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lunes, 29 de enero de 2007

San Isidro (Comienza la aventura)

Asi que despues de pasar la noche con la familia Kolla nos levantamos muy temprano a la mañana siguiente, ya que segun nos advirtio Jacinta, la madre, podia ser muy peligroso hacer el camino que llevaba a San Isidro (otra comunidad Kolla a unas 3 horas de viaje al otro lado de una de las montañas que se veian desde San Juan) si se largaba a llover.
En contra de mi criterio, el dia antes le habiamos dicho a Omar el guia que ibamos a hacer el trayecto solos, ya que segun nos habian dicho, una vez que se ascendia el cerro, el camino hacia nuestro destino era muy sencillo.
Asi que ni cortos ni perezosos, a eso de las 8 de la mañana ya estabamos en camino tras los pasos de una de las hijas menores de la familia que nos habia de conducir hasta el lugar donde se iniciaba la ascension a la montaña.



Afortunadamente el dia salio totalmente despejado por lo que se podia hacer el camino sin problemas. No obstante, justo cuando nos estabamos despidiendo, el marido de Jacinta nos solto como el que no quiere la cosa: "Ahhh, por cierto, tengan cuidado pq al inicio del camino hay unos perros medio bravos cuidando un corral ... mejor lleven un palo por si acaso"

Como lo dijo de forma tan desenfadada pensamos que los perritos en cuestion no debian de ser demasiado peligrosos, aunque de todas formas, cada uno nos hicimos con un buen palo por si las moscas.

Tras despedirnos de nuestra diminuta guia que nos dijo que los perros estaban al lado de un corral de chivos cubierto por una lona azul, comenzamos la ascension a la montaña.

No llevabamos ni 10 minutos caminando cuando nada mas acercarnos a la zona señalada, salieron a nuestro paso 2 perros con una actitud mas que amenazante. Uno de ellos era una especie de perro lobo y el otro era un chucho sin raza pero con los ojos inyectados en sangre y echando espuma por la boca y ambos corrian hacia nosotros con lo que a todas luces parecia la intencion de querer desayunarnos alli mismo.

Os juro que fue uno de los momentos de mi vida en los que he pasado mas miedo. De forma instintiva comenzamos a amenazarles con nuestros palos y a gritarles para que se alejaran, cuando, sin previo aviso, nos salio por detras nuestra un tercer perro con intenciones, al menos, tan siniestras como la de los otros dos.

De pronto nos vimos atrapados entre los 3 perros sin posibilidad de avanzar ni retroceder y con los animales cada vez mas cerca nuestra.

A pedradas, sin dejar de amenazarles con nuestros rudimentarios bastones conseguimos que los dos perros de alante se echaran a un lado por lo que nosotros pudimos avanzar un poco por el escarpado camino.

Con el corazon en un puño, gritandole a Vivu que corriera montaña arriba mientras yo no dejaba de lanzarles piedras conseguimos estar en una posicion bastante mas elevada que ellos lo que nos dio un poco mas de confianza en que podiamos salir ilesos de la aventura.

Finalmente, cuando nos alejamos lo suficiente del corral que vigilaban, los animales retrocedieron y nosotros escapamos definitivamente del peligro.

Exhaustos por el esfuerzo realizado nos detuvimos a descansar unos metros mas arriba felices por haber salidos indemnes de tamaña situacion. Tal fue el subidon de adrenalina que tuvimos que no hizo falta que en el resto de la ascension tomaramos las hojas de coca que la familia nos habia proporcionado para que combatieramos "el mal de altura" que podia darnos por subir tantos metros en tan corto espacio de tiempo.

La ascension fue increible y en ella hicimos alguna de las fotografias mas espectaculares de todo el viaje:











Y asi subiendo, subiendo, llegamos coronar el cerro que se interponia entre nosotros y San Isidro. Tan alto estabamos que veiamos a nuestro nivel las nubes que se pegaban a las montañas cercanas y que para desasosiego nuestro empezaban a mostrar un preocupante color negro.




No obstante se suponia que ya quedaba lo mas facil, el descenso hasta el pueblo que ya se divisaba desde las alturas.



