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jueves, 8 de febrero de 2007

Tupiza

A eso de las 18 de la tarde llegamos a la estacion de trenes de Tupiza. Como el tren paraba 30 minutos antes de ir hacia Uyuni fuimos a averiguar si podiamos comprar billetes para ir inmediatamente a la ciudad del salar.

En un principio el vendedor nos volvio a decir que no habia billetes, pero ante nuestras suplicas (sin dinero de por medio) nos dijo que en realidad se habia fijado bien y si que quedaban dos billetes.

Cuando estabamos decididos a comprar los billetes, aparecio por alli una chica Argentina que nos dijo que no nos podiamos ir de Bolivia sin conocer Tupiza, ya que esta era una de las ciudades mas hermosas del pais.

Asi que nos lo jugamos a cara o cruz y salio marchar hacia Uyuni, pero pasamos de la suerte y decidimos quedarnos en Tupiza ya que hasta el vendedor de los billetes nos decia lo mucho que merecia la pena.

Salimos de la estacion y nos abordaron innumerables personas ofreciendonos alojamiento. Nos decidimos a ir con un chico que nos decia que habia habitaciones en un hostal cercano a 25 bolivianos (2,5 euros) por persona ... de forma que tras visitar otro lugar nos decidimos a hospedarnos en nuestro primer hostal de la cadena Hostelling International:


Este tipo de hostales, para quien no los conozca, se caracterizan por estar lleno de jovenes extranjeros que visitan el pais correspondientes. En este caso no iba a ser una excepcion, y salvo dos chicos españoles del Pais Vasco y la argentina que nos habia dicho lo mucho que merecia la pena conocer Tupiza, de todas las demas personas que conocimos, ninguna hablaba la lengua de Cervantes.

Tras pasar el resto de la tarde descansando y haciendo nada, casi sin darnos cuenta ya estabamos en el dia siguiente, el cual aprovechamos para ir a conocer un poco la ciudad.

Como todas las ciudades de por aqui tenia una hermosa iglesia (en este caso Catedral) ...

... pero esta ademas tenia un hermoso mirador desde el que un Cristo blanco observaba dia y noche a las gentes y los edificios de la ciudad.

Y desde el mirador se podia comtemplar como la ciudad estaba absolutamente incrustada entre las montañas que la rodeaban:


Tras caminar un rato mas por las calles de Tupiza, y como no me sentia demasiado bien aquel dia, decidi ir a encerrarme toda la tarde a internet, mientras Vivu por su parte se iba sola a conocer el Cañon del Inca que nos habian dicho que era una caminata que merecia mucho la pena.

Como yo no estuve presente, le cedo a ella la palabra (o mas bien el teclado) para que por primera vez (esperemos que no sea la ultima) os cuente de primera mano como fue su aventura en solitario:

Bueno, por una vez, vamos a cambiar de redactor (a ver si empieza a haber un poco de acento argentino en el blog, no?).

El Cañon del Inca esta a unos 8 km de la ciudad de Tupiza (unas 2 horas caminando de ida y otras 2 de vuelta). Hay excursiones que te llevan alla a caballo o en 4x4 (toda la gente que vi iba a caballo), pero como me dijeron que se podia ir caminando, me mande sola a pata hasta alla.

Me habian indicado que para llegar habia que ir primero a un pueblo que se llama Palmiras, a unos 2 km mas o menos de Tupiza, y ahi doblar a la derecha, despues de pasar una pileta llamada "El Vergel".

Bueno, costo un poco encontrar Palmiras, no fue tan facil como parecia, ya que resulta que el pueblo no era un pueblo exactamente, sino que eran solo unas pocas casas construidas sobre la calle principal (de tierra), y casi me lo paso.

Ahi tratando de encontrar el camino hacia el cañon, me encontre con un grupo de pibes argentinos que se estaban yendo a pasar la tarde tomando ceverza en la plaza de Tupiza, pero al final decidieron venir conmigo, asi que nos fuimos todos juntos (despues me lo agradecieron muchisimo porque sino se lo hubiesen perdido, ya que no tenian idea de la existencia de ese lugar).

El camino para llegar al cañón es increible, muy lindo, con montañas puntiagudas bien rojas, montañas verdes, unos colores impresionantes.

Si notan en esta foto de arriba, el guia va con dos caballos, y esto es porque volvia a buscar a uno de los turistas que iba encima y se habia caido muchisimos metros mas atras (mientras ibamos caminando escuchamos unos gritos, y a los segundos vemos a tres caballos galopando como locos sin nadie arriba.... y atras, al guia tratando de alcanzarlos... Despues encontramos a las personas, una tirada en el piso que parecia que estaba muy mal, pero por suerte no tenia nada, realmente la sacaron re barata gracias a Dios).

Antes de llegar al Cañon del Inca se llega a un lugar que se llama "La Puerta del Diablo", que es como una pared gigantezca, de color rojo bien fuerte, rota en el medio (no se sabe si x causa natural o artificial), que es como si fuera la entrada del camino que va hacia el cañon.

