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lunes, 13 de junio de 2016

Ollantaytambo: el delicioso "segundo plato" que se sirve en el Valle de los Incas

Ollantaytambo - La joya del Valle Sagrado

Si Machu Picchu no existiera, el sueño de toda persona que visitara el valle de los incas en Perú, sería sin lugar a dudas, poder conocer Ollantaytambo.

Visitar Ollantaytambo supone para el viajero zambullirse de lleno en el que quizás sea el ejemplo más impresionante de la impresionante forma que los incas tenían de planificar sus urbes.

Si bien el enclave en el que está situado ciertamente no cuenta con la espectacularidad de la ciudadela de Machu Picchu, la magnificencia de su arquitectura y la espectacular vista del valle que se consigue desde sus empinadas terrazas, hacen de este sitio arqueológico una visita obligada para todo aquel que tiene la suerte de llegar al Cusco con la intención de explorar los vestigios de la fascinante civilización Inca.

viernes, 24 de julio de 2015

El Cañón del Colca: el espectáculo natural más impactante de Perú


El  Cañón del Colca es, sin lugar a dudas, uno de los atractivos más espectaculares de la región de Arequipa, así como uno de los destinos más impactantes de todo el Perú.

Sus 3600 metros de desnivel hacen de él uno de los más profundos de todo el planeta, y es a su vez reconocido mundialmente por su gran diversidad biológica, entre la que destaca la presencia de los majestuosos cóndores.

La palabra “Colca” proviene del vocablo quechua que se usaba para designar "granero". Es un cañón formado por el río homónimo que en su recorrido permite apreciar el dominio de las avanzadas técnicas los antiguos moradores de la región de la época precolombina desarrollaron, incluidos los centenarios andenes (terrazas) de cultivo, que aún hoy son utilizados.

domingo, 20 de mayo de 2007

Chachapoyas, Gocta, las ruinas de Kuelap y Piura

Después de otro insufrible viaje que superó con creces la decena de horas aunque ya ni recordamos por cuanto exactamente llegamos a la ciudad de Chachapoyas que como estaba situada de nuevo en el interior del pais a cerca de 2500 metros de altura nos recibió con ese frio que tanto "echabamos de menos".

Chachapoyas es un pueblo de unos 20mil habitantes tan feo que no merece la pena ni pasear por sus calles, y este ni siquiera tiene la vista de los nevados que tenía el también poco agraciado Huaraz:
Afortunadamente en sus proximidades hay un montón de atractivos que hacen que merezca la pena su visita empezando por la fortaleza de Kuelap, objetivo principal de nuestra incursión en esta región del Perú.
Así que como la ciudad no tenía mayor encanto, la tarde que llegamos la dedicamos a descansar del pesado viaje y a contratar la excursión con una agencia para ir al día siguiente a visitar la citada Kuelap.
Por lo que muy temprano a la mañana ya estabamos en camino ansiosos por llegar cuanto antes a nuestro destino y bastante preocupados pq el día era horrible y era muy posible que una vez en el lugar la visibilidad fuera nula por la lluvia que nos acompañaba.
Lo que no sabíamos es que el mayor de los obstaculos que teníamos que vencer para disfrutar de Kuelap no iban a ser las inclemencias meteorológicas, sino q antes de siquiera tener que preocuparos de lo mucho o poco que se iba a ver en el lugar, teníamos que apañarnosla para superar el impresionante derrumbe de piedras que bloqueaba totalmente nuestro camino:
Como ningún coche podía pasar ni para un lado ni para otro, al final lo que decidimos fue contratar los servicios de un fulano que se nos ofreció a llevarnos desde el otro lado del derrumbe hasta las ruinas, el cual, dicho sea de paso, hizo el agosto pues por transportarnos durante 20 kms nos cobró la nada despreciable cantidad de 100 soles (a dividir entre las 6 personas que hacíamos la excursión)
... Y lo peor de todo fue que tuvimos que ir 8 en un coche con capacidad para 5 por unas curvas con unos precipicios a los lados que quitaban el aliento y con la carretera en unas condiciones tan malas que todavía no me explico como es que no nos quedamos pinchados en alguno de los "invisibles" baches repletos de agua que tuvimos que atravesar.