Lamentablemente para nosotros nunca encontramos la senda que descendia hasta el pueblo y que al parecer discurria por la cima de toda la montaña hasta llegar a su extremo y bajar por la otra cara facilemente hasta San Isidro (todo esto lo supimos luego cuando estabamos ya a salvo en el pueblo).

Por el contrario lo que nosotros seguimos fue una senda que bajaba abruptamente por la ladera de la montaña por lo que a los 20 minutos de bajar nos dimos cuenta que el camino elegido no llevaba a ninguna parte por lo que buscamos una senda alternativa ... y despues otra y otra mas hasta darnos cuenta que estabamos totalmente perdidos en el medio de la montaña.

La desesperacion se empezo a apoderar de nosotros, mas que nada pq las nubes de las montañas cercanas estaban cada vez mas negras y sabiamos que si se ponia a llover ibamos a estar en un problema muy serio.

Afortunadamente la montaña estaba totalmente pelada por lo que la visibilidad era excepcional. El tiempo iba pasando y nosotros eramos cada vez mas temerarios por la angustia que teniamos de estar atrapados ... Bajamos mil veces y mil volvimos a subir al encontrarnos con un barranco que nos impedia el avance. Nos deslizamos casi verticalmente agarrandonos de los matorrales que cubrian toda la ladera ... Y asi tras varias horas de estar perdidos, al fin vimos una posible salida. A unos 100 metros debajo nuestro vimos un rebaño de cabras (sin pastor) que transitaban lo que parecia un camino. Como pudimos bajamos hasta donde las habiamos divisado y tras seguir bajando vimos lo que parecia un corral de piedras.

No os podeis imaginar la alegria que nos daba cada vez que en la precaria senda nos encontrabamos con una mierda de burro (pensabamos que si el burro habia subido hasta alli es pq debia haber alguna salida).

A todo esto el agua hacia tiempo que se nos habia acabado por lo que la sed empezaba a ser seria aunque ya estabamos mucho mas tranquilos pq habiamos descendido un monton y el camino no parecia ya tan dificil.

Tras otra hora de camino por fin conseguimos bajar hasta el rio que pasaba al lado de San Isidro.



Este tb se quedo atrapado, pero no tuvo nuestra suerte

Desesperados por conseguir agua tras unas 4 horas y media de aventura, logramos llegar hasta el pueblo donde encontramos un comedor donde recuperar fuerzas ... Nos bebimos dos botellas de litro y medio de agua en un instante y de repente nos dimos cuenta de que habiamos vuelto a la civilizacion ... en el mismo lugar que nosotros habia un monton de mochileros bonaerenses en su mayoria comiendo y algunos de ellos pidiendo la comida de esa forma que tienen los algunos porteños, que si no fuera pq estas viendolos delante tuyo podrias llegar a pensar que estan organizando el reparto de comidas en un proyecto de ayuda humanitaria en el Congo: "Chicos, pongamoles toda la onda y repartamonos por sectores pq hay gente que no ha ingerido comida desde hace varias horas y es imprescindible que organicemos esto pq la infraestructura del lugar es precaria y puede que demore mucho tiempo la salida de viveres" (mas o menos textual de la conversacion que escuhe en aquel comedor =P)

De todo lo anterior hemos sacado dos enseñanazas fundamentales:

1a. En los momentos de angustia no hay que dejar llevarse por la desesperacion, sino tener la cabeza fria y buscar las posibles soluciones a los problemas

2a (y mas importante). No vamos a volver a ir sin guia ni a la vuelta de la esquina (Ehhh Vivu?)

Tras saciar el hambre y la sed encontramos un alojamiento baratisimo: 5 pesos en una habitacion para nosotros solos con dos camas. Yo por supuesto me dormi el resto de la tarde, mientras Vivu (creo) que se fue a pasear por el pueblo a sacar algunas fotos.







Para que os hagais una idea, cuando crece el rio, que en la foto
parece un simple hilo, ocupa todo el ancho del cauce que se ve en
la imagen arrastrando rocas de todos los tamños.
Esto ocurre con muchisima frecuecia en verano ya que es la epoca
de lluvias.


