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miércoles, 30 de mayo de 2007

Costa pacífica de Ecuador I (Ruta del Sol)

Con Alicia al volante y tras perdernos un par de veces por las endemoniadas calles de Guayaquil conseguimos abandonar esta ciudad y pusimos rumbo al pacífico a comprobar que tan de cierto tenía aquello de que las playas de Ecuador eran espectaculares.


Tras una hora más o menos de viaje llegamos a la costa y a partir de ahí empezamos a subir por la carretera conocida como "ruta del Sol" hasta que ya anocheciendo llegamos al primer lugar en el que ibamos a parar: una localidad conocida como Montañitas muy famosa por ser un punto donde al parecer acuden surfistas de todo el mundo atraídos por las magníficas olas de sus playas.

El lugar pese a estar bastante preparado para el turismo tenía un toque bohemio muy curioso con mercaderes ambulantes por todas partes y en él se percibía que la vida aquí se tomaba con muchísima calma y que el stress y demás preocupaciones eran cosas bastante desconocidas.

Como todos estabamos bastante cansados por el viaje, tras una buena cena nos fuimos a dormir y al día siguiente nos marchamos a una playa cercana conocida como Puerto Bolivar donde por fin empezamos a disfrutar de Ecuado en condiciones:

Además como era temporada baja, tuvimos la suerte de poder estar en tan magnífico escenario practicamente solos, sin tener que aguantar los gritos de la Mari gritandole a los nenes que la tortilla de patatas ya estaba lista ni preocuparnos por encontrar un lugar donde poner la sombrilla:

Puerto Bolivar fue además el lugar donde el que escribe tuvo la oportunidad de zambullirse por primera vez en el Oceano Pacífico que a estas latitudes baña las costas del Ecuador con una corriente cálida que hace de lo más agradable el darse un bañito.

Y así entre unas cosas y otras se nos fue pasando el día y casi sin darnos cuenta estabamos de lleno gozando de uno de los atardeceres más bellos que, al menos yo, he tenido la oportunidad de contemplar en mi vida:

Este fue el primero de los muchos que nos esperaban en las costas de ecuador y quizás precisamente por ser el primero es de los que recordamos con más cariño:

Al día siguiente nos pusimos nuevamente en marcha sin tener muy claro a donde ibamos a ir y el destino quiso que nos pararamos en una localidad llamada Puerto López donde el azar nos llevó a preguntar si había alojamiento en un lugar llamado "Hostería Mandala" que a la postre resultó ser un pequeño pedacito de paraíso situado justo en frente del pacífico:

El lugar era un complejo de cabañas situadas en medio de un impresionante jardín que nos cautivó tanto que acabamos quedandonos en el mismo hasta que las vacaciones de Alicia terminaron y tuvo que marcharse a Buenos Aires:

Todo estaba cuidado al mínimo detalle desde las cabañas hasta la apariencia de la carta de menús del restaurante ...

... la comida por cierto excelente, y la ubicación del lugar era excelente, a pocos minutos caminando de Puerto López (pueblo que por lo demás era bastante feo) y a pie de playa donde además el complejo contaba con unas estructuras destinadas a dar sombra y colocar las indispensables hamacas para el descanso de los necesitados clientes como nosotros:

Y por supuesto que las vistas de los atardeceres eran sencillamente espectaculares como no podía ser de otra forma:

Pero no todo lo que hicimos durante nuestra estancia en Puerto López fue estar tirados en una hamaca en la playa comiendo bien y bebiendo cervecita (aunque eso tampoco hubiese estado mal jeje) ... También aprovechamos para ir a visitar el Parque Nacional Machalilla en dos días consecutivos. El primero de ellos fuimos a hacer una caminata a la vecina Isla de la Plata para lo que tuvimos que pegarnos un considerable madrugón para tomar la lancha en el puerto del pueblo.

Lo de levantarse temprano quedo compensado pq en el puerto pudimos ver como los pescadores descargaban el fruto de su labor lo que nos permitió hacer fotos tan espectaculares como esta:

Y de ahí directos a la lancha que había de llevarnos a la isla ...