Bastante mareados por el viajecito llegamos a unos 400 metros del sitio arqueológico desde donde teníamos que continuar a pie ... había barro por todas partes y la lluvía seguía cayendo incesantemente así que nuestros peores augurios parecía que se iban a cumplir y que la visita a Kuelap iba a ser bastante decepcionante.

Kuelap es una fortaleza militar de tiempos preincaicos construida por la cultura de los Chachapoyas que resulta absolutamente impresionante por la altura de sus muros y por el tamaño y cantidad de construcciones que hay detras de los mismos.


Como si de un milagro se tratase, nada más cruzar sus puertas (que podeís ver más arriba) las nubes se empezaron a abrir y pudimos disfrutar por primera vez desde que llegamos a Chachapoyas de un sol esplendido lo que hizo que nuestra visita fuese genial.
Además el guía que nos tocó en suerte resultó ser magnífico (sobrino por cierto del arqueólogo que se encargo de los principales trabajos de restauración del sitio) y nos explicó infinidad de cosas sobre el lugar y la cultura de los Chachapoyas.
Absolutamente maravillados, y preguntandonos sobre como era posible que los antiguos Chachapoyas hubieran podido transportar toda esa cantidad de rocas hasta los más de 3000 metros en los que se encuentra situado la fortaleza paseamos por su recinto disfrutando de su magnificencia.
Aprendiendo entre otras cosas que además de fortaleza la ciudad sirvió como centro administrativo y religioso de la mencionada cultura y que en su interior y a las afueras de sus muros se constituyó una ciudad con miles de habitantes.
Y así sin desperdiciar la oportunidad de hacerle una foto más a sus impresionantes muros pusimos rumbo de nuevo hacia la ciudad de Chachapoyas.
Afortunadamente a las horas que decidimos volver ya se habían podido quitar los escombros que entorpecián el paso así que pudimos llegar sin problemas a nuestro destino, en el que inmediatamente contratamos otra excursión con la misma agencia para ir a visitar la catarata de Gocta, la tercera más grande del mundo y recien "descubierta": http://www.elpais.com/articulo/sociedad/gigantesca/cascada/secreta/sirena/serpiente/elpporsoc/20060310elpepusoc_4/Tes
En coche llegamos hasta la localidad de San Pablo desde donde en teoría tras tres horas de caminata (pero eso haciendolo muuuuy despacio) había que llegar al lugar donde nos esperaba la catarata.
Llegados a este punto tengo que hablar de la pareja de limeños que nos acompañó. Ambos debían pasar la cincuentena y para nuestra desgracia no hicieron caso del consejo del guia que tras verle caminar 4 pasos les recomendó que hicieran el camino a lomos de un burro ... pero la señora quería caminar ... la señora ... mi refinada educación en los más selectos colegios cacereños me va a impedir llamar a esta señora Vacaburra, pero nadie me podrá acusar de faltar a la verdad si la defino como G O R D A, así en mayusculas y con todas las letras.
El ritmo que llevaba la G O R D A era tan lento que tardamos mas de 4 horas en llegar al punto desde el que teníamos que doblar para ir hacia la catarata (en realidad nosotros llegamos en 3 horas pero yendo a paso de tortuga y estuvimos otra hora esperando). Por lo menos el camino era hermosísimo y pudimos hacer fotos como esta:
Cuando por fin consiguió trasladar esa inmensa mole que tenía por culo la susodicha señora el guia nos indicó como acceder al mirador desde el que se veia la totalidad de la catarata (que constaba de dos saltos dicho sea de paso)
Y como si el destino quisiera cobrarse la factura por haber hecho que el dia anterior se despejara todo de forma milagrosa para nuestro mayor regocijo y disfrute de Kuelap, de repente empezó a llover, al principio muy timidamente por lo que tras grabar el siguiente video por si las moscas ...