El caso es que tras un par de horas de sueño redentor me desperte y al salir de la habitacion me encontre a Vivu charlando animadamente con dos personas, que resultaron ser un PAYASO de Bilbao y su novia argentina.

Lo de payaso lo pongo en mayusculas pq lejos de querer insultarle quiero dejar clara mi envidia por haber conocido a una persona con una profesion tan hermosa como la de payaso. Alli sacaron los bolos y las pelotas y acompañados de Vivu con sus cariocas se pusieron a hacer malabares increibles que hicieron las delicias de los niños de la casa en la que parabamos.

Lastimosamente no sacamos ninguna foto de ese encuentro ni de la cena posterior que compartimos junto a ellos y a un medico recien titulado de Buenos Aires, a la luz de las velas de un humilde comedor, bajo una tormenta intensisima y disfrutando de unas deliciosas empanadas acompañadas de unas Quilmes que definitivamente podrian haber estado mas frias.

A la mañana siguiente nos despertamos temprano de nuevo pq estabamos tan cansados que habiamos decidido hacer la vuelta de San Isidro a Iruya en caballo de lo cansados que nos habia dejado la paliza del dia anterior, y la unica forma de hacer la excursion era saliendo antes de las 9:30 de la mañana.

Asi que por primera vez en mi vida tuve la ocasion de verme a las riendas de un caballo (a Vivu le dieron una mula) en un paseo inolvidable por el cauce del rio de Iruya.





Aqui ademas deberia ir un video conmemorativo de tan señalada ocasion, pero problemas tecnicos (de momento) lo impiden.

Y asi, cabalgando, llegamos a Iruya y dimos por finalizados los dos dias mas intensos de lo que llevamos de viaje.

San Juan de Iruya

Como nosotros no nos ibamos a conformar con hacer lo que hace el 99% de los turistas e ir a visitar la cercana ciudad de San Isidro, ni cortos ni perezosos, la tarde de nuestra llegada a Iruya arreglamos con un guia local para que nos llevara a la población de San Juan a unas 4 horas y media caminando (y a la que solo se podía ir a pie pq no existía carretera alguna que condujera a ella), para lo que al día siguiente nos dimos un madrugón considerable y nos pusimos en marcha.

El camino a San Juan resulto ser una maravillosa experiencia en la que transitamos por increibles paisajes totalmente rodeados de montañas y disfrutando de la compañía del no excesivamente comunicativo Omar, nuestro guia, natural de la ciudad a la que nos dirigíamos:



Entre la poca información que le sacamos, estaba la de que en San Juan solo vivían 12 familias (todas ellas Kolla) para una población aproximada de 70 personas y que estaban totalmente incomunicados, sin electricidad, y obteniendo de fuera simplemente los productos que se podian llevar a lomo de burro desde Iruya.

Nos contó que cada familia se autobastecía con lo que les daba la tierra que plantaban y con el ganado que poseían.

Y así, caminando caminando, con Omar siempre al frente llegamos exhaustos a San Juan ...





... donde nuestro amable guia nos dirigió hacia la casa de la unica familia que ofrecía alojamiento a los turistas, la de la familia Zambrano - Ramos.

La experiencia en San Juan fue absolutamente impagable. La familia, compuesta por un matrimonio y sus 5 hijos (el mayor de unos 12 años) nos acogio de forma maravillosa. Comimos las deliciosas comidas que preparaba la señora sin dejar de sentirnos un poco incomodos pues nosotros lo haciamos en una mesa en nuestra habitacion mientras que ellos lo hacian en el suelo, vimos como los mas mayores ayudaban en tareas realmente duras: es increible ver como un crio que apenas te llega por la cintura despelleja un carnero recien carneado o como una pendeja de 7 años domina a pedradas perfectamente a 5 chivos y una oveja.

Tras pasar todo el mediodia y gran parte de la tarde paseando y admirando las montañas fuimos a hacer unas fotos del pueblo y os juro que por momentos nos sentimos como extraterestres, ya que literalmente eramos los dos unicos turistas que paseaban por sus calles y era graciosisimo ver como los niños nos seguian y cuando les mirabamos se escondian para que no les vieramos.