... cuyo mayor atractivo era ver a los famosos piqueros de patas azules que no son sino estos adorables aves:

En medio de un calor sofocante también tuvimos la oportunidad de ver nadar a los tiburones martillo y pasar cerca de los no menos hermosos piqueros enmascarados:

Pero no sólo por su fauna la visita a la isla mereció la pena, pues las vistas que se disfrutaban desde la misma le dejaban a uno sin habla:

Esa playa de ahí abajo era tentadora pero bañarse en la misma no era muy recomendable ya que podía suponer el que uno acabará siendo la merienda de los ya mencionados tiburones martillos que aunque aquí no se aprecián sus siluetas bajo el agua eran perfectamente reconocibles desde la distancia.

No obstante parte de la excursión si que implicaba meterse en el agua ya que tras un frugal almuerzo nos zambullimos todos para hacer snorquel de forma que tuvimos ocasión de nadar al lado de innumerables peces de los más impactantes colores:

Y tras esto poco más. Vuelta a Puerto López y a descansar tirados en la playa para prepararnos para lo que se avecinaba al día siguiente:

Y lo que se avecinaba era nuestra segunda visita al parque Machalilla aunque esta vez en la parte continental sin tener que tomar ningún barco ni nada por el estilo.

Lo primero que visitamos fue un lugar arqueológico donde aprendimos como vivián los habitantes de la región antes y después de la colonización española. De ahí nos fuimos a dar un paseo para visitar una laguna bastante bonita que había por allí, aunque todo lo que tenía de hermosa lo tenía de maloliente (literalmente), pues su alto contenido de azufre hacía que oliera a huevos podridos.

Pese a que se le atribuían propiedades curativas para bastantes cosas yo no metí ni una uña ... Vivu por su parte fue más osada y se atrevió a darse un bañito:

De ahí nos fuimos a visitar la playa "de los frailes" (o del fraile, la verdad es que no me acuerdo exactamente), parte de la reserva natural y a la que sólo se podía ir a pasar el día ya que antes de que la tarde empezara a caer despachaban a todo el mundo.

En la playa además no divertimos un montón con sus enormes olas que tenían tal fuerza y producián tal resaca que a Vivu le costó un montón salir del mar una de las veces que se aventuró en el mismo.

Además de la playa salían un par de senderos que tras una breve ascensión te conducían a unos miradores dignos de ser visitados:

Ya de vuelta en Puerto López y en nuestra querida hostería Mandala disfrutamos del último día en compañía de Alicia, antes de poner rumbo a la ciudad de Manta donde ella se iba a separar de nosotros para ir a Guayaquil desde donde volvía a Argentina, haciendo nada más que estar todo el día relajados en la playita descansando.

Y así llego el día siguiente en el que tras varios de darles descanso nos volvimos a enfundar nuestras mochilas las cuales lamentablemente no habían aprovechado el tiempo para hacer dieta y pesaban tanto o más que antes:

De ahí nos fuimos para Manta aunque antes nos desvíamos un poquito para ir hasta el mirador que había a la entrada de Puerto López desde el que se tenía una vista privilegiada de la ciudad que hubíese sido imperdonable perderese:

Y sin más dilación pusimos rumbo a Manta donde pasamos las últimas horas con Alicia antes de la inevitablemente triste despedida. En Manta decidimos quedarnos esa noche y lo cierto es que podíamos haberlo evitado pues la ciudad era una de las más feas que hemos tenido la ocasión de visitar durante todo el viaje. Eso si, en una rotonda de la misma había un esplendido atún gigante que hacía honor a la ciudad conocida en Ecuador como la "capital del atún"

Por supuesto que antes de cerrar este post no puedo dejar pasar la oportunidad de agradecer a Alicia por lo bien que se portó con nosotros durante todo el tiempo que tuvimos la suerte de disfrutar de su compañía. Gracias a ella el merecido descanso que nos procuramos tras los palizones que traíamos del Perú fue mucho más agradable pues por un tiempo nos olvidamos de autobuses, mochilas y demás historias que tienen los que como nosotros llevan la casa a cuestas. Sólo espero que que ella disfrutara tanto como nosotros de aquellos días pq la verdad es que fueron deliciosos.

viernes, 25 de mayo de 2007

Guayaquil (¡por fin en Ecuador!)


