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domingo, 29 de abril de 2007

Más del Valle Sagrado y Cuzco

El día siguiente a nuestro regreso a Cuzco amaneció lluvioso y frio, lo que nos reafirmó aun más en nuestra, por otro lado inamovible, decisión de pasarlo sin salir del hostal más que para ir a por provisiones sin hacer absolutamente nada.

Sacsayhuamán y Ollantaytambo.

Tras la merecida jornada de descanso nos pusimos nuevamente en marcha con el cuerpo todavía dolorido y decidimos volver a ir a visitar Sacsayhuamán, la fortaleza con forma de cabeza de puma que unos días antes no pudimos disfrutar propiamente pq la noche se nos echó encima cuando quisimos visitarla.

Sacsayhuamán estaba situada en un cerro muy cercano a la ciudad por lo que se podía llegar a ella perfectamente caminando, así que eso es lo que hicimos, lo que nos permitió además disfrutar de unas excelentes vistas de Cuzco:

Tras una media hora de subida llegamos por fin a nuestro destino. Sacsayhuamán fue una fortaleza construida con el fin de defender la ciudad de Cuzco de posibles invasores y por lo que nos contó el guia y la cantidad y el tamaño de las piedras que uno se encuentra en el gigantesco recinto tuvo que ser de prorporciones épicas:

No obstante el paso de los españoles primero, que utilizaron las piedras de la misma para construir sus casas en la época de la colonia y la mano de los propios peruanos después, que la usaron como cantera hasta los años 80 del siglo pasado sin que ninguna ley dispusiera lo contrario han hecho que el lugar esté bastante deteriorado aunque aun se puede apreciar perfectamente la magnificencia de lo que un día debio ser el lugar:

En uno de los extremos de la fortaleza se encuentra un curioso calendario solar por el cual los Incas podían predecir si iba a ser un año de lluvias o de sequía según la posición del sol en los solsticios de verano e invierno:

Antes de abandonar el lugar pudimos disfrutar una vez más de una panorámica de Cuzco con Sacsayhuamán por medio y el gigantesco Cristo que la preside desde uno de los cerros cercanos a un costado:

Y de ahí fuimos a buscar un autobús que nos llevara hasta otro lugar en el que ya habíamos estado (2 veces de hecho, uno a la ida hacia Machu Picchu y otro a la vuelta): Ollantaytambo, aunque nunca habíamos tenido tiempo de visitar su interesantísimo sitio arqueológico.

Ollantaytambo es otra fortaleza situada a unas dos horas en bus de Cuzco a cuyos pies se extendia un gran poblado Inca y que en la actualidad aun está habitado quedando en pie aun casas de aquel periodo.

Según nos contó el guia, la fortaleza se creo pq hubo una escisión en la nobleza de Cuzco y una parte de la misma se traslado a este lugar desde donde permanecieron rebeldes a los lideres cuzqueños combatiendo frecuentemente con ellos.

El lugar está excelentemente conservado y algunas de las piedras que se ven allí son tan enormes que cuesta creer que pudieran ser subidas a lo alto del cerro por la simple fuerza bruta de cientos de Incas con sus rudimentarias maquinarias:

Una de las cosas que más nos llamó la atención del lugar fue una curiosa fuente en la que los Incas se purificaban antes de los ritos religiosos y de la cual brotaba más o menos agua con el simple paso de una mano por delante suya:


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Y tras la visita a este lugar decidimos regresar a Cuzco pues el cansancio empezaba a hacer mella en nuestro humor. Eso si, antes no perdí la oportunidad de inmortalizarme en la plaza del pueblo bajo la estatua de un famoso lider Inca del que ahora mismo no recuerdo el nombre:

Pisaq

El día siguiente yo seguía tan cansado que me negué a abandonar el hostal en todo el día. Además recuerdo que era domingo y por el cable pasaban los partidos de la liga española así que me pegué una buena sesión de futbol tirado en la cama. Vivu por su parte no quiso seguir mi ejemplo y descansar así que se fue a otro lugar que ya habíamos visitado: Pisaq, donde al parecer no se respetaba el día del señor propiamente y había un enorme mercado de todo tipo de cosas, con un montón de cholitas encantadas de dejarse fotografiar a cambio de una moneda:

Cuzco (o Cusco como prefieren los peruanos)

A todo esto hacía más de una semana y media que habíamos llegado a la ciudad y todavía no habíamos ido a visitarla propiamente, así que a la mañana siguiente nos dispusimos a hacerlo con la suerte además de contar con un sol esplendido.

