blanca y aguas absolutamente calidas y transparentes (estás metido hasta el cuello y te ves perfectamente los pies).

Podríamos estar hablando sobre las bondades de Bocas durante mucho tiempo y probablemente no alcanzaríamos a hacerle si quiera un poco de justicia pues la belleza que allí encontramos es indescriptible. No obstante nuevamente la fotografía sale en nuestra ayuda pq para todo aquel que quiera saber lo que es realmente Bocas, no podemos si no decir que:

Tanto nos gustó este lugar que acabamos quedandonos 10 días descansando, disfrutando de sus playas y ... Aprendiendo a bucear!!!!!

Pero vamos por partes. El día que llegamos preguntamos por una playa cercana que estuviera bien y nos recomendaron que cruzaramos a la isla de Bastimentos situadas a escasos 5 minutos en lancha de Bocas. Así lo hicimos y desde el bote-taxi que nos llevó pudimos hacer unas fotillos bastante buenas de la isla de Bocas:

Ya en Bastimentos nos dirigimos directamente a la playa de Wizard que si bien no es ni con mucho la más bella de las que nos encontramos por estos parajes, fue una excelente piedra de toque para empezar a tomarle el pulso al Caribe:

Y de Bastimentos salimos como habíamos llegado: en una lanchita que en un agradable y corto paseo nos llevó de vuelta a Bocas del Toro:

Ya antes de ir a Bastimentos, habíamos arreglado todo para hacer algo que la verdad es que a mi ni se me había pasado por la cabeza pero que como Vivu lo iba a hacer si o si yo me acabe apuntando y la verdad es que aunque me trajo algunos problemillas a posteriori no me arrepiento en absoluto: Nos apuntamos a un curso para aprender a bucear con bombona de oxígeno, que además nos salió baratísimo (135 dolares por barba con todo el material didactico, las inmersiones en aguas confinadas y 4 buceos incluidos), así que a la mañana siguiente bien temprano ya estabamos listos para empezar a tomar nuestras primeras clases:

Tras un varias horas de rollo teórico y después de ver un par de videos ya estabamos listos para bucear ...

... ese primer día aprendimos los conceptos básicos en una especie de piscina improvisada en pleno mar caribe al lado del lugar donde dabamos las clases teóricas y casi sin darnos cuenta nos metieron en una lancha y nos llevaron varias millas mar adentro para que hicieramos nuestro primer buceo en aguas abiertas.

Lamentablemente yo salí con un dolor de oidos muy fuerte de ese primer buceo y como no se me iba fuimos al centro de salud de la isla donde el médico me dijo que tenía una infección (que ya estaba antes de que yo buceara sólo que al sumergirme había hecho que mi oido se irritara muchísimo) y que no era aconsejable que buceara en los próximos días.

No obstante esa noche preparamos toda la teoría para los test que teníamos que pasar al día siguiente ...

... que eso si que fue algo que ninguno de los dos nos esperabamos, tener que ponernos a estudiar en medio del viaje jeje.

Al día siguiente arreglamos con el sitio de buceo para que yo terminara la teoría con Vivu y el otro chico que hacía con nosotros el curso y quedamos en que la práctica la haría 3 o 4 días más tarde.

Así que tras concluir los test y las clases teóricas, Vivu se volvió a enfundar el traje de buceadora ...

... Y yo me fui a conocer la playa de Boca del Drago situada a una hora en autobús del lugar en el que estabamos haciendo el curso, justo en el otro extremo de la isla.