Tras pasar más de un mes en tierras peruanas por fin llego el día en que tuvimos que desempolvar nuestros pasaportes para cruzar una nueva frontera.

Fieles a nuestra tradición decidimos viajar de noche (ya sabéis, así nos ahorramos una noche de alojamiento, jeje.), por lo que tras un interminable recorrido que nos llevo bastante más de 10 horas en realizar aunque no nos preguntéis cuantas exactamente llegamos felizmente aunque totalmente exhaustos a la que iba a ser nuestra primera parada en territorio peruano: la ciudad de Guayaquil.

Lo primero que nos llamó la atención en Ecuador (aunque a la postre pudimos comprobar que sólo era en Guayaquil) fue la sensación de peligrosidad que le daba al lugar el hecho de que en cada esquina había un policia o un guardia de seguridad armado con una escopeta de esas con los cañones recortados o un fusil de asalto.

Tras procurarnos alojamiento y dormir unas cuantas horas para recuperarnos del viaje decidimos salir a explorar un poco la ciudad.

Guayaquil es la ciudad más grande de Ecuador con cerca de dos millones de habitantes (medio millón más aproximadamente que la capital Quito) y es conocida como "la perla del pacífico" lo cual nos lleva a pensar que fue una ciudad de pasado esplendoroso y que en la actualidad hace justicia a su nombre al ser sin duda alguna una de las ciudades más pujantes del Oceano Pacífico latinoamericano.

Debido a la sensación de peligrosidad que os comentábamos no nos dimos el lujo de explorar sus calles con la misma libertad con que hemos visitado otras ciudades. En todo caso, lo lugares en los que nos aventuramos como su arteria principal, la avenida, la 9 de Octubre, que va desde el Parque Centenario hasta el Malecón, el propio Malecón y sus alrededores o el barrio de las Peñas nos dejaban entrever una ciudad que está explotando económicamente y cuyo potencial creemos que puede ser enorme en un futuro cercano.

Avenida 9 de Octubre

Parque Centenario

Pasear por la 9 de Octubre es un placer pues está toda llena de tiendas y restaurantes y cuando cae la noche la iluminación de alguno de sus edificios más representativos como la Iglesia de San Francisco es magnífica:



Sin ningún lugar a dudas lo que más merece la pena de la ciudad es su soberbio Malecón con vistas al pacífico, por el cual es una autentica delicia pasear y disfrutar de sus encantos:




Además con la llegada de la oscuridad también se iluminan especialmente sus principales atractivos como la Torre del Reloj y el resultado es al menos tan espectacular como el que os mostrábamos en la iglesia de antes:

Desde una de las plataformas que se levantan en el propio Malecón se puede tener una vista magnífica de edificios tan representativos como el Palacio Municipal ...



... situado en una bonita plaza justo enfrente del Palacio de la Gobernación:


Y el otro lugar que nos gustó muchísimo de Guayaquil fue el conocido como Parque Seminario donde se encuentra situada la Catedral Metropolitana y justo enfrente de ella el monumento a Simón Bolivar ...


... aunque lo que más nos gustó del parque fue el que estaba repleto de iguanas por todos lados ...



... que además eran bastante amigables pues no ponían ningún reparo en dejarse acariciar por cualquier persona dispuesta a ello:

Además había otros animales como tortugas e incluso ardillas que hacían del lugar un sitio muy agradable para pasar el rato:

Guayaquil además fue el lugar donde por fin pudimos ver la película que habíamos estado persiguiendo sin éxito desde que comenzamos el viaje: Apocalypto, la cual pese a su extremada violencia es, a nuestro juicio, altamente recomendable.