Cusco es sin lugar a dudas uno de las ciudades más hermosas (por no decir la más) que hemos visitado en estos ya casi 4 meses de aventura por las américas. Dejando a un lado todo el tema de los Incas, en cada esquina te encuentras una iglesia o una imponente casona prueba del glorioso pasado colonial de la ciudad:

Además está repleta de museos interesantísimos donde a uno se le pasan la horas sin darse cuenta aprendiendo cosas sobre su sinigual historia:

Doblar una esquina te lleva a calles a cada cual más pintoresca y hermosa y las iglesias se van apareciendo una tras otra a cada cual más hermosa:

Personalmente a veces me daba la sensación de estar recorriendo las calles de alguna ciudad española, tipo Salamanca (o incluso pq no Cáceres) y asi disfrutando de cada uno de sus rincones llegamos al convento de Santo Domingo, donde a poco que afineis un poco la vista os vais a dar cuenta en la foto de más abajo que está edificado sobre los cimientos de una antigua construcción Inca ...

... esa construcción no era ni más ni menos que el templo conocido como Coricancha, el más importante de la ciudad de Cusco y por ende de todo el imperio Inca en la época en la que esta civilización dominó gran parte del continente sudamericano.

El Coricancha era conocido como el templo del oro y en su interior se rendia culto al dios más importante para los Incas: Inti (o traducido al español, el Sol). Las paredes de su interior estaban tapizadas con laminas de oro (de las que por supuesto los españoles no dejaron ni una) y pese a que fue demolido para levantar el templo cristiano de Santo Domingo, accediendo a los claustros de este último todavia se puede apreciar bastante bien como era su arquitectura antes de la colonia:

Además desde su interior se tenía una vista muy buena de la ciudad con los jardines del Coricancha brillando por el reflejo del Inti:

Dejando atras Santo Domingo nos dirigimos hacia el último de los templos que queríamos visitar y que además todo el mundo nos aseguraba que era el mejor de ellos: El Museo del Inca.

Camino del mismo cruzamos la majestuosa Plaza de Armas de la ciudad, la misma en la cual un día el mismo Pizarro proclamó la conquista del Cuzco para mayor gloria del imperio español. En la misma se encuentran dos templos más, la iglesia de la Compañía de Jesús y la Catedral (en ese orden en las fotos de abajo):

El museo del Inca fue tan interesante como prometía. Lamentablemente no nos dejaron tomar foto alguna de las maravillas expuestas en su interior, eso si, nadie pudo impedir que hicieramos esta tan graciosa de las indicaciones de sus baños:

Tipón

Al día siguiente tras dos semanas sometidos al hechizo de Cuzco decidimos que ya era hora de que partieramos a conocer nuevos lugares así que sacamos billetes para ir Lima. Como hasta las 19 no partía nuestro autobús decidimos hacer una última incursión en el valle sagrado e ir a visitar un último sitio arqueológico conocido como Tipón.

Este lugar era todo un complejo con varios templos dedicados al culto al agua y que además servía también como laboratorio de experimentación agrícola donde los Incas intentaban que diferentes tipos de vegetales se aclimataran a zonas donde normalmente no crecían.

El agua como es lógico estaba presente por todo el lugar, traida hasta aquí de rios cercanos mediante el uso de canales.

