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jueves, 22 de febrero de 2007

Sucre "La Linda"

En Sucre nos encontramos la que personalmente considero la ciudad más bella (con permiso quizás de la argentina Salta), de todas las que hemos tenido la suerte de visitar en este ya mes y medio largo que llevamos de viaje por la inefable sudamerica.

Sucre tiene el honor, pese a que mucha gente cree que es La Paz, de ser la capital de Bolivia (si bien el congreso y las decisiones de Estado se toman desde La Paz), y esto es así desde que en el 1800 y pico, se proclamo la independencia de Bolivia en la conocida como Casa de la libertad, que luego para suerte o desgracia de sus pueblos se extendió por toda américa latina hasta la completa expulsión de los españoles.



Vivu frente a La Casa de la Libertad

Lamentablemente el clima no nos acompañó demasiado en nuestros primeros días por la capital boliviana, aunque en el fondo podemos considerarnos afortunados, ya que en las provincias de Cochabamba (limitrofe con Sucre) y Santa Cruz (al noreste del país) las terribles precipitaciones causaron incuantificables destrozos y decenas dejando a miles de personas incomunicadas y causando brotes de enfermedades como el dengué.

De hecho, el mal tiempo no nos impidió disfrutar de la agradabilísima experiencia que es pasear por las calles de la ciudad de Sucre, donde magníficos edificios de la época colonial aun mantienen todo su esplendor como la Catedral, la Prefactura, el teatro xxx o la Corte Suprema de Justicia que en ese orden podeís observar más abajo:

Y de hecho estar en Sucre, como por otro lado me había ocurrido ya en Potosí, me recordaba muchísimo a estar en España, con sus casas de paredes blancas y techos de tejas naranjas, así que el caminar por sus calles me hacía sentir un poco melancólico a la par que contento:

Y por supuesto, como no podía ser de otra forma, una de las calles principales que salían de la plaza tenía el nombre de mi querido país, si bien esta vez, justo en la esquina contraria de dicha plaza el nombre de la calle era el de Argentina así que las dos fueron imortalizadas como se merecían:

Una de las tardes que pasamos allí fuimos a visitar el Museo Textil Etnográfico, donde se podían admirar tejidos de la época prehispánica y colonial y en el que se coordinaban esfuerzos por recuperar técnicas de tejido de tradición milenaria que tras la llegada de los colonizadores habían prácticamente desaparecido. También tuvimos la suerte de poder ver en persona a dos tejedoras hacer un paño para el que, según nos comentaron, empleaban meses para poder terminarlo con técnicas preincicaicas:

En la ciudad nos topamos con gentes y cosas muy diversas: algunas se burlaron de nostros ...

... Otras despertaron nuestra compasión ...

... Y otras simplemente nos parecieron curiosas:



Uno de los días, mientras yo me quedaba durmiedo en el hotel, Vivu se fue a conocer un pueblo que se llamaba Tarabuco, donde al parecer había un mercado de artesanías muy interesante. Si algún día ella se anima, aquí ira un relato de como le fue en el viaje con alguna que otra foto del mismo que yo ahora mismo no subo pq no las tengo a mano.

Afortunadamente, la tarde del penultimo día, y la mañana del último que pasamos en Sucre el sol hizo acto de presencia lo que nos permitió disfrutar aún más de de la ciudad. Lo aprovechamos para visitar el Cementerio General, un muy grande y cuidado camposanto donde descansaban entre otras miles los restos de personas ilustres de la ciudad y donde como vereís en las fotos de abajo, había algunas tumbas curiosísimas:

Además también descubrimos que Sucre tiene su propia Torre Effiel, si bien esta es bastante más fácil de ascender que la de la capital francesa:

Y el último día lo empleamos en conocer dos magníficas iglesias (además de la Catedral) que había en la ciudad y que respondían al nombre de La Merced y San Felipe Neri, en la que increiblemente me agarró un fervor religioso tal que no pude reprimirme a ser fotogrfiado en los lugares siguientes:

En el púlpito de la iglesia de La Meced

En uno de los confesionarios de San Felipe Neri

Además en ambas visitas, nos dejaron subirnos al techo de las iglesias, desde las que había unas vistas de la ciudad que quitaban el hipo y lo más sorprendente de todo, en la de La Merced nos dejaron que tocaramos las campanas de la misma:


Vista de Sucre desde La Merced

San Felipe Neri visto desde el techo de La Merced

Vista de San Felipe Neri desde su propio campanario.