Y así, casi sin darnos cuenta ya habíamos pasado casi dos días en la ciudad y llegó el momento de ir al aeropuerto a recoger a Alicia (para los que no la conozcais la mamá de Vivu) al aeropuerto, en el que como no había mucho trabajo los taxistas aprovechaban para echarse una siestecita ventilando el coche como mejor podían:

Increible (y lastimosamente) no tenemos imagen alguna de la llegada de Alicia ... aunque para compensar os vamos a proponer un juego ... A ver si adivinais quien es la persona que sale en una de las fotos que en wikipedia hay en el artículo sobre el aeropuerto de Guayaquil del que aquí os dejo el enlace:


¿Fácil no?

Lo que si que os podemos adelantar desde ya es que la llegada de Alicia supuso por unos días una mejora en las condiciones de nuestra comodidad en el viaje, no sólo y como podréis comprobar en futuros post en la calidad de los alojamientos, sino además en la de los transportes como lo demuestra el hecho de que para salir del aeropuerto no lo hicimos en uno de nuestros queridos autobuses sino en un flamante coche alquilado que durante varios días nos acompañó en nuestro recorrido por las costas del pacífico ecuatoriano.

Directamente pusimos rumbo a la playa y en nuestro camino mientras abandonábamos la ciudad dio la casualidad que pasamos por delante del estadio del equipo más importante de Guayaquil:


Si ampliáis la foto y os fijais en el escudo, alguno vais a pensar que debe algún error en el mismo ... pues no, el escudo es prácticamente igual al del Futbol Club Barcelona de España (con la única diferencia de que en su interior pone las letras BSC) y además el nombre del equipo ecuatoriano también es Barcelona por lo que os podeis imaginar que en Ecuador personalmente voy a muerte con los equipos de Quito.

domingo, 20 de mayo de 2007

Chachapoyas, Gocta, las ruinas de Kuelap y Piura

Después de otro insufrible viaje que superó con creces la decena de horas aunque ya ni recordamos por cuanto exactamente llegamos a la ciudad de Chachapoyas que como estaba situada de nuevo en el interior del pais a cerca de 2500 metros de altura nos recibió con ese frio que tanto "echabamos de menos".

Chachapoyas es un pueblo de unos 20mil habitantes tan feo que no merece la pena ni pasear por sus calles, y este ni siquiera tiene la vista de los nevados que tenía el también poco agraciado Huaraz:
Afortunadamente en sus proximidades hay un montón de atractivos que hacen que merezca la pena su visita empezando por la fortaleza de Kuelap, objetivo principal de nuestra incursión en esta región del Perú.
Así que como la ciudad no tenía mayor encanto, la tarde que llegamos la dedicamos a descansar del pesado viaje y a contratar la excursión con una agencia para ir al día siguiente a visitar la citada Kuelap.
Por lo que muy temprano a la mañana ya estabamos en camino ansiosos por llegar cuanto antes a nuestro destino y bastante preocupados pq el día era horrible y era muy posible que una vez en el lugar la visibilidad fuera nula por la lluvia que nos acompañaba.
Lo que no sabíamos es que el mayor de los obstaculos que teníamos que vencer para disfrutar de Kuelap no iban a ser las inclemencias meteorológicas, sino q antes de siquiera tener que preocuparos de lo mucho o poco que se iba a ver en el lugar, teníamos que apañarnosla para superar el impresionante derrumbe de piedras que bloqueaba totalmente nuestro camino:
Como ningún coche podía pasar ni para un lado ni para otro, al final lo que decidimos fue contratar los servicios de un fulano que se nos ofreció a llevarnos desde el otro lado del derrumbe hasta las ruinas, el cual, dicho sea de paso, hizo el agosto pues por transportarnos durante 20 kms nos cobró la nada despreciable cantidad de 100 soles (a dividir entre las 6 personas que hacíamos la excursión)
... Y lo peor de todo fue que tuvimos que ir 8 en un coche con capacidad para 5 por unas curvas con unos precipicios a los lados que quitaban el aliento y con la carretera en unas condiciones tan malas que todavía no me explico como es que no nos quedamos pinchados en alguno de los "invisibles" baches repletos de agua que tuvimos que atravesar.