Especialmente hermosa era una fuente que era el lugar principal del sitio. La misma era una representación de la vida tal y como la entendían los incas (aunque demasiado complicada como para explicarla aquí ahora):

Para ser el último lugar que visitamos la verdad es que nos gustó bastante y como no podía ser de otra forma hizo que nos marcharamos de la ciudad con el mismo buen sabor de boca que habíamos disfrutado durante toda nuestra estancia:

Por delante nos esperaba un viaje en autobús de nada más y nada menos que ¡¡¡¡¡20 horas!!!!! que nos había de llevar a la capital del pais así que mentalizados para pasar una eternidad dentro de un autobús enfilamos hacia la terminal de Cusco.


viernes, 30 de marzo de 2007

Cuzco y primeras incursiones en el Valle Sagrado de los Incas


Crónica de una trágica perdida.

El viaje que había de llevarnos desde Arequipa a Cuzco acabó convirtiendose, sin lugar a dudas, en el más triste de los innumerables que ya habíamos realizado por la excitante Sudamérica pues supuso la brusca e inesperada despedida del que que escribe con una compañera fiel que le había acompañado por multitud de países y lugares en 3 continentes diferentes.

El destino quiso que tomaramos ese autobus que viajando por unas 10 horas en la noche peruana tenía que llevarnos a la que fue la ciudad más importante del impresionante imperio Inca, y precisamente aporvechando esa noctunidad, un maleante aprovechó que dormiamos para al cobijo de la oscuridad deslizarse debajo de nuestro asiento y desde allí abrir impunemente mi mochila y robar mi querida Nikon Coolpix 3200 con la que tan buenos momentos había compartido.

Una identica a la que podeis ver más arriba aunque la verdad es que la mía estaba bastante más desmejorada y tenía en su piel los rastros de mil batallas juntos: las pegatinas estaban ya casi descoloridas y la tapita donde se meten las pilas se había roto, así que para sujetar las mismas tenía que servirme de cinta celo (scotch para los argentinos). De hecho, después de este viaje tenía pensado darle la merecida jubilación que me venía pidiendo desde hace tiempo y que también se había ganado.

El disgusto que me llevé aquel día fue mayusculo pues el cariño que le tenía a esa cámara era enorme, forjado en las miles de fotos que hicimos juntos ... Irlanda, Amsterdam, Marruecos, Extremusika, Sabina, Calamaro, cancha de Boca, de Racing ... nada fue nunca un desafio suficiente para que ella se echara atras ... Y el final que se merecia era uno mucho mejor que el de acabar en las manos de un caco cualquiera.

En fin, espero que allá donde estes sigas haciendo las mismas fotos increibles que hacias cuando estabas conmigo y que el ladrón hijo de la gran p... al menos haya tenido la decencia de venderte a alguna buena persona que te cuide como te mereces ...

No obstante como "no hay mal que por bien no venga", la perdida de mi querida cámara hizo que conocieramos a Sergi, Manuel; catalán el primero y francés el segundo, con los que tan buenos momentos ibamos a compartir a la postre descubriendo el valle sagrado juntos.

La situación de como les conocimos no deja de ser cómica pues fue mientras Vivu buscaba en la parte trasera del autobús con la vana esperanza de que la cámara se hubiese salido sóla de la mochila, cuando de repente se encontró con que ellos dos estaban haciendo lo mismo pero buscando la suya ... evidentemente no habíamos sidos las únicas victimas del hábil ladrón y aunque "mal de muchos consuelo de tontos", al menos el episodio sirvió para comenzar nuestra amistad con estos chicos que resultaron ser unos tíos de PM.

Como resultado nuestro primer día lo pasamos entre comisarias denunciando el robo y tiendas de fotografía (ya que no podía soportar la idea de ir a Machu Picchu sin una cámara entre las manos) y como resultado os puedo comunicar que soy el propietario de una flamante Nikon Coolpix 7600 que además me salió por la cara pues mi padre (gracias papá!!!!) tuvo el enorme y nunca suficientemente bien ponderado detalle de regalarme la misma cuyo importe en dolares era un pico.

Cuzco.