Eso si hubo una cria que nos abordo y nos pidio que le sacaramos una foto y luego despues nos pidio que le dejaramos la camara para que ella hiciera alguna. Os juro que era emocionante ver como la niña, que se llamaba Ayelene, miraba absolutamene incredula de que lo que ella veia en la pantallita de la camara de Vivu y lo que habia detras de la lente era lo mismo. No os exagero si digo que la cria saco 50 fotos en 15 minuntos. Todo le llamaba la atencion, desde un burro hasta su diminuto (aunque bravisimo) perro Pichi y todo lo inmortalizaba en una instantanea. La mentablemente la conexion es tan mala que no puedo subir mas fotos pero prometo que en el futuro pondremos alguna de las fotos que hizo la niña.

Tras todo esto nos dirigimos hacia la casa en la que parabamos acompañados de Ayelene que al parecer era familia directa de nuestros anfitriones. Nos extraño mucho saber que su madre no la dejaba ir a visitar a sus tios pq el dia antes nos habian estado contando que la comunidad Kolla era una piña y sin embargo en el lugar mas representativo de dicha comunidad ocurria esto. Y mas nos choco que al encontrarnos con su tio, que nos saludo a nosotros calidamente, no tuvo ni una mirada, ni una palabra para su sobrina.

Con un poco de sabor agridulce volvimos a la casa donde le preguntamos a Jacinta, nuestra anfitriona si siendo solo 12 familias tenian algun tipo de organizacion para coordinarse en lo que plantaba cada uno y su respuesta nos dejo helados cuando nos dijo que en el pueblo nadie se preocupaba por nadie, que no tenian ningun tipo de coordinacion y que si algun dia necesitaba ayuda para plantar unas simples patatas, tenia que pagarle a algun vecino pq de lo contrario nadie se la prestaba.

Todo esto nos choco con lo que nos habian contado en Iruya y nos dejo un poco tristes, aunque la tristeza se paso en cuanto aparecieron los niños de la familia y estuvimos juganodo con ellos a mil cosas hasta que se hizo tan de noche que no veiamos nada.



Cuando la cena estuvo lista, nos sorprendimos disfrutando de un maravilloso guiso de arroz y cordero a la luz de las velas (recordad que no habia electricidad en todo el pueblo), sintiendonos felices por estar en un lugar tan sencillo y especial.

A la mañana siguiente nos despertamos muy temprano con la intencion de ir a la vecina poblacion de San Isidro (sin sospechar la aventura que iba a suponer eso) y antes de partir nos hicimos una foto con Jacinta, la madre de esta increible familia, que tan bien nos habia acogido y los hijos que a esa hora estaban despiertos.





Estamos muy agradecidos a todos ellos por hacernos sentir tan maravillosamente bien en un lugar tan lejano, por su hospitalidad y por todas las cosas que nos contaron y de las cuales aprendimos tanto.

Iruya, la puerta de la comunidad Kolla

El viaje en autobus para llegar a la ciudad de Iruya es una experiencia en si mismo. Pese a que son poco mas de 150 kms los que separan esta poblacion de Humahuaca, el viaje dura unas 4 horas (si no hay inconvenientes claro) y discurre por unos parajes de ensueño. Todo va mas o menos tranquilo hasta que a unos 50kms de Iruya, a la altura de una poblacion llamada Hipolito Irigoyen, el bus se aparta de la ruta principal y empieza a recorrer por pistas de tierra todo el camino restante. En hacer estos 50 kms se tarda mas de dos horas y se va siempre con el corazon en vilo pq da la sensacion de que en cualquiera de las curvas uno se va a despeñar por los impresionantes barrancos junto a los que se circula.



Finalemente uno divisa la maginifica ciudad de Iruya y lo que se despliega ante sus hojos es una imagen de la belleza de la siguiente:



Esta poblacion que ha experimentado un crecimiento espectacular en los ultimos años esta literalmente encajada entre montañas a las orillas de un rio que normalmente no es mas que un hilo de agua pero que cuando llueve crece de una forma espectacular y en muchas ocasiones devastadora con todo lo que encuentra a su paso. Es absolutamente maravilloso subirse a un mirador que hay a escasos 20 minutos de la ciudad para apreciar toda la belleza del paisaje:



La poblacion autoctona de Iruya desciende directamente de los Kolla que moraron a sus anchas por estos parajes hasta la colonizacion española y como parte del imperio Inca.

