Etiquetas

Argentina (28) Bolivia (14) Brasil (4) Chile (5) Colombia (2) Costa Rica (4) Cuba (1) Ecuador (5) Guatemala (6) Honduras (3) México (10) Nicaragua (4) Panamá (3) Perú (15) Uruguay (3)
Mostrando entradas con la etiqueta Playa. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Playa. Mostrar todas las entradas

sábado, 23 de junio de 2007

Costa Pacifica de Ecuador II

Ya sin el inestimable apoyo logistico que suponia tener un coche a nuestra disposicion y tras pasar una noche en la horrible ciudad de Manta, pusimos rumbo hacia lugares mas agradables y tras varias horas de y un innumerable numero de transbordos llegamos a la localidad de Canoa, otro de los lugares preferidos por los surfistas que van a Ecuador.

Lastimosamente, el dia anterior a nuestra llegada habia descargado en la zona una tormenta terrible por lo que la playa estaba muy sucia, llena de ramas y basura que la tormenta habia arrastrado y que ahora estaban sobre la playa. Ademas, el agua tenia un horrible color cafe prueba de la virulencia de las lluvias que habian arrastrado cantidades enormes de lodo hasta el mar:



No obstante lo que la tormenta no pudo evitar es que disfrutaramos de otro de los hermosos atardeceres con que Ecuador se empeñaba en obsequiarnos ...





Ni por suuesto que nos relajaramos con la paz y la tranquilidad que se respiraba en este pequeño pueblo de pescadores:





Pero como la playa no estaba para disfrutarla como se merecia, decidimos marcharnos a otro lugar para ver si teniamos mayor suerte, asi que sin saber exactamente hacia donde nos dirigiamos nos metimos en otro autobus rumbo al norte y preguntando a unos y a otros decidimos que otro pueblito de pescadores, este tan pequeño que ni siquiera llegaba la carretera al mismo, llamado Mompiche iba a ser nuestro siguiente destino.

Para llegar a Mompiche nuevamente tuvimos que cambiar varias veces de autobus y uno de los lugares en los que estuvimos fue Chamanga, un HORRIBLE pueblo por lo sucio y descudidado que estaba pero que a las orillas del Pacifico tenia este peculiar escenario que nos parecio muy curioso por la forma en que estaban construidas las casas:



Mompiche resulto ser justo lo que nos habian dicho: un oasis de tranquilidad donde por no haber no habia practicamente ni turistas. El pueblo consistia en no mas de 20 casas y el lugar era ideal para relajarse y pasar el dia sin hacer nada. Ademas se podia comer un buen plato de marisco a precios casi ridiculos por lo que los dias que estuvimos alli fueron muy muy agradables:





De los poquisimos extranjeros que habia por aquellos lares nos hicimos amiguetes de una pareja de holandeses (ella en realidad era belga y lo de pareja lo digo simplemente pq eran 2 no pq tuvieran ningun tipo de relacion sentimental) que llevaban un rollete bastante raro; ella, Julie de 21 años, y el, de cuyo nombre no nos acordamos aunque estamos intentando recordarlo y creemos que nunca lo supimos, de mas de 50. El caso es que a ella le daba un poco de miedo estar a solas con el, aunque compartian habitacion por lo que se paso todo el tiempo que pudo pegado a nosotros. A mi los dos me parecieron bastante majetes, aunque hay que reconocer que el holandes parecia que estaba un poco tarumba.

Aqui estamos los 4 en una foto en el chiringuito de Jose, un paisano del pueblo que nos preparo varios cocteles indescriptiblemente buenos:



Pero como todo lo que empieza tiene que acabar, al tercer dia decidimos que ya estaba bien de tanta paz y nos pusimos en camino hacia el ultimo de los lugares que ibamos a visitar en el pacifico ecuatoriano: la ciudad balneario de Atacames:





En el autobus a Atacames como podeis ver mas arriba nos fuimos con Julie, el holandes y Jose el del chiringuito, todos juntos como una gran familia, aunque tan pronto como llegamos nos separamos y tiramos cada uno por nuestro lado: Julie tiro directa para Quito donde habia de tomar un avion que la llevara de vuelta al viejo continente, Jose se fue a la cercana localidad de Esmeralda a conseguir un saco de marihuana que le habia encargado el holandes que al parecer estaba muy interesado en llevarse dicha hierba a la selva donde residia desde hacia ya como 10 años. Al holandes lo dejamos esperando a que Jose volviera en un chiringuito de la playa y nosotros nos fuimos a buscar un hotel en el que plantar nuestro campo de operaciones.