Ya repuestos del disgusto, salimos a conocer un poco la ciudad de Cuzco (o Cusco como prefieren escribirlo los peruanos). No hace falta haber visitado un montón de lugares para darse cuenta desde el principio que Cuzco es una de las ciudades más absorventes que uno puede visitar en el mundo. No sólo por la ciudad en si misma que es increible, sino por que a escasa distancia de la misma se encuentran tantos lugares para visitar que el que va por pocos días sin duda puede llegar a sentirse abrumado ante la oferta brutal de sitios para conocer (y eso sin contar Machu Picchu!!!).

En Cuzco convive la herencia de los Incas con sus innumerables restos arqueólogicos y la parte colonial rastro del paso de los españoles con todas sus iglesias, palacios y casas coloniales que resisten impecablemente bien e paso del tiempo.

No obstante ya hablaremos mucho más extensamente sobre la ciudad en post futuros pq lo primero que hicimos al llegar a la misma fue ocuparnos de lo que más nos interesaba: Machu Picchu y el camino del Inca.

El camino del Inca es una caminata de unos 45-50 kms por los caminos originales de los incas que se hace durante tres días para culminar el cuarto con la llegada a Machu Picchu. Como todo en Perú, te puede salir más barato o más caro dependiendo de la pericia que tengas en la busqueda de la agencia con la que lo vas a hacer. Para que os hagais una idea hay gente que contratandolo desde Europa o EEUU paga más de 500 dolares, aunque el precio normal es hacerlo por unos 200-250 que era lo que pagaron más o menos todas las personas que lo hicieron con nosotros (excepto los peruanos que lo sacaron por unos 150).

Nosotros lo sacamos por 115 (sin tren de vuelta de Machu Picchu a Cuzco, pero eso es otra historia) y todo gracias a unos argentinos que conocimos en Potosí y que nos dijeron que en la calle Procuradores en Cuzco había una agencia en la que si preguntabamos por un tal Juan Carlos podíamos sacar un muy buen precio.

La de arriba es la calle donde estaba la agencia. Allí fuimos, hablamos con el tipo y acordamos que haríamos el camino en 4 días. No podíamos creer el buen precio que habíamos conseguido y nuestra incredulidad fue aun mayor cuando ya en pleno camino nos enteramos que hasta los peruanos (los cuales nosotros creíamos que pagaban mucho menos) habían tenido que soltar más lana que nosotros.

Primer día de visita al Valle Sagrado.

Como teníamos 4 días por delante antes de empezar el camino del Inca, los aprovechamos para conocer el valle sagrado de los incas en compaía de Sergi y Manuel y sin contratar los servicios de agencia alguna.

El primer lugar que visitamos fue Tambomachay, un lugar en el que los Incas rendían culto al agua y en el que por sus canales todavía se podía ver fluir el líquido elemento:

De Tambomachay lo que hicimos fue ir caminando toda la tarde en sentido inverso al que nos había traido el autobús pues desde allí hasta Cuzco había todo un reguero de sitios arqueólogicos empezando por el Puca Pucara, una fortaleza defensiva que además ál parecer pudo servir como punto de administración de las mercacias que llegaban a Cuzco a través del valle sagrado:

Y de Puca Pucara, tras un frugal almuerzo fuimos a conocer un lugar que un cuidador de Tambomachay nos había dicho que merecia la pena conocer y que estaba fuera de lo que era el circuito turístico convencional: El Templo de la luna:

El templo de la luna como su propio nombre indica se utilizaba para rendir culto a nuestro querido satélite y además era concebido como un lugar donde se podía aumentar la fertilidad de las personas. En su estancia principal, todavía se puede observar intácta la mesa de ofrendas en la que yo haciendo un poco bastante el cafre me subí para sacarme una foto:

Y de ahí, siempre caminando, nos fuimos a conocer Quenqo, un impresionante templo seguramente dedicado al culto al sol en el que se hacían sacrificios de seres vivos (no humanos) principalmente llamas en ofrenda al astro rey:

Y de ahí nos fuimos a visitar Sacsayhuamán, una impresionante fortaleza que preside la ciudad del Cuzco y que tiene forma de una cabeza de Puma (en tiempos de los incas, toda la ciudad tenía la forma de un enorme Puma, siendo Sacsayhuamán su cabeza). La longitud de Sacsayhuamán es abrumadora y aunque ahora sólo quedan sus cimientos, al parecer la altura de sus edificios era enorme.