Fue muy interesante acudir a la proyeccion de la pelicula Rio Arriba, una obra que habla de como la comunidad Kolla de la region se fue debilitando y destruyendo y que pese al entusiasmo general que ocasiono en la sala a mi me dejo medio frio ya que me cuesta mucho creer que simplemente pq se instalara un ingenio azucarero a varios cientos de kms de las poblaciones Kollas estas se vinieran abajo de la forma en que lo hicieron sin ninguna otra causa aparente. Me resultaria increible pensar que que es tan facil destruir una organizacion social milenaria, pero lo cierto es que esa es la tesis de la pelicula.

Tambien me llamo mucho la atencion el hecho de que vieramos la pelicula en una asociacion que lucha por restaurar la cultura perdida de los Kolla (e integrada exclusivamente por ellos) en las que todo el tiempo nos hablaron de lo unida que estaba la comunidad y de lo desapegados que estaban al dinero y sin embargo nos cobraran 4 pesos (que alli es un monton de dinero) por persona por asisitir a la proyeccion en una simple television y que tras acabar la pelicula vendieran empanadas y pasaran la gorra para colaborar con ellos. Habia mas de 100 personas facil en la sala y cada uno le sacaron lo minimo 5 o 6 pesos y me consta que esto se repite cada dia asi que los beneficios netos son bastante importantes ... aunque si todo es por el bien de la comunidad: bienvenido sea.

martes, 23 de enero de 2007

Salta "la linda"

Como iba siendo la tónica habitual de los últimos días, la última noche en Cachi no paró de llover, así que empapados tomamos el autobús a las 08:30 de la mañana con la intención de dirigirnos hacia Salta y con la esperanza de dejar atrás la lluvia de una maldita vez.

El viaje hacia Salta fue una experiencia en si mismo. Me rio yo de los viajes de aventuras comparado con la "experiencia" que nos brindó la empresa de buses "Marcos Rueda".

Para empezar, cuando llevabamos unas 2 horas de viaje admirando las maravillas del paisaje de la provincia salteña, el autobús se paró de repente. Todos pensamos en que era algún problema de motor o algo así, pero lo cierto es que según se nos informó nos habíamos quedado sin gasolina.

Tras esperar otras dos horas a que nos trajeran desde Cachi el combustible, arrancamos de nuevo la marcha ... y unos 300 metros más allá nos paramos de nuevo, esta vez pq una interminable fila de coches y camiones nos impedia el paso

El embotellamiento se había formado pq unos metros más adelante el rio se había desbordado y un verdadero torrente de agua y barro atravesaba todo el ancho de la carretera de forma que ningún vehículo se animaba a pasar

¿Ningún vehículo?. Mentira!!, pq nuestro osado conductor tras esperar unos minutos perdió la paciencia y tras innumerables maniobras logró colocarse en el centro de la carretera enfilando directamente la cuesta abajo que llevaba a donde la carretera permanecia cortada por el agua. Tras (supongo yo) encomendarse a Dios o al Diablo, se lanzó en tumba abierta y entre los gritos primero, que se convirtieron a la postre en vitores alcanzó a pasar de una el obstáculo que en forma de riada tenía a tanta gente varada.

Desafortunadamente no habíamos dejado atras el agua ni 15 metros cuando el bus se paró de nuevo. Al parecer se había mojado no sé qué del motor y tuvimos que esperar otra horita a que se secase para continuar la travesía hacia Salta

Sin ningún sobresalto reseñable más conseguimos llegar a la hermosísima localidad de Salta. La penultima (Jujuy es la última) ciudad de un tamaño considerable (unos 500.000 habitantes)antes de llegar a Bolivia.