Atacames resulto ser una especie de Benidorm (o Mar del Plata para los argentinos) todo lleno de hoteles y chiringuitos por todas partes, aunque como la temporada no es que fuese baja sino mas bien profunda, pudimos disfrutar de sus playas en una relativa tranquilidad que hizo que nos despidiesemos de las playas ecuatorianes con un mas que buen sabor de boca:







Asi que tras pasar un par de dias en este lugar pusimos rumbo a la capital del pais: Quito, un lugar que ya os adelanto que nos encanto aunque fuese el escenario de un pequeño disgusto ...

miércoles, 30 de mayo de 2007

Costa pacífica de Ecuador I (Ruta del Sol)

Con Alicia al volante y tras perdernos un par de veces por las endemoniadas calles de Guayaquil conseguimos abandonar esta ciudad y pusimos rumbo al pacífico a comprobar que tan de cierto tenía aquello de que las playas de Ecuador eran espectaculares.


Tras una hora más o menos de viaje llegamos a la costa y a partir de ahí empezamos a subir por la carretera conocida como "ruta del Sol" hasta que ya anocheciendo llegamos al primer lugar en el que ibamos a parar: una localidad conocida como Montañitas muy famosa por ser un punto donde al parecer acuden surfistas de todo el mundo atraídos por las magníficas olas de sus playas.

El lugar pese a estar bastante preparado para el turismo tenía un toque bohemio muy curioso con mercaderes ambulantes por todas partes y en él se percibía que la vida aquí se tomaba con muchísima calma y que el stress y demás preocupaciones eran cosas bastante desconocidas.

Como todos estabamos bastante cansados por el viaje, tras una buena cena nos fuimos a dormir y al día siguiente nos marchamos a una playa cercana conocida como Puerto Bolivar donde por fin empezamos a disfrutar de Ecuado en condiciones:

Además como era temporada baja, tuvimos la suerte de poder estar en tan magnífico escenario practicamente solos, sin tener que aguantar los gritos de la Mari gritandole a los nenes que la tortilla de patatas ya estaba lista ni preocuparnos por encontrar un lugar donde poner la sombrilla:

Puerto Bolivar fue además el lugar donde el que escribe tuvo la oportunidad de zambullirse por primera vez en el Oceano Pacífico que a estas latitudes baña las costas del Ecuador con una corriente cálida que hace de lo más agradable el darse un bañito.

Y así entre unas cosas y otras se nos fue pasando el día y casi sin darnos cuenta estabamos de lleno gozando de uno de los atardeceres más bellos que, al menos yo, he tenido la oportunidad de contemplar en mi vida:

Este fue el primero de los muchos que nos esperaban en las costas de ecuador y quizás precisamente por ser el primero es de los que recordamos con más cariño:

Al día siguiente nos pusimos nuevamente en marcha sin tener muy claro a donde ibamos a ir y el destino quiso que nos pararamos en una localidad llamada Puerto López donde el azar nos llevó a preguntar si había alojamiento en un lugar llamado "Hostería Mandala" que a la postre resultó ser un pequeño pedacito de paraíso situado justo en frente del pacífico:

El lugar era un complejo de cabañas situadas en medio de un impresionante jardín que nos cautivó tanto que acabamos quedandonos en el mismo hasta que las vacaciones de Alicia terminaron y tuvo que marcharse a Buenos Aires:

Todo estaba cuidado al mínimo detalle desde las cabañas hasta la apariencia de la carta de menús del restaurante ...

... la comida por cierto excelente, y la ubicación del lugar era excelente, a pocos minutos caminando de Puerto López (pueblo que por lo demás era bastante feo) y a pie de playa donde además el complejo contaba con unas estructuras destinadas a dar sombra y colocar las indispensables hamacas para el descanso de los necesitados clientes como nosotros:

Y por supuesto que las vistas de los atardeceres eran sencillamente espectaculares como no podía ser de otra forma:

Pero no todo lo que hicimos durante nuestra estancia en Puerto López fue estar tirados en una hamaca en la playa comiendo bien y bebiendo cervecita (aunque eso tampoco hubiese estado mal jeje) ... También aprovechamos para ir a visitar el Parque Nacional Machalilla en dos días consecutivos. El primero de ellos fuimos a hacer una caminata a la vecina Isla de la Plata para lo que tuvimos que pegarnos un considerable madrugón para tomar la lancha en el puerto del pueblo.

Lo de levantarse temprano quedo compensado pq en el puerto pudimos ver como los pescadores descargaban el fruto de su labor lo que nos permitió hacer fotos tan espectaculares como esta:

Y de ahí directos a la lancha que había de llevarnos a la isla ...