Lamentablemente llegamos tan tarde a visitarla que apenas pudimos distinguir las cosas que el guía nos decía sobre ella y mucho menos pudimos tomar fotos decentes de la misma (varios días más tarde, ya incluso después de visitado Machu Picchu volvimos para admirarla a la luz del día)

Desde Sacsayhuamán , con la noche totalmente sobre nuestras cabezas volvimos a la ciudad para recuperar fuerzas y descansar para lo que nos esperaba al día siguiente.

Segundo día de visita al Valle Sagrado.

Nuevamente por nuestra cuenta y en compañía de Sergi y Manuel, nos fuimos a conocer los misterios que atesoraba el valle sagrado, empezando en esta ocasión por el sitio arqueológico de Pisac.

Pisac, si no fuera por la existencia de Machu Picchu sería sin duda uno de los lugares más conocidos del mundo pues su espectacularidad es sobresaliente. Sin embargo supongo que el nombre del Machu Picchu lo eclipsa todo y hace que lugares como este no sean conocidos para el público en general.

Más allá de su interés cultural, las vistas que se tienen desde el lugar del valle son increibles, y a cierta distancia, la vista de las sus terrazas de cultivo que tan bien han soportado el paso de los años es hermosísima:

Acercandote a las mismas, cada vez se van haciendo más visibles las ruinas de uno de los poblados que constituían el conjunto de Pisac, más concretamente donde vivían los encargados del cultivo de las terrazas:

Y de ahí ya se pasa a visitar el conjunto de templos dedicados a las diferentes deidades Incas y que junto a la espectacularidad del entorno hacen que Pisaq sea absolutamente irresistible:

Tras descansar un ratito y hacer los estiramientos pertinentes ...

... bajamos al pueblo de Pisaq colonial donde teníamos que tomar el autobús que nos tenía que llevar a Urubamba, nuestro siguiente destino en el valle:

Parada del bus en Pisac

Urubamba es la ciudad más grande que se encuentra dentro del valle sagrado, con unos 200.000 habitantes pero la verdad es que ese día no vimos prácticamente nada de ella más que la estación de autobuses desde el que tomamos uno que nos llevó hasta un pueblo cerquita de nuestro siguiente destino llamado Marás. Eso si, tuvimos tiempo para hacer esta foto tan chula:

En Marás contratamos los servicios de un taxista que por 10 soles cada uno se ofreció a llevarnos a los dos lugares que queríamos conocer ese día: Moray y las salinas de Marás.

Moray, fue otra de las cosas que más nos impresionaron de nuestra visita a Cuzco. Se trata de un enorme centro de investigación agrícola en el que los Incas trataban de adaptar productos que crecían a una determinada altura a una altura diferente con el objeto de hacer que la variedad de alimentos en Cuzco fuese lo más variada posibe.

El resultado fue, ese impresionante conjunto de andenes que veis más arriba, que respetando la orografá de la montaña daban lugar a una enorme variedad de microclimas en los que los Incas investigaban con diferentes produtos.

Como podeis ver aún hoy se plantan una enorme diversidad de alimentos en el lugar que con sus formas circulares da la sensación de ser el lugar de un aterrizaje extraterrestre o algo por el estilo.

Un lugar realmente espectacular y que merece la pena visitar. Además como tampoco forma parte del circuito turístico convencional tuvimos la enorme suerte de poderlo disfrutar absolutamente en exclusiva para nosotros solos.

Y de ahí nos dirigimos al que iba a ser el último lugar que visitaramos ese día: Las salineras de Maras, un lugar desde el que de tiempos preincaicos ya se obtenía sal:

Al parecer la sal viene de un manantial cercano del que sale agua salada. Los habitantes de la región construyeron cientos de pozos como los que veis más arriba para que se quedara el agua y después tras secarlos quedarse con la sal que se almacena en ellos.