Bastante mareados por el viajecito llegamos a unos 400 metros del sitio arqueológico desde donde teníamos que continuar a pie ... había barro por todas partes y la lluvía seguía cayendo incesantemente así que nuestros peores augurios parecía que se iban a cumplir y que la visita a Kuelap iba a ser bastante decepcionante.

Kuelap es una fortaleza militar de tiempos preincaicos construida por la cultura de los Chachapoyas que resulta absolutamente impresionante por la altura de sus muros y por el tamaño y cantidad de construcciones que hay detras de los mismos.


Como si de un milagro se tratase, nada más cruzar sus puertas (que podeís ver más arriba) las nubes se empezaron a abrir y pudimos disfrutar por primera vez desde que llegamos a Chachapoyas de un sol esplendido lo que hizo que nuestra visita fuese genial.
Además el guía que nos tocó en suerte resultó ser magnífico (sobrino por cierto del arqueólogo que se encargo de los principales trabajos de restauración del sitio) y nos explicó infinidad de cosas sobre el lugar y la cultura de los Chachapoyas.
Absolutamente maravillados, y preguntandonos sobre como era posible que los antiguos Chachapoyas hubieran podido transportar toda esa cantidad de rocas hasta los más de 3000 metros en los que se encuentra situado la fortaleza paseamos por su recinto disfrutando de su magnificencia.
Aprendiendo entre otras cosas que además de fortaleza la ciudad sirvió como centro administrativo y religioso de la mencionada cultura y que en su interior y a las afueras de sus muros se constituyó una ciudad con miles de habitantes.
Y así sin desperdiciar la oportunidad de hacerle una foto más a sus impresionantes muros pusimos rumbo de nuevo hacia la ciudad de Chachapoyas.
Afortunadamente a las horas que decidimos volver ya se habían podido quitar los escombros que entorpecián el paso así que pudimos llegar sin problemas a nuestro destino, en el que inmediatamente contratamos otra excursión con la misma agencia para ir a visitar la catarata de Gocta, la tercera más grande del mundo y recien "descubierta": http://www.elpais.com/articulo/sociedad/gigantesca/cascada/secreta/sirena/serpiente/elpporsoc/20060310elpepusoc_4/Tes
En coche llegamos hasta la localidad de San Pablo desde donde en teoría tras tres horas de caminata (pero eso haciendolo muuuuy despacio) había que llegar al lugar donde nos esperaba la catarata.
Llegados a este punto tengo que hablar de la pareja de limeños que nos acompañó. Ambos debían pasar la cincuentena y para nuestra desgracia no hicieron caso del consejo del guia que tras verle caminar 4 pasos les recomendó que hicieran el camino a lomos de un burro ... pero la señora quería caminar ... la señora ... mi refinada educación en los más selectos colegios cacereños me va a impedir llamar a esta señora Vacaburra, pero nadie me podrá acusar de faltar a la verdad si la defino como G O R D A, así en mayusculas y con todas las letras.
El ritmo que llevaba la G O R D A era tan lento que tardamos mas de 4 horas en llegar al punto desde el que teníamos que doblar para ir hacia la catarata (en realidad nosotros llegamos en 3 horas pero yendo a paso de tortuga y estuvimos otra hora esperando). Por lo menos el camino era hermosísimo y pudimos hacer fotos como esta:
Cuando por fin consiguió trasladar esa inmensa mole que tenía por culo la susodicha señora el guia nos indicó como acceder al mirador desde el que se veia la totalidad de la catarata (que constaba de dos saltos dicho sea de paso)
Y como si el destino quisiera cobrarse la factura por haber hecho que el dia anterior se despejara todo de forma milagrosa para nuestro mayor regocijo y disfrute de Kuelap, de repente empezó a llover, al principio muy timidamente por lo que tras grabar el siguiente video por si las moscas ...