... salimos disparados como almas que lleva el diablo para llegar al pie de la primera caida antes de que empezara a llover más fuerte.
Desafortunadamente fue imposible pq a los dos pasos empezó a caer un diluvio de magnitudes épicas del que nos refugiamos como pudimos debajo de unas rocas ... tras esperar casi una hora a que parara decidimos que aunque sólo fuera por orgullo teníamos que llegar a la base de la catarata asi que luchando contra todos los elementos desatados del mundo caminamos el poco trecho que nos quedaba bajo la lluvia torrencial y vimos la catarata a 10 metros, aunque tal era la cantidad de agua que llevaba y que salía despedida con una fuerza impresionante en todas las direcciones que no pudimos ni hacerle una foto de recuerdo.
Iniciamos el camino de vuelta con una impotencia enorme ... por un lado culpabamos a la G O R D A pq si ella no hubiese estado habríamos tenido tiempo de sobra no sólo de ver la caida de la catarata tranquilamente, sino de bañarnos en el lago que se formaba entre las dos caidas y además de haber podido subir hasta arriba del todo desde donde nos aseguraron la vista era impresionante ... Y por otro lado nos culpabamos a nosotros mismos por haber hecho caso al guia y esperarle cuando el camino estaba tan marcado que era imposible perderse (claro que esto lo supimos a posteriori y tras las experiencias que habiamos tenido no quisimos arriesgar)
Y cuando nos dimos cuenta había parado de llover y casualmente estabamos justo al lado del mirador de la catarata así que nos animamos a volver al mismo a echarle una ultima miradita a la misma:
Incluso por un momento estuvimos tentados de dar la vuelta para ver si ahora sin la lluvia era posible ver mejor el asunto pero la niebla cada vez subía más por lo que desistimos de seguir con la aventura y regresamos al punto de partida.
En el que por cierto tuvimos que esperar como otras dos horas más, pues si a la G O R D A le había costado hacer la subida, el volver con todo el barro y el cansancio acumulado le costó aun muchisimo más así que no nos quedó más remedio que aguantar hasta que finalmente aparecieron nuestros querido amigos limeños.
Y las desgracias de ese día no acabaron ahí. Como era Sabado y pese al cansancio acumulado decidimos salir un rato por la noche y mientras nos tomabamos una cerveza no se nos ocurrió mejor idea que dejar en un rincón nuestras viejas (y sucias) sudaderas (camperas para los del otro lado del atlántico) aunque esos dos detalles no fueron inconveniente para que algún listo nos los robara con lo que ese día nos fuimos a acostar con una mala leche más que considerable.
Al día siguiente partíamos para Chiclayo de nuevo por la noche por lo que lo dedicamos para ir a visitar el cañón de Huancas, una localidad muy cercana a Chachapoyas, el cual era realmente magnífico:
Y con un sentimiento de alivio enorme abandonamos Chachapoyas en un viaje que nos iba a llevar unas 16 horas, 14 hasta Chiclayo del que sólo conocimos su estación de buses y otras 2 hasta la ciudad de Piura, la que a la postre sería la última que visitaríamos en el Perú y en la que estuvimos tres días haciendo nada excepto descansar y recuperarnos disfrutando de su agradable clima y de poco más pues la ciudad no tenía demasiado para visitar ... aunque por supuesto tenía una hermosa catedral:
Y una estatua en homenaje a Francisco Pizarro bajo la cual no tuve más remedio que inmortalizarme:
Y de ahí (viajando nuevamente de noche) pusimos rumbo a un nuevo pais: Ecuador, y más concretamente hacia la ciudad de Guayaquil donde habíamos quedado en encontrarnos con Alicia, la mamá de Vivu, que iba a pasar unos días con nosotros en la costa pacífica de Ecuador ...

domingo, 29 de abril de 2007

Más del Valle Sagrado y Cuzco

El día siguiente a nuestro regreso a Cuzco amaneció lluvioso y frio, lo que nos reafirmó aun más en nuestra, por otro lado inamovible, decisión de pasarlo sin salir del hostal más que para ir a por provisiones sin hacer absolutamente nada.

Sacsayhuamán y Ollantaytambo.

