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miércoles, 28 de noviembre de 2007

El lago más hermoso del mundo: Lago de Atitlan


La noche de nuestra visita al volcán Pacaya dormimos de nuevo en Antigua y tan cansados estabamos que a la mañana siguiente dormimos hasta bastante tarde. La idea era ese mismo día ir a conocer un nuevo lugar, en este caso el Lago Atitlan, al Norte de Antigua pero como yo todavía no me encontraba muy bien del todo fue Vivu la que salió a ver si encontraba alguna agencia de viajes que nos facilitara el transporte para llegar al Lago.

Regresó a la habitación del hotel a toda prisa diciendo que el último transporte al lago ya había partido pero que había hablado con la de la agencia y le había dicho que si nos ibamos en taxi hasta una gasolinera a las afueras de Antigua, la furgoneta que iba para el lago podía esperarnos.
Dicho y hecho. Abandonamos el hotel a toda prisa y tomamos una de esas motocicletas con techo que en Cuba más adelante llamarían cocotaxis e interceptamos el transporte en el punto acordado.

Tras más de 3 horitas de accidentado viaje llegamos por fin a las orillas del Lago Atitlan, a una población llamada Panajachel, San Jorge o algo por el estilo, ahora no nos acordamos muy bien pero en cualquier caso una de las que aparece al Sur en el siguiente mapa:
Rapidamente nos pusimos a buscar un transporte que nos llevara hasta San Pablo que era el lugar donde habíamos decidido que ibamos a pernoctar. El tiempo cada vez se ponía más y más feo por lo que no nos hacía mucha gracia meternos en un barquito (como el que podeís ver más abajo) para cruzar las aguas del lago:
No obstante, una vez más dejamos aparcada la prudencia y nos decidimos a ir al punto de destino. Cuando nos montamos en el barco ya estaba lloviendo debilmente pero cuando ya estabamos surcando las aguas del lago empezó a caer el diluvio. Al llegar a San Pablo lo único que pudimos hacer fue salir corriendo hasta el primer alojamiento que encontramos al que llegamos totalmente empapados y eso que estaba a escasos 100 metros de donde paraba el bote.
Esa tarde no pudimos hacer nada pq no paró de llover ni un instante. Cuando por fin lo hizo ya era bien cerrada la noche y lo único que pudimos hacer fue ir a cenar a un hostal cercano donde para colmo cuando llegamos ya se había acabado toda la comida pq era muy tarde (no más de las 19 os lo juro!!!) y nos tuvimos que conformar con algo de ensalada de pasta y unas hamburguesas vegetales que no eran de lo más apetecibles.
A la vuelta al hostal sacamos un par de fotitos del lago totalmente de noche en las que sin embargo se podían distinguir la silueta de uno de los dos volcanes que presidían el mismo:
El día siguiente nos obsequió con una mañana espectacular, sin una sóla nube en el cielo, y por fin pudimos comprobar el por qué Aldous Huxley (el de Un mundo feliz) había definido a Atitlan como el "lago más hermoso del mundo" pq la verdad es que era impresionante:




Además, en contraste a la tempestad del día anterior se respiraba una paz y tranquilidad en el ambiente muy relajante, así que nos tiramos allí un buen rato simplemente observando el lago y a sus gentes, viendo por ejemplo como las madres indígenas acompañaban a sus hijos al embarcadero para tomar el barco que les llevara a la escuela:


Pasado el rato decidimos ir a explorar un poco las orillas del lago y tomamos una senda sin saber muy bien donde nos podía llevar, siempre con la orilla del lago a la vista:
Tras caminar y caminar, llegamos de pura casualidad a un hospedaje regentado por un español y su novio inglés donde paramos a tomarnos un delicioso desayuno en una espectacular terraza desde la que se divisaba todo el lago y en cuyos cojines aprovechamos para echarnos una siestita mañanera:
Tras recuperar fuerzas continuamos caminando disfrutando de la magnificencia del lago y de sus bellísimas vistas:
Hasta que nos cansamos y pensamos que era buen momento para volver al pueblo. En ese momento decidimos que ibamos a volver a Antigua esa misma tarde pq aunque había varios pueblos para visitar en el lago lo cierto es que a mi personalmente me apetecia avanzar un poco en el viaje e ir a algún otro sito más que seguir en el Atitlan.
Cuando llegamos al pueblo nos enteramos que hasta pasada una hora y pico no iba a partir otro barco de regreso, así que yo me quede tomando una coca-cola y admirando el lago mientras que Vivu marchó cámara en ristre a pasear por las calles del mismo y por supuesto para fotografiar a todo lo que se le puso a tiro:
Cuando llegamos de vuelta a Panajachel, rápidamente nos salieron un par de individuos que se ofrecieron a llevarnos a Antigua aunque por unos precios desorbitados en comparación a lo que habíamos conseguido para ir allí. Intentamos contactar varias veces con la agencia con la que habíamos venido pero era imposible, así que cuando ya estabamos casi resignados a aceptar que nos timaran, milagrosamente aparecieron dos chicas que iban a Ciudad de Guatemala tras haber pasado el fin de semana en Atitlan que muy amablemente se ofrecieron a llevarnos sin pedirnos nada a cambio.
El viaje hasta Antigua resulto muy agradable pues la guatemaltecas eran agradabilísimas y no pararon de contarnos cosas en las varias horas que pasamos dentro del coche.
Ya en Antigua intentamos volver a hospedarnos en el hotel en el que habíamos estado anteriormente pero estaba completo así que nos fuimos a uno cercano donde descansar a la espera de un nuevo día que había de conducirnos hasta nuevas aventuras por las hermosas tierras de Guatemala.