Como podeis ver esta playa es absolutamente increible y como además estabamos en temporada baja pude disfrutarla practicamente en exclusividad:

Al día siguiente volvimos a repetir la película. Acabamos con toda la teoría restante y luego Vivu se fue a bucear y yo me fui a dormir pq estaba realmente cansado. Cuando a eso de las 15 terminó con el buceo nos alquilamos unas bicis y nos fuimos a ver unas cuevas cercanas en las que se podían ver literalmente centenares de murciélagos que a las horas que nosotros llegamos dormían placidamente:

Los días pasaban y tras hacer una nueva visita al médico que me dijo que la infección ya se había ido aunque el oido seguía estando bastante irritado, llego mi turno de bucear y Vivu de irse a ver playas y cosas así. ¿Que como luzco yo con los cacharros de buceo?. Pues más o menos así:

Así que durante un par de días estuve sumergiéndome por esas aguas de dios disfrutando del impresionante mundo submarino. Al que no haya buceado nunca se lo recomendamos absolutamente pues es como entrar en otra dimensión. Además si el lugar en el que buceas es el mar caribe con sus impresionantes barreras de coral y su enorme fauna marina mejor que mejor.

Como resultado de todo esto salimos con una acreditación que nos habilita para bucear en cualquier lugar del mundo en una profundidad de hasta 18 metros (que para mi era más que suficiente pero a Vivu le parecía muy poco y luego en Honduras haría algo para solucionarlo pero eso es otra historia ...)

Ya los dos convertidos en todos unos buceadores, decidimos que los próximos dos días los ibamos a emplear en hacer excursiones a las islas cercanas de las que nos habían hablado maravillas, así que empezamos por hacer un tour en el que lo primero que hicimos fue a ver delfines a una bahia cercana:

Si os fijais bien en la foto de arriba se aprecia perfectamente un delfín. Además en esta excursión fuimos a hacer snorquel a un lugar hermosísimo llamado cayo coral aunque más tarde los dos coincidimos en que teniendo el buceo tan reciente lo del snorquel sabía a bastante poco.

En el propio Cayo Coral almorzamos en un lugar de ensueño con esas hermosas aguas transparentes:

En esta excursión conocimos a Azul, una fotografa profesional de Buenos Aires que si os fijais un poco en la foto de abajo seguro que os dais cuenta de que guardaba un pequeño secreto:

Efectivamente, aunque a Vivu le costó un poco darse cuenta, Azul resultó ser un tio como la copa de un pino (uno bastante impresentable por cierto, pues después de comprometerse con nosotros y el dueño de la lancha, para hacer una excursión al día siguiente, por la mañana temprano vino a decirnos que no venía pq se lo había pensado y que no venía)

Bueno, la playa en la que están Azul y Vivu se llamaba Red Frog y era una de las más turísticas y de las más divertidas (por las olas) que había por aquellos lugares, con un montón de gente haciendo deporte y disfrutando de sus encantos:

A la mañana siguiente, la baja de Azul fue suplida por otras personas que había en el embarcadero y nos fuimos a visitar lo que se conoce como cayo Zapatillas, que son dos islas situadas a unos 50 minutos en lancha de Bocas y de las que acabamos absolutamente enamorados:

Todo era perfecto en estas islas, que de hecho eran un parque natural protegido. La arena, el agua con magníficos colores turquesas y verdes y una temperatura ideal, hicieron que pasaramos un día relajadísimo, disfrutando de la paz y la tranquilidad del lugar que estaba practicamente desierto.

Todas las fotos de arriba son de la isla más grande de las dos que componen cayo Zapatillas. Después nos iríamos a hacer snorquel a la más pequeña de las dos que resulto ser, aunque parecía imposible aun más hermosa que la primera:

Lamentablemente, aunque las fotos parezcan decir lo contrario, el día no era el más lindo del mundo así que el patrón de la lancha puso apresuradamente fin a nuestra excursión ya que amenazaba con caer una buena tormenta (como de hecho nos cayó en el camino de vuelta) y así nos fuimos de cayo Zapatillas con la sensación de dejar atrás uno de los lugares más hermosos que una persona puede visitar, al menos por estos lugares.

Ya de vuelta en Bocas lo preparamos todo, ya que con todo el dolor de nuestro corazón al día siguiente le ibamos a decir adiós no sólo a Boca sino también a Panamá pues teníamos intención de cruzar la frontera de este país con Costa Rica.

domingo, 1 de julio de 2007

Santa Catalina y la isla a la que nunca llegamos ...