Y tras estas interesantes visitas nos fuimos camino de la terminal de autobuses para tomar el vehículo que nos iba a llevar a nuestra próxima parada en el viaje: Cochabamba.


martes, 23 de enero de 2007

Salta "la linda"

Como iba siendo la tónica habitual de los últimos días, la última noche en Cachi no paró de llover, así que empapados tomamos el autobús a las 08:30 de la mañana con la intención de dirigirnos hacia Salta y con la esperanza de dejar atrás la lluvia de una maldita vez.

El viaje hacia Salta fue una experiencia en si mismo. Me rio yo de los viajes de aventuras comparado con la "experiencia" que nos brindó la empresa de buses "Marcos Rueda".

Para empezar, cuando llevabamos unas 2 horas de viaje admirando las maravillas del paisaje de la provincia salteña, el autobús se paró de repente. Todos pensamos en que era algún problema de motor o algo así, pero lo cierto es que según se nos informó nos habíamos quedado sin gasolina.

Tras esperar otras dos horas a que nos trajeran desde Cachi el combustible, arrancamos de nuevo la marcha ... y unos 300 metros más allá nos paramos de nuevo, esta vez pq una interminable fila de coches y camiones nos impedia el paso

El embotellamiento se había formado pq unos metros más adelante el rio se había desbordado y un verdadero torrente de agua y barro atravesaba todo el ancho de la carretera de forma que ningún vehículo se animaba a pasar

¿Ningún vehículo?. Mentira!!, pq nuestro osado conductor tras esperar unos minutos perdió la paciencia y tras innumerables maniobras logró colocarse en el centro de la carretera enfilando directamente la cuesta abajo que llevaba a donde la carretera permanecia cortada por el agua. Tras (supongo yo) encomendarse a Dios o al Diablo, se lanzó en tumba abierta y entre los gritos primero, que se convirtieron a la postre en vitores alcanzó a pasar de una el obstáculo que en forma de riada tenía a tanta gente varada.

Desafortunadamente no habíamos dejado atras el agua ni 15 metros cuando el bus se paró de nuevo. Al parecer se había mojado no sé qué del motor y tuvimos que esperar otra horita a que se secase para continuar la travesía hacia Salta

Sin ningún sobresalto reseñable más conseguimos llegar a la hermosísima localidad de Salta. La penultima (Jujuy es la última) ciudad de un tamaño considerable (unos 500.000 habitantes)antes de llegar a Bolivia.

Salta es una bellísima ciudad llena de edificios de estilo colonial y que a mí personalmente me ha parecido hasta la fecha uno de los lugares más lindos que hemos visitado. Además la ciudad esta muy bien conservada y limpia. Todas las fachadas de los edificios parecen recien pintadas y es muy muy agradable pasear por sus calles en las que en cada rincón te encuentras una nueva maravilla

Entre los edificios que más nos gustaron estaban la Catedral y el templo de San Francisco que de noche tienen una iluminación magnífica y de día asombran por sus colores:

Arriba la Catedral de día y de noche.


Lo mismo para la iglesia de San Francisco.

Además para un español, estar en Salta es sentirse como en casa. La calle más importante (la que pasa justo delante de la Catedral) se llama "calle España", tienen un monumento a Isabel la Católica y por supuesto otro al fundador, Licenciado Don Hernando de Lerma, que no podía ser más que oriundo de la parte buena de la peninsula ibérica (jeje).

Este es el monumento del tal Hernando ( el de Isabel la católica quedaba muy lejos como para ir a visitarlo y mi vena patriótica no daba para realizar el esferzo)

Uno de los dos días que pasamos en la ciudad lo aprovechamos entre otras cosas para subir en el teleferico de la misma a verla desde las alturas. La experiencia mereció la pena y como botín conseguimos imagenes tan "chulas" como estas:

Entre las recomendaciones a los que puedan llegar a visitarla están el que no se pierdan el Museo de Arqueología de Alta Montaña situado en la misma plaza donde se pueden aprender cosas interesantísimas sobre la ocupación Incaica de la zona unos años antes de la Conquista. Además, todo ello sin salir de la misma plaza, es imperdible el museo que hay en el Cabildo con un montón de detalles e información sobre la historia de la ciudad ...

El cabildo desde su patio interior.

... y por supuesto que no dejen la oportunidad de disfrutar de una Salta bien fria, una deliciosa cerveza que entre otras cosas nos sirvió para soportar mejor el calor y el aburrimiento de las siestas salteñas, que como todo el mundo sabe son sagradas y van desde las 13 de la tarde hasta las 17 aproximadamente.