Salta es una bellísima ciudad llena de edificios de estilo colonial y que a mí personalmente me ha parecido hasta la fecha uno de los lugares más lindos que hemos visitado. Además la ciudad esta muy bien conservada y limpia. Todas las fachadas de los edificios parecen recien pintadas y es muy muy agradable pasear por sus calles en las que en cada rincón te encuentras una nueva maravilla

Entre los edificios que más nos gustaron estaban la Catedral y el templo de San Francisco que de noche tienen una iluminación magnífica y de día asombran por sus colores:

Arriba la Catedral de día y de noche.


Lo mismo para la iglesia de San Francisco.

Además para un español, estar en Salta es sentirse como en casa. La calle más importante (la que pasa justo delante de la Catedral) se llama "calle España", tienen un monumento a Isabel la Católica y por supuesto otro al fundador, Licenciado Don Hernando de Lerma, que no podía ser más que oriundo de la parte buena de la peninsula ibérica (jeje).

Este es el monumento del tal Hernando ( el de Isabel la católica quedaba muy lejos como para ir a visitarlo y mi vena patriótica no daba para realizar el esferzo)

Uno de los dos días que pasamos en la ciudad lo aprovechamos entre otras cosas para subir en el teleferico de la misma a verla desde las alturas. La experiencia mereció la pena y como botín conseguimos imagenes tan "chulas" como estas:

Entre las recomendaciones a los que puedan llegar a visitarla están el que no se pierdan el Museo de Arqueología de Alta Montaña situado en la misma plaza donde se pueden aprender cosas interesantísimas sobre la ocupación Incaica de la zona unos años antes de la Conquista. Además, todo ello sin salir de la misma plaza, es imperdible el museo que hay en el Cabildo con un montón de detalles e información sobre la historia de la ciudad ...

El cabildo desde su patio interior.

... y por supuesto que no dejen la oportunidad de disfrutar de una Salta bien fria, una deliciosa cerveza que entre otras cosas nos sirvió para soportar mejor el calor y el aburrimiento de las siestas salteñas, que como todo el mundo sabe son sagradas y van desde las 13 de la tarde hasta las 17 aproximadamente.

sábado, 20 de enero de 2007

Garganta del Diablo, El Anfiteatro, El Carril y Cachi

Tras abandonar Cafayate y algunos de la expedición sin haber dormido en toda la noche, pusimos rumbo a Cachi para lo que previamente teníamos que pasar por unas espectáculares gargantas conocidas como la "del diablo" y "el anfiteatro": increibles formaciones rocosas que quedan en mitad de la nada pero que merece la pena el esfuerzo de irlas a ver.


Vista general de la Garganta del Diablo.

Vivu a la entrada de la garganta

Con la garganta de fondo.

El anfiteatro.

Esperando al autobús en medio de la nada en la ruta 68.

Después de hacernos las fotos de rigor y tomar un autobús que nos llevó a la población de "El Carril", y tras recuperar fuerzas con unas empanadas de carne y pollo, nos dispusimos a esperar al autobús que pasaba unas 3 horas más tarde.

Esperando al bus en El Carril.

Por suerte para nosotros cuando estabamos en medio de la tediosa espera, una familia se ofreció en llevarnos a los 6 en su furgoneta hasta Cachi por menos de la mitad del precio de lo que costaba el autobús, así que pudimos ahorrarnos unos pesillos en el viaje.
El camino a Cachi fue espectacular, recorriendo acantilados todo rodeados de una vegetación espesísima a la orilla de un rio que arrastraba toneladas de lodo debido a las crecidas por las lluvias de la última semana.
Finalmente llegamos al pueblo en medio de la incesante lluvia que nos acompañaría durante los dos días que ibamos a permanecer en el.
La localidad de Cachi es un hermoso pueblito en medio de las montañas. Sacamos un montón de fotos pero lamentablemente cuando estabamos en Salta un par de días más tarde, la tarjeta de la cámara falló y perdimos un montón de fotos (afortunadamente pudimos recuperar todas excepto las de Cachi y las de Salta, aunque estas últimas las repetimos todas así que lo que pudo haber sido una catástrofe se quedó en un pequeño susto).
No obstante os dejamos un par de fotos del pueblo que sacamos con la cámara de Vivu, aunque en absoluto le hacen justicia a lo hermoso que era el pueblo.

De lo que si que tenemos imágenes es de la una caminata nocturna que hicimos allí en la que nos relatarón la historia y las leyendas de la zona y nos invitaron a tortilla al horno y mate. Fue una hermosa experiencia donde entre otras cosas aprendimos que si quieres hacer un pacto con el diablo tienes que ir a una Salamanca (una quebrada) por la noche pq allí es donde se sellan este tipo de alianzas. La duda que nos queda es si tb vale con ir a la ciudad de Salamanca en España y buscarle por alguno de los garitos de la noche salmantina =P

lunes, 15 de enero de 2007

Cafayate; cascadas del rio colorado y cerveza

Después de dejar las ruinas, tomamos un autobús que nos trasladó hasta la ciudad de Cafayate, cada vez más al norte del pais. En Cafayate teníamos que haber dormido en una pensión que le habían recomendado a Sole, pero cuando llegamos estaba completa, así que decidimos encaminarnos a la casa de un tipo que nos había abordado en la estación de buses y que curiosamente residia en la misma calle que la pensión.

El tipo en cuestión se llamaba Walter y nos ofreció quedarnos en su casa por 8 pesos (2 euros) la noche por barba. Aceptamos y tras instalarnos un poco, de repente nos encontramos charlando con un tipo encantador que derrochaba humildad y ternura por todos lados. En seguida se ofreció para hacernos la cena y tras ducharnos y comprar unas cervezas compartimos mesa y mantel con él. Nos amenizó con un montón de historias sobre su vida y la de sus vecinos de Cafayate.

Su profesión era la de ordenanza del ayuntamiento y tenía 4 hijos. Nos contó sobre el pequeño diablo que llevaba dentro y que a veces salia en forma de pinchazos de rueda a los vecinos que le apoyaban la bicicleta en frente de su casa y mil y una anecdotas más y así entre charla y charla nos fuimos a dormir pq el día había sido agotador.

Al día siguiente, cuando nos despertamos, Walter estaba preparando un asado para la noche, que se celebraba en su casa el cumpleaños de un amigo de uno de sus hijos:

Eso que se ve en la foto es el asado en cuestión, es decir, dos cabezas de vaca enteritas (a razón de 20 pesos cada una) que para cocinarse se entierran en un agujero hecho en el suelo lleno de brasas. Con las dos cabezas comen unas 30 personas así que por 10 euros no está mal la cantidad de gente que se alimenta.
Después de darnos a probar Tuna (una especie de kiwi) y enseñarnos a jugar a laTaba, nos recomendó que fueramos a visitar un mirador y a conocer las cascadas del rio colorado.

Arriba podeís ver la imagen de Cafayate desde el mirador y más abajo una foto de la iglesia del pueblos que sacamos a la tarde.

Siguiendo las recomendaciones de Walter nos dirigimos a las cascadas y lo que nos encontramos fue una experiencia de trekking increible, ya que para llegar a ellas había que asceder los montes entre los que transcurría el rio durante unas dos horas;

Para llegar a las cascadas había que ir cruzando de una orilla a otra del rio en innumerables ocasiones, metiendose por cuevas y todo ello sin parar de ascender ni un momento. Finalmente tras hora y media larga de subida llegamos a la primera de las dos cascadas que se podían visitar:

Tras descansar un poco, retomamos el camino y llegamos a la segunda de las cascadas, donde además de admirar su belleza nos dimos un baño en sus heladas aguas:

Y además grabamos el suguiente video, que además de para que os hagais una idea del fantástico entorno en el que estabamos sirve para ver como Vivu se atrevió a lanzarse por el tobogán natural que se encuentra en la gigantesca roca del lado izquierdo del torrente de agua:

Después de una horita larga de bajada volvimos al pueblo y tras ir a recorrerlo un poco y a disfrutar de una merecida cena, volvimos a la casa de Walter, donde sin esperarlo nos esperaba (a mi sobre todo) una experiencia humana inefable.

Cuando entramos en la casa, a eso de la 1:00 de la mañana, nos encontramos con unas 25 personas de las que el 95% eran varones y casi todos con un grado etílico bastante considerable.