En el medio, antes de llegar, esta lo que se conoce como el "Valle de los Machos", lugar que recibe muy bien su nombre, y con la foto que les muestro aca se van a dar cuenta porqué:

Finalmente, despues de haber caminado durante 2 horas sin agua (porque como los chicos no venian preparados para hacer una caminata así, venian sin nada, y la poca que tenia yo se acabo enseguida), llegamos al Cañon del Inca. Es muy lindo, pero la verdad que todo el trayecto es increible, no solo eso.

La vuelta entonces fue un poco sedienta, pero valio la pena. Si algun dia estan en Tupiza, es una caminata que les recomiendo hacer.

Por suerte ya cuando estabamos de vuelta en Palmiras, pasó un colectivo que por 1 boliviano nos llevaba hasta el centro de Tupiza (1 boliviano son 0,40 centavos de peso), asi que ni lo dudamos.

Aca me despido y le cedo de nuevo el teclado a José (ya que sinceramente me da un poco de fiaca esto de escribir.... =). Pero bueno, espero volverlo a hacer mas adelante....

miércoles, 7 de febrero de 2007

Villazón (Llegamos a Bolivia)

Decididos a abandonar de una vez por todas Argentina nos dirigimos hacia la frontera con Bolivia, rumbo a la vecina Villazon a la que se llegaba caminando.

Justo antes de salir nos hicimos esta foto tan chula que da una idea de lo enormemente grande que es el pais del tango:

Tras hacer todos los tramites en la aduana que fueron sorprendentemente rápidos conseguimos tener en nuestro pasaporte una visa de turista que nos habilitaba para permanecer 30 días en el pais.

Y acto seguido Bolivia nos dió la bienvenida:

Villazón nos dió la primera impresión de Bolivia, y en contra de lo que esperabamos fue la de una ciudad muy limpia y ordenada, y con muchísima más vida que La Quiaca, su vecina argentina.

En Bolivia nada más entrar, nos dimos cuenta de que tienen una filosofía de vida que no dista mucho de la que se puede tener en nuestros respectivos países, vamos, que tienen los mismos problemas que en todos lados:

Y como en todos lados, hay normas que se respetan y otras, quien sabe si por ridiculas que no:

Villazón tiene un mercado que por el día es un hormiguero de personas (principalmente de nacionalidad argentina) y en el que se pueden conseguir todo tipo de artesanias a unos precios realmente ridículos.

Vivu lo aprovechó bien y mando infinidad de objetos a BBAA, algunos por medio de Sole (gracias Sole), otros via Correo Argentino, que solo el tiempo dirá si llegan a buen puerto. Yo por mi parte, y debido a pesado que sería cargar con lo que pudiese haber comprado, decidí abstenerme y sólo compré un par de pantalones de esos a los que Manolito Guisado en algún comentario denominó circenses.

El caso es que tras pasar una noche en Villazon, el que esto escribe se levantó a las 5 de la mañana para ir a conseguir billetes de tren hacia Uyuni (donde se encuentra el salar más grande del mundo) que nos habían dicho que estaban cotizadísimos y que se empezaban a vender a eso de las 8 en punto.

Así que, tras hacer más de dos horas de cola pasando un frio de c... , ya con Vivu presente (que se había quedado durmiendo hasta eso de las 7:30) el simpatico vendedor de los pasajes nos dice que directo para Uyuni ya no quedaba nada (luego nos enteramos que eso significaba que había que ofrecerle unos bolivianillos para que se fijara mejor), así que tras una corta deliberación decidimos que de todas formas ibamos a tomarnos el tren hasta Tupiza, una ciudad que nos habían dicho que era muy hermosa a tan solo 85 Kms de Villazón.

Solo quedaban los billetes más baratos (que representaban viajar apiñados como ganado en un vagón ) o los más caros (clase ejecutivo le llaman aquí), así que tras vencer una leve resistencia por parte de Vivu que argumentaba que debía ser muy interesante conocer como viajaba la gente humilde en Bolivia, pagamos cada uno nuestros 33 bolivianos (poco más de 3 euros) y adquirimos nuestros pasajes para ir en primera clase a la ciudad de Tupiza.

El viaje representó una experiencia bastante bizarra, pues ibamos en unos asientos excelentes, viendo la primera parte del señor de los anillos y siendo agasajados con un refrigerio consistente en una cocacolita y un sandwich de jamón y queso en un país en el que supuestamente los transportes son una pesadilla.

Ni que decir tiene que nuestros compañeros de vagon eran todos extranjeros, más concretamente israelitas, yankis, australianos, españoles y unos que hablaban en algo así como polaco o ruso (no presté demasiada atención por eso no lo distinguí bien jeje)

Eso si, por muy bueno que fuera el tren, las vias debían ser bastante deficientes , pues en cubrir una distancia de tan sólo 85 kms tardamos más de 3 horas (menos de 30 kms por hora), aunque la belleza del paisaje hizo merecer con creces el esfuerzo de ir en semejante tortuga metálica.

martes, 30 de enero de 2007

La Quiaca, la ansiada frontera

Y aqui estamos, tras perder varias horas en los ultimos dos dias para actualizar esto lo maximo posible.