Pese a lo nefasta que nos pareció la información que nos dieron en las oficinas de turismo de Ciudad de Panamá, desgraciadamente decidimos hacerles caso y seguimos sus indicaciones para ir a nuestro próximo destino que en teoría era la isla de Cohiba que nos habían comentado que era un auténtico paraíso de biodiversidad.

Siguiendo las (des)indicaciones de los fulanos de Panamá fuimos a la localidad de Montijo desde la cual nos habían asegurado que era el único modo de llegar a la isla.


Esa de arriba es Vivu en Montijo. Ya una vez allí, un señor muy amable nos dijo que no que desde Montijo se podía hacer pero que era muchísimo más caro (especialmente si no se llevaba un grupo organizado) y que lo que teníamos que hacer era ir hasta un lugar que se llamaba Santa Catalina situado justo frente a la isla de Cohiba.

Para ir a Santa Catalina primero tuvimos que hacer noche en Santiago (un lugar por el que ya habíamos pasado en nuestro camino de Montijo), un horrible pueblo panameño del que lo único que minimamente se salvaba era su coqueta iglesia:

Así que sin pensarnoslo dos veces, a la mañana bien temprano ya estabamos tomando un autobús hacía Santa Catalina (aunque no directo, pues tuvimos que hacer un par de transbordos antes de llegar) y en el propio bus conocimos al dueño de unas cabañas en dicho lugar que se ofreció a enseñarnosla y hacernos un buen precio si ibamos con él.

Así lo hicimos y por 5 dolares por barba la noche alquilamos la cabaña que se ve en la foto con vistas al oceano pacífico y con esas cómodas tumbonas para dormir la siesta incluidas:

Hasta aquí todo iba sobre ruedas pero a la postre, nuestro intento de visita a Cohiba resultó un pequeño fiasco, eso si, los jugos naturales sabían como hacerlos por estos pagos:

Resulta que los más impresionante de la isla era ir a bucear o como mínimo a hacer snorquel. Lo primero no podíamos pq no teníamos la cualificación necesaria (algo que ya os adelanto iba a cambiar en los próximos días) y lo segundo tampoco pq al parecer había habido una terrible tormenta que había traido consigo lo que ellos conocían como marea roja, que en realidad era una capa de mierda submarina de 1 metro que impedía la práctica del snorquel.

Nos dijeron que si queríamos nos podíamos arriesgar pero como por tomar dicho riesgo nos pedían 70 dolares a cada uno decidimos que ibamos a pasar un día relajado de playa y que a la mañana siguiente nos ibamos a marchar en busca de lugares con mejores condiciones.

Las playas de Santa Catalina tampoco es que fueran nada del otro mundo. La que estaba junto al pueblo estaba bastante sucia ...

... y la que nos recomendaramos que fueramos pq era la mejor de por allí tampoco nos convenció demasiado:

Por lo que bien temprano a la mañana siguiente ya estabamos preparados esperando el autobús en la playita del pueblo:

Nuestro próximo destino Bocas del Toro, situada en pleno caribe, pero para llegar allí tuvimos que cruzar practicamente todo el país haciendo innumerables transbordos y pasar la noche en un lugar llamado almirante desde el que se tomaban las lanchitas para llegara al archipielago de Bocas.

Camino de Almirante conocimos a dos chicos con los que ibamos a compartir un montón de buenos momentos en los días siguientes: Joshua de EEUU y Carol de Suiza que se tropezarón con nosotros en la estación de buses de un lugar llamado David y con los que hicimos muy buenas migas.

Como ya he dicho previo paso a Bocas del Toro tuvimos que pasar una noche en un pueblo llamado Almirante al que llegamos ya de noche después de un innnnnterminable día de viaje:

A la mañana siguiente tras hacernos la foto de más abajo con los chicos en la terraza del hotel, pusimos rumbo al puerto de Almirante (la otra foto de abajo) desde el que todavía no lo sabíamos pero ibamos a partir hacía alguno de los lugares más hermosos que existen sobre la tierra: