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lunes, 26 de marzo de 2007

Arequipa y el Cañón del Colca

Tras un viaje que se hizo especialmente largo por lo incomodo que resulto ser el autobus en el que viajamos durante un monton de horas de noche, llegamos a eso de las 7 de la mañana a la ciudad de Arequipa, tambien conocida como "la ciudad blanca" y la segunda mas grande de Peru con cerca de 1.000.000 de habitantes.

Conseguimos un alojamiento bastante decente a escasos metros de la plaza principal y el resto del dia lo empleamos basicamente en hacer nada mas que descanasar y ver la tele, aunque a la noche salimos a dar una vuelta e hicimos unas fotos bastante buenas de la catedral y la fuente situada en el centro de la plaza de armas.





A la mañana siguiente nos levantamos temprano y nos fuimos a recorrer la ciudad que como era ya costumbre tenia un hermoso centro, herencia de su pasado colonial y en la que disfrutamos de un dia la mar de agradable, sobre todo pq tras mucho tiempo pudimos olvidarnos de nuestras ropas de abrigo por un momento, ya que si bien el cielo estuvo bastante cubierto todo el dia, la temperatura era mas que agradable:





Como no podia ser de otra forma visitamos un monton de iglesias, entre la que desistimos de visitar el convento de Santa Catalina pues el precio que nos pedian por entrar al mismo nos parecia abusivo para ver una simple iglesia (30 soles), aunque luego hablando con personas que lo visitaron nos dijeron que merecia totalmente la pena pagar ese dinero pues al parecer era tan enorme que parecia una ciudad en miniatura (para la proxima vez sera ...)



De las que si que visitamos la que mas nos gusto fue la de la Compañia de Jesus con sus espectaculares claustros:



Y de vuelta en la catedral nos llamo muchisimo la atencion el dispensario de agua bendita que tenian para que la gente se llevara el preciado liquido:



El Cañon del Colca

Ojeando nuestra guia unos dias antes de ir Arequipa habiamos visto que cerca de la ciudad se encontraba el Cañon del Colca que segun la misma era dos veces mas profundo que el Gran Cañon del Colorado y muchisimo mas grande de longitud.

Una vez en Arequipa estuvimos investigando por varias agencias para ver como de costoso era ir a visitarlo y tras pensarlo detenidamente, decidimos ir a conocerlo por nuestra cuenta haciendo caso omiso a la promesa que habiamos hecho tiempo atras de no volver a hacer nada sin la ayuda de un guia y llevados por nuestro espiritu aventurero.

En la oficina de turismo nos dijeron que lo mejor era que fuesemos a un pueblo llamado Cabanaconde en pleno corazon del cañon en lugar de empezar por Chivay como hacia la mayoria de la gente que iba a conocer el portentoso espectaculo que prometia ser el Colca.

Dicho y hecho, tras otro madrugon bastante curioso ya estabamos metidos en un pequeño autobus camino de Cabanaconde dejando la hermosa Arequipa a nuestras espaladas donde ademas aguardaban todas nuestras pertenencias en el Hostal donde habiamos pasado la noche.

El camino de ida a Cabanaconde ya nos desvelo que ibamos hacia un lugar absolutamente increible y sin siquiera bajar del autobus tomamos fotos tan espectaculares como estas:







Todavia un poco aturdidos por la belleza de los paisajes que acababamos de disfrutar llegamos a Cabanaconde:



Alli conseguimos alojamiento en plena plaza principal, en el albergue municipal por el modico precio de 5 soles (1,25 euros) por cabeza en una habitacion para los dos solos con baño propio y con unas vistas de la plaza sensacionales:



Y sin darle un solo minuto de descanso a nuestros doloridos cuerpos nos fuimos a visitar el mirador del pueblo desde el que habia una excelente panoramica del cañon:









Y sin siquiera darnos la tregua de parar a comer algo empezamos a bajar al fondo del cañon en una caminata que iba a hacernos descender durante unas 2 horas a una velocidad de vertigo para luego inmediatamente iniciar una subida que nos iba a llevar unas 3 horas y media.

La razon de darnos tanta prisa era que a eso de las 18 de la tarde anochecia y nosotros estabamos empezando a bajar a eso de las 12 del mediodia.

Por el camino nos encontramos a paisanos de Cabanaconde que cuando les deciamos que teniamos planeado bajar y subir todo en un dia nos miraban como si estuvieramos locos y nos aconsejaban que durmieramos en la parte de abajo en lo que se conoce como el "oasis"

Nosotros por supuesto hicimos caso omiso a sus consejos y bajamos como balas hacia un oasis que casi no nos dio tiempo a ver pq antes de darnos cuenta ya estabamos subiendo de nuevo. Entre medias por supuesto paramos a hacer algunas fotos ...





... Y Vivu incluso tuvo tiempo de hacer una nueva amiga:



Mientras subimos por supuesto se nos puso a llover y se nos hizo de noche, y cuando nos quisimos dar cuenta estabamos dentro de una nube lo que hacia que nuestra visibilidad fuera bastante limitada:



Por suerte era imposible perderse pues el camino estaba perfectamente marcado ... hasta que llegamos muy cerca del pueblo donde dicho camino se separaba en varios y donde nuestro angel de la guardia vino de nuevo a rescatarnos pues justo cuando estabamos deliberando sobre que camino de los posibles tomar llego un paisano de Cabanaconde que nos acompaño hasta la entrada del pueblo al que llegamos absolutamente reventados a eso de las 19 de la tarde tras ya ni nos acordamos cuantas horas de caminata.

Tras una cena que devoramos, antes de las 21 ya estabamos durmiendo pues necesitabamos recuperar fuerzas para lo que nos esperaba al dia siguiente ...

... Y es que a las 06:00 estabamos ya recogiendo todo para a las 06:30 tomar un autobus que habia de llevarnos a un mirador donde muy temprano a la mañana los majestuosos condores tenian la costumbre de salir para regocijo de todo aquel que estaba en el lugar para divisarlos,

El lugar en cuestion era conocido como mirador "La Cruz del Condor" y antes de que estos animalitos se dignaran a dejarse ver pudimos disfrutar de un paisaje que quitaba el aliento tal era la belleza del mismo:









Afortunadamente los condores no se hicieron esperar demasiado y pudimos verlos volando majestuosamente a escasos metros de nuestras cabezas:







Tras ver a varios de ellos, lo unico que nos quedaba era esperar a que llegase el autobus que habria de llevarnos de vuelta a Arequipa, y por supuesto no desperdiciamos el tiempo y nos hicimos mas fotos en tan sinigual escenario:





Ya subidos en dicho autobus, pudimos disfrutar de nuevo del recorrido por el borde del cañon de vuelta a Chivay donde disfrutamos aun mas del increible espectaculo natural que era el Colca debido a que el dia que habia salido era excelente lo que hacia que los colores en el interior del cañon fuesen mucho mas bellos:













Resumiendo, hicimos lo mismo que las agencias en Arequipa nos ofrecian por 40 dolares (sin comida incluida) pero por unos 40 soles (todo incluido) asi que ademas de ahorrarnos lo engorroso de tener que ir todos en grupo con un guia metienodote prisa para que avances, nuestro bolsillo tambien sufrio un poco menos ya que salvamosuna buena cantidad de soles que tan amablemente se habian ofrecido a aligeranos en las agencias de la "ciudad blanca"

martes, 20 de marzo de 2007

Puno y las islas del lado peruano del Lago Titicaca

Casi sin darnos cuenta ya habíamos hecho todos los trámites en la aduana y ya estabamos legalmente en Perú. Lo primero que nos recibió en este nuevo país fue una lata gigante de una conocida marca de cerveza peruana:

¿A alguien se le ocurre una declaración de intenciones mejor que esa?. Así que con ganas de llegar cuantos antes para ver que tan rica realmente era la tal Cusqueña, nos subimos en el autobús que habría de llevarnos a Puno, la primera de nuestras paradas en suelo peruano.

La ciudad de Puno es una agradable localidad de unos 250.000 habitantes situada a orillas del Lago Titicaca y conocida por ser la capital folklorica del Perú.

Como todas las ciudades por donde pasaron los conquistadores españoles tiene una hermosa catedral:

Y un puñado de bellos edificios de corte colonial que hacen muy agradable el pasearpor sus calles:

Aunque la realidad es que la mayoría de las personas que la visitan lo hacen atraídos por las islas del Titicaca que están a escasos kms de la misma.

Por este motivo, nada más llegar nos pusimos a buscar por las diferentes agencias la que nos ofercía los mejores precios para ir a visitar dichas islas y acabamos contratando con el dueño del hotel en el que conseguimos alojamiento que nos dejó el tour de 3 días en 60 soles por barba ( unos 15 euros con alojamiento y comidas incluidos)

Como la excursión salía muy temprano al día siguiente nos acostamos bastante temprano y practicamente sin darnos cuenta ya estabamos a lomos del barco que nos llevaba a visitar la primera de las islas del lado peruano del lago Titicaca.