La Quiaca es una ciudad que esta en la frontera con Bolivia, a la que se puede pasar caminando para llegar a la vecina Villazon.

La ciudad en si misma es bastante fea y no tiene nada para visitar. El centro ademas da la sensacion de ciudad fantasma de las pocas personas que pasean por sus calles.

Sin embargo acercarse a la frontera (lo de frontera es un decir pq se puede pasar tranquilamente por el rio que delimita ambos paises y que ahora mismo esta casi seco), es una experiencia increible, tal es la cantidad de personas que cruzan ininterumpidamente de un pais a otro cargados con pesados fardos repletos de mercancias.

Tras dos dias en esta ciudad que increiblemente se ha convertido en un lugar fantastico para reponer fuerzas (mas que nada por el magnifico hostal en el que estamos parando, de nombre Copacabana), mañana cruzaremos definitivamente la frontera y nos sumergiremos de lleno en la realidad boliviana.

Desde aqui quiero aprovechar para dar las gracias a todas las personas con las que me he cruzado en Argentina, empezando por la familia de Vivu que me hicieron sentir como en casa en Buenos Aires, pasando por Marina, Sole, Euge y Samy (o como se escriba) con las que compartimos partes de este inolvidable viaje por el norte de la Argentina, sin olvidarme por supuesto de Gon y Patas (el torrente argentino) con los que tanto me diverti en Buenos Aires, hasta todas aquellas personas con las que me cruce que realmente hicieron que la experiencia haya sido unica.

En Argentina he encontrado un pais en el sorprendentemente nunca me senti extraño y a partir de ahora prometo convertirme en uno de sus mejores embajadores por el mundo, pq realmente su hermosura y la calidez de sus gentes me ha cautivado por completo.

lunes, 29 de enero de 2007

Yavi

Tras nuestro paseito a caballo llegamos por fin a Iruya y sorprendentemente conseguimos billetes para salir ese mismo dia del pueblo rumbo de nuevo a Humahuaca ... y decimos sorprendentemente pq habiamos escuchado aterradoras historias de personas haciendo 6 horas de cola para conseguir un asiento ... Afortunadamente, al menos para nosotros no fueron mas que leyendas y a las 15:30 de la tarde estabamos partiendo hacia Humauaca.

El viaje resulto bastante accidentado, con pinchazo de rueda incluido ...



... pero afortundamente a eso de las 18:30 de la tarde estabamos llegando a nuestro destino, donde tan solo pasamos un par de horas antes de meternos en otro autobus que nos llevo hasta la fronteriza ciudad de La Quiaca.

Pero segun bajamos del mismo, nos metimos en un R12 que nos llevo sin tiempo siquiera para conocer la terminal de La Quiaca hacia el pueblecito de Yavi que todo el mundo insistia que era hermosisimo.

Como llegamos pasadas las 12 de la noche lo unico que hicimos fue buscar un alojamiento, pero estabamos tan cansados que acabamos parando en un lugar donde nos ofrecieron que podiamos tirar lo sacos en el suelo por 5 pesos:


A la mañana siguiente, tras despertarnos a las 6, las 7, las 8, 9, 10 y 11 de la mañana por culpa de un maldito reloj que cada hora hacia sonar a todo volumen una musica espantosa y decia aquello de: "Son las XX en punto de la mañana", nos dispusimos a recorrer esa maravilla de pueblo de la que todo el mundo hablaba.

Que decepcion, Yavi reulto ser un pueblucho polvoriento sin ningun atractivo mas que su humilde iglesia y donde las fotos que sacaron lo mejoran un monton pq todo alrededor de las casas que veis era suciedad y escombros (nota - esta opinion es mas mia que de Vivu que tiene una vision mucho mas benevola del pueblucho este).



Afortunadamente, tras comer algo nos dispusimos a abandonar el pueblo y alli nos encontramos a un tipo que tenia una furgoneta y que se marchaba en ese mismo momento para La Quiaca, asi que nos dijo que no tenia ningun problema en acercarnos.

Tambien nos encontramos con el resto de las chicas, de las que nos habiamos separado en Iruya, pero como el tipo tenia prisa, no pudimos mas que saludarlas un momento y desearles suerte.

Y justo a la salida de Yavi nos encontramos con una especie de feria, asi que paramos un momento para ver de que se trataba:


Resulto ser una celebracion con un poco de retraso del dia de Reyes, gracias a la labor de una especie de asociacion-sindicato de San Salvador de Jujuy que se dedicaba a ir por los pueblos humildes de la provincia haciendo una fiesta y llevando juguetes a todos los niños que podian.

Mientras disfrutabamos de unos dulces con chocolate a los que amablemente nos invitaron, la jefa de todo nos explicaba que muchos de los voluntarios que hacian de payasos para entretener a lo crios antes habian sido criminales o alcoholicos ... Tambien nos explicaron como se financiaba todo esto. Al parecer eran 27.000 socios que ponian una cuota de 4 pesos (1 euro) al año y que cuando estaban escasos iban y le hacian piquete (se plantan delante y no entra ni sale nadie) al ayuntamiento de Jujuy hasta que estos aflojaban la pasta.