martes, 11 de septiembre de 2007

Granada (llamandose así tenía que ser hermosa)

En el post anterior os decíamos que de San Juan pretendíamos a ir a Granada previo paso por la capital: Managua, lo cual es sólo verdad a medias. Lo cierto es que enfilamos hacia Granada pero fuimos directos desde Rivas, ciudad que estaba a un par de kms escasos de San Juan y de la que sólo conocimos su cochambrosa estación de autobuses:



Y eso que por un momento pensamos que nos ibamos a tener que quedar tirados en Rivas por lo menos un día ya que el taxista que nos acercó hasta la estación nos aseguó que era imposible que pudieramos coger transporte alguno, ya que como era domingo las comunicaciones entre ciudades eran imposibles.

Afortunadamente el taxista no tenía ni idea de como funcionaba el tema y en 10 minutos ya habíamos tomado uno de los autobuses que cada 30 minutos partían directos con rumbo a Granada.

Llegamos a la ciudad a eso del mediodía, por supuesto lo primero que conocimos fue su estación de buses, donde paramos ...



... así que tras recuperar fuerzas comiendo algo en uno de los restaurantes de la ciudad, nos pusimos manos a la obra y vimos 1000 posibles alojamientos antes de decidirnos por uno.

Tras instalarnos y descansar un poco ya estabamos listos para ir a hacer nuestra primera incursión por Granada, así que nos pusimos en marcha para descubrir la que ya os adelanto que fue una de las ciudades más hermosas que visitamos en todo el viaje y sin duda la más bella de toda Centroamérica.

Lo primero que vimos fue la Iglesia de Guadalupe, cuyo aspecto decadente, casi ruinoso le confería un encanto enorme:



Aunque lo que más nos gustó de Granada fue la calle La Calzada (en la que por cierto estaba situado nuestro hostal) que daba acceso a la Plaza de la Independencia donde se encontraba la hermosísima Catedral (entre otros soberbios edificios) y el no menos hermoso Parque Central.

La calle de la calzada era una calle peatonal que durante todo el día tenía una vida increible ya que estaba llena de bares y negocios y de la que podemos afirmar casi sin temor a equivocarnos que era lugar más cosmopolita de toda Nicaragua (al menos de los que nosotros visitamos) ya que en la misma te podías encontrar a gentes de mil naciones:



Y eso que todavía no la habíamos conocido de noche que era cuando tenía más encanto, aunque para eso todavía faltaban unas horitas. Como os hemos dicho al final de la misma se encontraba la Catedral, con unos colores tan seductores que enamoraban a todo el que la contemplaba, y con un interior cuya sencillez sólo rivalizaba con su belleza:





Y al lado de la Catedral la no menos impresionante Plaza de la Independencia con edificios de mil colores que le daban al lugar un aspecto único:







En uno de los edificios de esta plaza fue donde nos encontramos la versión nicarguense de los versos del ilustre poeta Francisco A.Icaza, que todo aquel que haya tenido la suerte de visitar la Alhambra en la Granada andaluza sin duda ha tenido la suerte de disfrutar:

Dale limosna mujer, que no hay en la vida nada,
como la pena de ser, ciego en Granada.

Solo que aquí como ya os comentabamos dicen lo mismo pero de otra manera:



Y al justo al ladito de la Plaza de la Independencia, el Parque Central con sus hermosas fuentes, donde además se encontraba el Palacio Municipal, lugar que escogimos para recuperar fuerzas antes de proseguir con nuestra visita por la ciudad.