... cuyo mayor atractivo era ver a los famosos piqueros de patas azules que no son sino estos adorables aves:

En medio de un calor sofocante también tuvimos la oportunidad de ver nadar a los tiburones martillo y pasar cerca de los no menos hermosos piqueros enmascarados:

Pero no sólo por su fauna la visita a la isla mereció la pena, pues las vistas que se disfrutaban desde la misma le dejaban a uno sin habla:

Esa playa de ahí abajo era tentadora pero bañarse en la misma no era muy recomendable ya que podía suponer el que uno acabará siendo la merienda de los ya mencionados tiburones martillos que aunque aquí no se aprecián sus siluetas bajo el agua eran perfectamente reconocibles desde la distancia.

No obstante parte de la excursión si que implicaba meterse en el agua ya que tras un frugal almuerzo nos zambullimos todos para hacer snorquel de forma que tuvimos ocasión de nadar al lado de innumerables peces de los más impactantes colores:

Y tras esto poco más. Vuelta a Puerto López y a descansar tirados en la playa para prepararnos para lo que se avecinaba al día siguiente:

Y lo que se avecinaba era nuestra segunda visita al parque Machalilla aunque esta vez en la parte continental sin tener que tomar ningún barco ni nada por el estilo.

Lo primero que visitamos fue un lugar arqueológico donde aprendimos como vivián los habitantes de la región antes y después de la colonización española. De ahí nos fuimos a dar un paseo para visitar una laguna bastante bonita que había por allí, aunque todo lo que tenía de hermosa lo tenía de maloliente (literalmente), pues su alto contenido de azufre hacía que oliera a huevos podridos.

Pese a que se le atribuían propiedades curativas para bastantes cosas yo no metí ni una uña ... Vivu por su parte fue más osada y se atrevió a darse un bañito:

De ahí nos fuimos a visitar la playa "de los frailes" (o del fraile, la verdad es que no me acuerdo exactamente), parte de la reserva natural y a la que sólo se podía ir a pasar el día ya que antes de que la tarde empezara a caer despachaban a todo el mundo.

En la playa además no divertimos un montón con sus enormes olas que tenían tal fuerza y producián tal resaca que a Vivu le costó un montón salir del mar una de las veces que se aventuró en el mismo.

Además de la playa salían un par de senderos que tras una breve ascensión te conducían a unos miradores dignos de ser visitados:

Ya de vuelta en Puerto López y en nuestra querida hostería Mandala disfrutamos del último día en compañía de Alicia, antes de poner rumbo a la ciudad de Manta donde ella se iba a separar de nosotros para ir a Guayaquil desde donde volvía a Argentina, haciendo nada más que estar todo el día relajados en la playita descansando.

Y así llego el día siguiente en el que tras varios de darles descanso nos volvimos a enfundar nuestras mochilas las cuales lamentablemente no habían aprovechado el tiempo para hacer dieta y pesaban tanto o más que antes:

De ahí nos fuimos para Manta aunque antes nos desvíamos un poquito para ir hasta el mirador que había a la entrada de Puerto López desde el que se tenía una vista privilegiada de la ciudad que hubíese sido imperdonable perderese:

Y sin más dilación pusimos rumbo a Manta donde pasamos las últimas horas con Alicia antes de la inevitablemente triste despedida. En Manta decidimos quedarnos esa noche y lo cierto es que podíamos haberlo evitado pues la ciudad era una de las más feas que hemos tenido la ocasión de visitar durante todo el viaje. Eso si, en una rotonda de la misma había un esplendido atún gigante que hacía honor a la ciudad conocida en Ecuador como la "capital del atún"

Por supuesto que antes de cerrar este post no puedo dejar pasar la oportunidad de agradecer a Alicia por lo bien que se portó con nosotros durante todo el tiempo que tuvimos la suerte de disfrutar de su compañía. Gracias a ella el merecido descanso que nos procuramos tras los palizones que traíamos del Perú fue mucho más agradable pues por un tiempo nos olvidamos de autobuses, mochilas y demás historias que tienen los que como nosotros llevan la casa a cuestas. Sólo espero que que ella disfrutara tanto como nosotros de aquellos días pq la verdad es que fueron deliciosos.

viernes, 29 de diciembre de 2006

Piriapolis: Un océano de tranquilidad al lado de Punta del Este

Y después de pasar una noche de fiesta en Montevideo y sin apenas dormir Adry, Eli, Vivu y el que escribe, tomamos un autobús que nos llevó a un camping a unos 10 Kms de una ciudad llamada Piriapolis situada a unos 100 kilómetros al este de Montevideo:





En Piriapolis nos encontramos con un lugar extremadamente tranquilo, que contrastaba enormemente con lo que uno se podía encontrar en  la cercana, archiconocida y bulliciosa Punta del Este, lugar de veraneo esta última del pijerío más glamuroso de sudamérica, especialmente de Argentina y Brasil.


En sus playas (en las de Pirapolis nos referimos) por fin pudimos encontrar un momento para disfrutar de la calma que desde hacía semanas habíamos perdido por completo...