Lo cierto es que nada más entrar a la casa nos pidieron permiso para poder continuar con la fiesta. Les dijimos que no había ningún problema y ellos nos ofrecieron que nos unieramos a la fiesta. Todos accedimos encantados aunque Marina y Euge se fueron a dormir enseguida pq estaban bastante cansadas.

El resto de las chicas aguantaron un ratito más. Durante el tiempo que estuvieron ellas bailamos (ellas) y bebimos (yo) un montón de cerveza. Todo el mundo quería brindar conmigo y cada vez que mi vaso estaba medio vacio había alguno de los chicos que venía y me lo llenaba. Además de cerveza nos dieron de probar a Sole y a mi hojas de coca que según ellos te levantaban el ánimo aunque yo después de media hora de tenerla entre la encia y la parte izquierda del labio no sentía nada así que la escupí.

Tras un ratito las chicas se fueron a dormir y me quede yo sólo con todos los borrachos estos ... No os podeis hacer una idea de la cantidad de cerveza que bebí. Sacaban cajas de 12 litronas que duraban un suspiro ... a la cuarta vez que fueron a comprar más cerveza insistí en colaborar con el dinero y les di 20 pesos (4 menos de lo que costaba una caja de 12 litros de Salta) y ahí se pusieron como locos conmigo por mi generosidad.

La noche fue avanzando y se nos vino encima la madrugada y entre medias todos ellos me contaron historias algunas muy alegres, otras muy tristes y otras simplemente de resignación por la vida que les había tocado vivir. Me impresiono mucho la de un chico bajito que me dijo que su ilusión sería viajar por todo el mundo pero que el era consciente del lugar donde había nacido y de la vida que por consiguiente le había tocado vivir ... así lo dijo, sin un gramo de rabia en sus palabras y con una sangre fria que me hicieron admirarle enormemente.

Otro tipo de unos 45 años se me derrumbó allí mismo y me contó que su vida había sido muy desgraciada y que habiá estado varias veces en la carcel pero que ahora había cambiado y que solo quería hacer el bien y servir a Dios. No se lo cierto que habría en sus palabras o no pq la cantidad de alcohol que llevaba en sangre era enorme pero la verdad es que me emocionó bastante.

Entre medias hubo conatos de peleas entre ellos (afortunadamente sin pasar a mayores, bailes, miles de fondo blanco (beberse un vaso de cerveza de un trago) y ofrendas a la pachamama (de vez en cuando derramaban un chorrito de cerveza en la Tierra, para que esta tb bebiera con ellos)

Y así mil historias más, todas regadas con cervezas hasta que el despertador en la habitación de las chicas sonó y llegó la hora de las despedidas. Afortunadamente Vivu se ocupó de hacer las fotos de rigor pq yo para esas horas estaba bastante borracho y no recuerdo mucho:

Estos son algunos de los valientes que aguantarían hasta la hora de nuestra partida (y más allá pq según nos contaron ellos iban a seguir tomando cerveza hasta por lo menos el lunes, yo me fui a las 8:00 de la mañana del domingo)

El chico este fue uno de los que mejor me cayó. Era un policia de transito que según me contaba tenía sobre todos los valores del mundo el de la integridad y el de no aceptar nunca sobornos (en Argentina esta gente está tan mal pagada que si te ponen una multa es muy facil que por muy poco dinero accedan a quitartela). Yo le creo y por eso le regalé mi pulsera de Irlanda ( que ya estaba casí descolorida por completo) y él me dijo que si algún día volvía por Cafayate podía estar seguro de que la tendría en la muñeca sin importar el tiempo que pasara.

Este otro se llamaba Claudio ( o "Ciego" ) y era como una especie de lider de los más jóvenes. Además fue el que echo literalmente a patadas a un tipo que intentó colarse en la habitación de las chicas. Un auténtico figura al que le deseo lo mejor (como a todos los demás por supuesto) y que desde el principio se esforzó por hacerme sentir como en mi propia casa.

Y la última foto es la que nos hicimos los dos con Walter al que desde aquí queremos agradecer infinitamente su hospitalidad y la oportunidad que nos brindó de conocer como vive la gente humilde del norte de Argentina.