Más descansados enfilamos hacia la parte de la ciudad donde las aguas del lago Nicaragua bañan la misma y donde hay un malecón donde es muy agradable pasear por lo que la caida de la tarde nos sorprendió en el mismo:



El hambre apretaba así que volvimos a la calle de nuestro hostal (La Calzada de la que ya os hablabamos antes) donde la imagen del atardecer no era menos hermosa:


Y allí cenando, y tomando unas cervecillas, la tarde dio paso a la noche y pudimos comprobar lo tranquila que vive la gente por estas latitudes que con las temperaturas que por allí se manejan no tienen reparo alguno en sacar las sillas a las puertas de su casa y pasar las horas charlando (vayase usted a saber si desenredando los grandes misterios de la humanidad):





Y ya que estabamos cerca aprovechamos para ir a sacarle una fotillo a la Catedral iluminada de noche pues desde la lejanía se apreciaba que era una estampa que merecía la pena:



Y después a dormir, pues el día había sido bastante largo y el que se avecinaba seguro que no lo iba a ser menos.

A la mañana siguiente nos dimos el lujo de despertarnos cuando nos dió la gana que el sueño que llevabamos atrasado era considerable. Tras un frugal desayuno (si es que lo hubo que ahora mismo no lo recuerdo) nos fuimos en busca de una oficina de correos pues Vivu quería mandar varias cosas para Buenos Aires ya que la mochila le iba a explotar de enredos que por uno y otro lado iba comprando.

Tras marearnos por media ciudad, ya que nadie sabía exactamente por donde quedaba la oficina de correos llegamos al lugar donde se suponía que estaba, sólo para descubrir que había sido cambiada de sitito recientemente y que ahora estaba situada justo en una calle paralela a la Catedral, es decir, casi al lado de donde estabamos alojados.

Tanto esfuerzo nos costó encontrarla que al final no podíamos dejar constancia de su existencia en forma de fotografía:



Aunque la verdad es que mereció la pena la busqueda pues los precios por enviar postales y paquetes tanto a España como a Argentina eran muy muy asequibles.

De la oficina de correos empezamos a pasear sin rumbo fijo y de casualidad nos encontramos con la Casa Sandinista del Departamento de Granada, en la que aprovechamos para entrar y encontrarnos entre otras cosas con un hermoso mural dedicado a un argentino ilustre: Don Ernesto "Che" Guevara:







Tras almorzar y pese a que el sueño que teníamos nos recomendaba volver al hostal a dormir la siesta, vencimos a la pereza y seguimos recorriendo las hermosas calles de la ciudad ....





... hasta que al final llegamos a la Iglesia de la Merced, en la cual, tras pagar un módico precio, te dejaban subirte al campanario desde el que las vistas de Granada eran magníficas:










Y como en cada campanario hay una campana, y las campanas están para ser tocadas antes o después, mientras estabamos por allí a nuestra bola, llegó un señor que sin mediar palabra nos invitó a apartarnos y se puso como un loco a doblar las campanas llamando a misa (suponemos):



Esto nos supuso una especie de deja-vu (o como se escriba) ya que los más fieles recordareis que ya tuvimos una experiencia parecida en una Iglesia en la capital constitucional de Bolivia, es decir, Sucre, donde para más casualidades la iglesia también se llamaba de La Merced. Aquí os dejamos el enlace por si no os acordais:

http://youtube.com/watch?v=BQNoV3Z5Iv8&mode=related&search=

Tras esta experiencia casi religiosa, decidimos volver a nuestro hostal sin dejar de admirar la singularidad de las calles y negocios de la ciudad:





Y ya que pasabamos por allí nos metimos en la Casa de los leones, que nuestra guía definía como el centro de la vida cultural de la ciudad, cosa de la que nosotros no podemos dar fe pues cuando llegamos a la misma era tan tarde que estaba casi cerrando. Eso si, en una de sus estancias nos encontramos con esta bella estampa:



Y de ahí cenita en un precioso restaurante de La Calzada y a dormir pues al día siguiente teníamos intención de ir a otra ciudad emblemática de Nicaragua, con nombre también de ciudad histórica española: León

A la mañana siguiente tras recoger nuestra ropa de una lavandería cercana y darnos un último paseo por los alrededores de la Catedral y el Parque Central, donde por cierto estaba está hermosa estatua que podeís ver en la imagen de más abajo (la cual nos gustaría dedicarla a todas las madres pero en especial a las nuestras por supuesto: un beso enorme para Alicia y Rufina) ...



... nos enteramos de que había huelga de autobuses y de que era imposible abandonar la ciudad por ese medio.

¿Qué como nos las apañamos para salir de Granada?. Eso queda para el próximo capitulo ...