Etiquetas

Argentina (29) Bolivia (15) Brasil (4) Chile (7) Colombia (1) Costa Rica (4) Cuba (1) Ecuador (5) Guatemala (6) Honduras (3) México (10) Nicaragua (4) Panamá (3) Perú (15) Uruguay (3)

lunes, 12 de noviembre de 2007

La aventura del Volcán Pacaya.

Al día siguiente ya me sentía bastante mejor de mi oido, aunque no totalmente recuperado así que me quede viendo la tele en la habitación del hotel mientras Vivu se iba a visitar por su cuenta un poco la ciudad y a contratar una de las excursiones que a la postre más nos impactó de todas: la que hicimos al Volcán Pacaya aquella misma tarde.

Para llegar al mismo primero teníamos que hacer un montón de kilometros en autobús por unas carreteras bastante malas (no por el firme que era bueno sino por las infinitas curvas que tuvimos que soportar que a más de uno le hicieron arrepentirse de haber comido antes de montarse al bus)

Llegamos a la entrada del parque nacional donde se encuentra el volcán y la verdad es que el tiempo allí era tan desapacible con todo el cielo completamente cubierto por nubes que amenzaban con descargar de un momento a otro que casi apetecía darse la vuelta y dejarlo para otra ocasión.

Afortunadamente no nos amedrentamos y rápirdamente nos pusimos a subir las cuestas que tras una hora y pico de caminata habían de llevarnos al lado del cono del volcán:





Como podeis ver en la foto eramos un grupo bastante numeroso por lo que cada uno subía más o menos al ritmo que podía aunque el guía cada tanto iba frenando a los más rápidos para que no se desmadrara la cosa demasiado. Por suerte eramos todos bastante jovenes y excepto una chica bastante gruesa que a los 10 minutos se dio la vuelta pq decía que tenía problemas cardiacos y que no podía hacer tanto ejercicio los demás aguantamos bastante bien.

Ya desde bien abajo se podía empezar a divisar la lava fluyendo a lo lejos por la ladera del volcán lo que nos daba fuerzas para seguir pese a que las condiciones climáticas eran cada vez más desalentadoras:





Tanto lo eran que llego un momento, más o menos a la mitad del camino, en que se largo a llover, primero tímidamente y luego con una fuerza bastante considerable, lo que como os podeis imaginar no eran las mejores condiciones posibles para alguien con unas decimas de fiebre y un oido infectado con un tímpano roto:



No obstante ya habíamos avanzado tanto que podíamos ver la lava perfectamente a unos cuantos de metros, así que por supuesto no nos ibamos a desanimar ahora y seguimos subiendo y subiendo pese a todos los inconvenientes.



Ya estabamos muy cerquita de la altura máxima a la que nos permitían subir (demasiado alto incluso para considerar que fuera 100% seguro pues como vereis más adelante la lava llegaba hasta nuestros mismísimos pies) cuando de repente como por arte de magia las nubes se empezaron a abrir y ante nosotros se mostró en toda su belleza otro de los volcanes cercanos que estoicamente soportaba el paso de la historia:



También a nuestras espaldas, en la leganía se empezaba a vislumbrar Ciudad de Guatemala ,la misma que visitaríamos unos días más tarde (aunque no tan a fondo como nos hubiera gustado y sin duda se merecía).



Y así, casi como el que no quiere la cosa habíamos llegado a la mismísima altura del rio de lava que descendía lentamente por las escarpadas laderas del volcán:





El suelo a nuestros pies estaba muy caliente y nuestras botas empezaban a tomar temperaturas elevadas. Era increible estar allí pues si te fijabas con detenimiento por debajo del suelo en el que pisabas podías ver todavía restos de lava sin solidificar:



Y si ya estabamos poco emocionados de por si, de repente empezamos a escuchar un gran estruendo y al volver la cabeza para ver que era lo que producía el ruido, nos dimos cuenta de que el volcán estaba en plena erupción escupiendo fuego en grandes explosiones:



Pese a los avisos del guia que nos gritaba a todos para que salieramos de allí pues ál parecer podía ser bastante peligroso (de hecho nos dijo que habíamos tenido muchísima suerte pues no era nada habitual ver ese espectaculo), guiados sin duda alguna por nuestra inconsciencia permanecimos sin descender el tiempo justo para grabar algunos videos:





Y como no, para tomarnos alguna foto más al lado del hermoso manto naranja que corría al lado nuestro:







Finalmente hicimos caso al guia que no paraba de gritarnos desde más abajo y empezamos a descender por la fascinante ladera de roca volcánica que te hacía sentir como si estuvieras en la luna:



La claridad era cada vez menor, por lo que el espectáculo del volcán visto ya a cierta distancia era majestuoso:






De repente reparamos en el hermosísimo atardecer que estabamos disfrutando, especialmente cuando fijabamos la vista en el volcán vecino:





A medida que pasaba el tiempo, las nubes iban engullendo más y más el volcán, y nosotros maravillados no podíamos dejar de mirarlo pese a que la mayoría de la gente de nuestro grupo hacía ya tiempo que había iniciado el camino de regreso a la entrada del parque donde nos esperaba el autobús:





Cuando las nubes acabarón por cubrir todo el volcán continuamos bajando pero a cada paso que dábamos más hermoso nos parecía el Pacaya, sin duda pq la luz era cada vez más tenue lo que aumentaba el dramatísmo de la lava cayendo por las laderas del mismo:





La oscuridad además trajo consigo el que miles de luces en Ciudad de Guatemala se fueran encendiendo poco a poco, dando lugar a una espectacular vista desde la distancia a la que nos encontrabamos:





Y poco más que contar de esta aventura. La oscuridad nos rodeo completamente, así que tuvimos que hacer el camino de vuelta prácticamente a oscuras, sólo ayudados por la linterna del guía que se había quedado a esperarnos (pero de muy buen humor no vayais a pensaros otra cosa).

Cuando llegamos a la salida del parque todo el mundo estaba ya abajo esperándonos, así que casi sin tiempo para decir "esta boca es mía" ya estabamos en el autobús de vuelta a la mágica ciudad de Antigua.

3 comentarios:

Duffman dijo...

Desde cuando a una gorda la denominas chica bastante gruesa?

Por favor, las cosas por su nombre, y las gordas también.

:P

María Lasalete Marques dijo...

Me gusto inmensamente vuestro proyecto, y si no existe objeccion de vuetra parte me gustaria usar vuestro link en un proyecto que tengo de espacio para jovenes e niños de mi escuela.
así que será un honor poder incluirlos en mi Blog. Caso no esten de acuerdo con ello, agradezco me lo hagan saber y así elimino el link de la misma.
Un abrazo excelente material.
Sigan vuestro viaje.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.