Islas de Uros

Las islas de Uros no son unas islas convencionales ni mucho menos, ya que son islas flotantes enteramente construidas de una especie de caña vegetal llamada totora que se mantienen a la deriva en las aguas del lago a escasos kms de Puno.

Los habitantes de las mismas que anteriormente se dedicaban a la pesca han descubierto (por la acción de misioneros de la religión adventista según nos contaron) que los ingresos que puede reportarles el turismo son enormes por lo que la actitud totalmente hostil que hasta hace poco mostraban hacia los visitantes ahora se ha convertido en una hospitalidad tan desmesurada que en ocasiones resulta agobiante ya que en todo momento lo único que parece que les interesa es que le compres sus artesanías o que te quedes a dormir en una de sus cabañas, previo pago eso si de los soles correspondientes:

No obstante, pese a este "agobio" al que te someten los Uros, la visita es realmente interesante pues aprendes cosas realmente curiosas sobre ellos. Por ejemplo, la forma de resolución de los conflictos allí es realmente práctica, ya que si la mitad de las familias de las que viven en una de las numerosas islas que constituyen la colonia discuten con la otra mitad por algún particular, lo único que hacen es dividir la isla en dos y tirar cada uno por su lado.

Una de las cosas que se pueden hacer opcionales es darse un paseito en una balsa de totora como la de la foto de abajo de una isla a otra en unos 40 minutos:

Las balsas de cuya forma de construcción es milenaria están hechas del mismo material que las islas y el paseo (a razón de 5 soles por cabeza, 1,25 euros) resulta ser de lo más agradable:



Y así, paseando por entre las cabañas de totora y haciendo fotos se te va pasando la mañana hasta que el guia del tour decide que es hora de embarcarse de nuevo rumbo a la siguiente de las islas:

Eso si, Vivu tuvo tiempo de que una niña Uro le hiciera unas graciosas coletas antes de abandonar los dominios de esta singular tribu:

Isla de Amantaní

En Amantaní, la sensación de que lo único que les interesaba a los habitantes de la misma era que les dejaras la mayor cantidad de soles posibles se hizo todavía mucho más desagradable. Por todos lados lo único que había eran niños y mujeres que de una forma realmente agobiante te intentaban convencer de que les compraras sus pulseritas o cualquier otra artesanía.

La familia local con la que nos alojamos practicamente no nos hizo caso más que para venir a vendernos gorritos de alpaca que ellos mismos tejían con la excusa de que en unos días empezaba el colegio de los niños y necesitaban dinero para comprarles material (por cierto, los dos compramos algo)

familia con la que nos alojamos (notese que en la cabeza llevo el gorrito comprado por la causa)

A estas alturas, la sensación de que quizás con haber ido a visitar Uros hubiese sido suficiente se empezaba a apoderar de nosotros bastante fuertemente, aunque lo cierto es que la isla era muy hermosa:

Claro que el recuerdo de las islas del lado boliviano, donde habíamos disfrutado de una tranquilidad tan placentera, absolutamente invisibles a los habitantes de las mismas (hasta que voluntariamente ibamos a requerirles o comprarles algo) hacía que por comparación (que como todo el mundo sabe son odiosas) las peruanas salieran muy perjudicadas.

Lo único que parecía que podía hacernos mejorar un poco nuestra opinión sobre las gentes de Amantaní fue que los lugareños organizaban una fiesta para los turistas para la cual nos daban trajes típicos para que no nos sintieramos tan extraños:

Aunque la realidad es que le ponían tan poco entusiasmo a la cosa (algunos incluso se dormían allí mismo) que quitando la fotito de arriba y un par de bailecillos que nos echamos, la noche resultó de lo más decepcionante.

Así que sin demasiada pena, a la mañana siguiente pusimos rumbo hacia la tercera y última de las islas que ibamos a visitar a este lado del Titicaca.

Isla de Taquile

Lamentablemente la tónica en Taquile siguió siendo la misma por lo que la belleza de la misma fue suficiente para quitarnos ese regusto amargo que arrastrabamos de las islas anteriores (y nos hizo extrañar aun un poquito más las bolivianas):

Por lo cual al igual que había ocurrido con su hermana Amantaní, tampoco nos dió demasiada pena abandonar esta isla y poner rumbo a Puno surcando las aguas del legendario lago Titicaca soñando con que el Perú nos deparará el conocer lugares más acogedores (como ya adelantamos que finalmente está ocurriendo)