Tras la merecida jornada de descanso nos pusimos nuevamente en marcha con el cuerpo todavía dolorido y decidimos volver a ir a visitar Sacsayhuamán, la fortaleza con forma de cabeza de puma que unos días antes no pudimos disfrutar propiamente pq la noche se nos echó encima cuando quisimos visitarla.

Sacsayhuamán estaba situada en un cerro muy cercano a la ciudad por lo que se podía llegar a ella perfectamente caminando, así que eso es lo que hicimos, lo que nos permitió además disfrutar de unas excelentes vistas de Cuzco:

Tras una media hora de subida llegamos por fin a nuestro destino. Sacsayhuamán fue una fortaleza construida con el fin de defender la ciudad de Cuzco de posibles invasores y por lo que nos contó el guia y la cantidad y el tamaño de las piedras que uno se encuentra en el gigantesco recinto tuvo que ser de prorporciones épicas:

No obstante el paso de los españoles primero, que utilizaron las piedras de la misma para construir sus casas en la época de la colonia y la mano de los propios peruanos después, que la usaron como cantera hasta los años 80 del siglo pasado sin que ninguna ley dispusiera lo contrario han hecho que el lugar esté bastante deteriorado aunque aun se puede apreciar perfectamente la magnificencia de lo que un día debio ser el lugar:

En uno de los extremos de la fortaleza se encuentra un curioso calendario solar por el cual los Incas podían predecir si iba a ser un año de lluvias o de sequía según la posición del sol en los solsticios de verano e invierno:

Antes de abandonar el lugar pudimos disfrutar una vez más de una panorámica de Cuzco con Sacsayhuamán por medio y el gigantesco Cristo que la preside desde uno de los cerros cercanos a un costado:

Y de ahí fuimos a buscar un autobús que nos llevara hasta otro lugar en el que ya habíamos estado (2 veces de hecho, uno a la ida hacia Machu Picchu y otro a la vuelta): Ollantaytambo, aunque nunca habíamos tenido tiempo de visitar su interesantísimo sitio arqueológico.

Ollantaytambo es otra fortaleza situada a unas dos horas en bus de Cuzco a cuyos pies se extendia un gran poblado Inca y que en la actualidad aun está habitado quedando en pie aun casas de aquel periodo.

Según nos contó el guia, la fortaleza se creo pq hubo una escisión en la nobleza de Cuzco y una parte de la misma se traslado a este lugar desde donde permanecieron rebeldes a los lideres cuzqueños combatiendo frecuentemente con ellos.

El lugar está excelentemente conservado y algunas de las piedras que se ven allí son tan enormes que cuesta creer que pudieran ser subidas a lo alto del cerro por la simple fuerza bruta de cientos de Incas con sus rudimentarias maquinarias:

Una de las cosas que más nos llamó la atención del lugar fue una curiosa fuente en la que los Incas se purificaban antes de los ritos religiosos y de la cual brotaba más o menos agua con el simple paso de una mano por delante suya:


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Y tras la visita a este lugar decidimos regresar a Cuzco pues el cansancio empezaba a hacer mella en nuestro humor. Eso si, antes no perdí la oportunidad de inmortalizarme en la plaza del pueblo bajo la estatua de un famoso lider Inca del que ahora mismo no recuerdo el nombre:

Pisaq

El día siguiente yo seguía tan cansado que me negué a abandonar el hostal en todo el día. Además recuerdo que era domingo y por el cable pasaban los partidos de la liga española así que me pegué una buena sesión de futbol tirado en la cama. Vivu por su parte no quiso seguir mi ejemplo y descansar así que se fue a otro lugar que ya habíamos visitado: Pisaq, donde al parecer no se respetaba el día del señor propiamente y había un enorme mercado de todo tipo de cosas, con un montón de cholitas encantadas de dejarse fotografiar a cambio de una moneda:

Cuzco (o Cusco como prefieren los peruanos)

A todo esto hacía más de una semana y media que habíamos llegado a la ciudad y todavía no habíamos ido a visitarla propiamente, así que a la mañana siguiente nos dispusimos a hacerlo con la suerte además de contar con un sol esplendido.