... salimos disparados como almas que lleva el diablo para llegar al pie de la primera caida antes de que empezara a llover más fuerte.
Desafortunadamente fue imposible pq a los dos pasos empezó a caer un diluvio de magnitudes épicas del que nos refugiamos como pudimos debajo de unas rocas ... tras esperar casi una hora a que parara decidimos que aunque sólo fuera por orgullo teníamos que llegar a la base de la catarata asi que luchando contra todos los elementos desatados del mundo caminamos el poco trecho que nos quedaba bajo la lluvia torrencial y vimos la catarata a 10 metros, aunque tal era la cantidad de agua que llevaba y que salía despedida con una fuerza impresionante en todas las direcciones que no pudimos ni hacerle una foto de recuerdo.
Iniciamos el camino de vuelta con una impotencia enorme ... por un lado culpabamos a la G O R D A pq si ella no hubiese estado habríamos tenido tiempo de sobra no sólo de ver la caida de la catarata tranquilamente, sino de bañarnos en el lago que se formaba entre las dos caidas y además de haber podido subir hasta arriba del todo desde donde nos aseguraron la vista era impresionante ... Y por otro lado nos culpabamos a nosotros mismos por haber hecho caso al guia y esperarle cuando el camino estaba tan marcado que era imposible perderse (claro que esto lo supimos a posteriori y tras las experiencias que habiamos tenido no quisimos arriesgar)
Y cuando nos dimos cuenta había parado de llover y casualmente estabamos justo al lado del mirador de la catarata así que nos animamos a volver al mismo a echarle una ultima miradita a la misma:
Incluso por un momento estuvimos tentados de dar la vuelta para ver si ahora sin la lluvia era posible ver mejor el asunto pero la niebla cada vez subía más por lo que desistimos de seguir con la aventura y regresamos al punto de partida.
En el que por cierto tuvimos que esperar como otras dos horas más, pues si a la G O R D A le había costado hacer la subida, el volver con todo el barro y el cansancio acumulado le costó aun muchisimo más así que no nos quedó más remedio que aguantar hasta que finalmente aparecieron nuestros querido amigos limeños.
Y las desgracias de ese día no acabaron ahí. Como era Sabado y pese al cansancio acumulado decidimos salir un rato por la noche y mientras nos tomabamos una cerveza no se nos ocurrió mejor idea que dejar en un rincón nuestras viejas (y sucias) sudaderas (camperas para los del otro lado del atlántico) aunque esos dos detalles no fueron inconveniente para que algún listo nos los robara con lo que ese día nos fuimos a acostar con una mala leche más que considerable.
Al día siguiente partíamos para Chiclayo de nuevo por la noche por lo que lo dedicamos para ir a visitar el cañón de Huancas, una localidad muy cercana a Chachapoyas, el cual era realmente magnífico:
Y con un sentimiento de alivio enorme abandonamos Chachapoyas en un viaje que nos iba a llevar unas 16 horas, 14 hasta Chiclayo del que sólo conocimos su estación de buses y otras 2 hasta la ciudad de Piura, la que a la postre sería la última que visitaríamos en el Perú y en la que estuvimos tres días haciendo nada excepto descansar y recuperarnos disfrutando de su agradable clima y de poco más pues la ciudad no tenía demasiado para visitar ... aunque por supuesto tenía una hermosa catedral:
Y una estatua en homenaje a Francisco Pizarro bajo la cual no tuve más remedio que inmortalizarme:
Y de ahí (viajando nuevamente de noche) pusimos rumbo a un nuevo pais: Ecuador, y más concretamente hacia la ciudad de Guayaquil donde habíamos quedado en encontrarnos con Alicia, la mamá de Vivu, que iba a pasar unos días con nosotros en la costa pacífica de Ecuador ...