Cusco es sin lugar a dudas uno de las ciudades más hermosas (por no decir la más) que hemos visitado en estos ya casi 4 meses de aventura por las américas. Dejando a un lado todo el tema de los Incas, en cada esquina te encuentras una iglesia o una imponente casona prueba del glorioso pasado colonial de la ciudad:

Además está repleta de museos interesantísimos donde a uno se le pasan la horas sin darse cuenta aprendiendo cosas sobre su sinigual historia:

Doblar una esquina te lleva a calles a cada cual más pintoresca y hermosa y las iglesias se van apareciendo una tras otra a cada cual más hermosa:

Personalmente a veces me daba la sensación de estar recorriendo las calles de alguna ciudad española, tipo Salamanca (o incluso pq no Cáceres) y asi disfrutando de cada uno de sus rincones llegamos al convento de Santo Domingo, donde a poco que afineis un poco la vista os vais a dar cuenta en la foto de más abajo que está edificado sobre los cimientos de una antigua construcción Inca ...

... esa construcción no era ni más ni menos que el templo conocido como Coricancha, el más importante de la ciudad de Cusco y por ende de todo el imperio Inca en la época en la que esta civilización dominó gran parte del continente sudamericano.

El Coricancha era conocido como el templo del oro y en su interior se rendia culto al dios más importante para los Incas: Inti (o traducido al español, el Sol). Las paredes de su interior estaban tapizadas con laminas de oro (de las que por supuesto los españoles no dejaron ni una) y pese a que fue demolido para levantar el templo cristiano de Santo Domingo, accediendo a los claustros de este último todavia se puede apreciar bastante bien como era su arquitectura antes de la colonia:

Además desde su interior se tenía una vista muy buena de la ciudad con los jardines del Coricancha brillando por el reflejo del Inti:

Dejando atras Santo Domingo nos dirigimos hacia el último de los templos que queríamos visitar y que además todo el mundo nos aseguraba que era el mejor de ellos: El Museo del Inca.

Camino del mismo cruzamos la majestuosa Plaza de Armas de la ciudad, la misma en la cual un día el mismo Pizarro proclamó la conquista del Cuzco para mayor gloria del imperio español. En la misma se encuentran dos templos más, la iglesia de la Compañía de Jesús y la Catedral (en ese orden en las fotos de abajo):

El museo del Inca fue tan interesante como prometía. Lamentablemente no nos dejaron tomar foto alguna de las maravillas expuestas en su interior, eso si, nadie pudo impedir que hicieramos esta tan graciosa de las indicaciones de sus baños:

Tipón

Al día siguiente tras dos semanas sometidos al hechizo de Cuzco decidimos que ya era hora de que partieramos a conocer nuevos lugares así que sacamos billetes para ir Lima. Como hasta las 19 no partía nuestro autobús decidimos hacer una última incursión en el valle sagrado e ir a visitar un último sitio arqueológico conocido como Tipón.

Este lugar era todo un complejo con varios templos dedicados al culto al agua y que además servía también como laboratorio de experimentación agrícola donde los Incas intentaban que diferentes tipos de vegetales se aclimataran a zonas donde normalmente no crecían.

El agua como es lógico estaba presente por todo el lugar, traida hasta aquí de rios cercanos mediante el uso de canales.

Especialmente hermosa era una fuente que era el lugar principal del sitio. La misma era una representación de la vida tal y como la entendían los incas (aunque demasiado complicada como para explicarla aquí ahora):

Para ser el último lugar que visitamos la verdad es que nos gustó bastante y como no podía ser de otra forma hizo que nos marcharamos de la ciudad con el mismo buen sabor de boca que habíamos disfrutado durante toda nuestra estancia:

Por delante nos esperaba un viaje en autobús de nada más y nada menos que ¡¡¡¡¡20 horas!!!!! que nos había de llevar a la capital del pais así que mentalizados para pasar una eternidad dentro de un autobús enfilamos hacia la terminal de Cusco.