Etiquetas

Argentina (28) Bolivia (14) Brasil (4) Chile (5) Colombia (2) Costa Rica (4) Cuba (1) Ecuador (5) Guatemala (6) Honduras (3) México (10) Nicaragua (4) Panamá (3) Perú (15) Uruguay (3)
Mostrando entradas con la etiqueta Perú. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Perú. Mostrar todas las entradas

jueves, 3 de mayo de 2007

Huaraz y la cordillera blanca

Finalmente el viaje resultó bastante pesado. El autobús que cogimos no era nada del otro mundo y la carretera hasta Huaraz llegaba un punto en que se hacía bastante mala. De cualquier forma, llegamos a la ciudad cuando todavia la luz del sol no se había atrevido a despuntar por encima de las montañas y la primera sensación fue que nuestro viejo "amigo" el frio iba a volver a ser parte importante de nuestro viaje.

Tras procurarnos alojamiento y dormir un poco salimos a conocer la ciudad, de la cual sabiamos por nuestra guía que estaba situada a más de 3000 metros de altitud a los pies de la conocida como cordillera blanca y con una vista privilegiada del nevado Huascarán, la cumbre más alta del Perú con casi 6800 mts sobre el nivel del mar.

El emplazamiento por tanto de la ciudad es de ensueño, todo rodeado de montañas nevadas que cuando las condiciones climáticas son favorables permiten vistas increibles:

Y desde como ya he dicho el Huascaran es perfectamente visible y por tanto fotografiable:

Lamentablemente la ciudad no está a la altura de las circunstancias y es horriblemente fea, claro que gran parte de la culpa de esto lo tiene un terrible terremoto que la azotó en 1970 y que no dejo ni uno de sus edificios históricos en pie, así que todo lo que hay son construcciones nuevas, que además no son ningún alarde de excelencia arquitectónica:

No obstante la gente que va a Huaraz no va a conocer la ciudad, sino que lo hace atraida por los innumerables trekkings que se pueden hacer desde la misma para ir a conocer la cordillera blanca (y tanbién la negra que está un poco más lejos)

Lo que nosotros no sabiamos antes de ir para allá es que no es que fuera temporada baja, es que era temporada profunda debido a que el mal tiempo desaconsejaba hacer muchos de los recorridos y en otros los impedia por completo (por ejemplo, la visita al Huascarán no era posible hasta un mes después de nuestra llegada).

No obstante había una gran variedad de posibilidades de ir a caminar, desde las que te llevaban un sólo día (con la ventaja de que las podías hacer casi todas por tu cuenta), hasta las que te llevaban una semana con necesidad de contratar guias y equipos.

Como estbamos (sobre todo yo) absolutamente podridos de caminar debajo de la lluvia y toda vez que nos habían dicho que el clima en la zona seguia siempre el mismo patrón: amanecia despejado y hacía buen día hasta las 15 de la tarde que indefectiblemente empezaba a llover, decidimos que ibamos a hacer un par de trekkings de un día a visitar un par de lagunas cercanas que por lo que nos contaron en la oficina de turismo eran hermosísimas.

La primera que decidimos visitar fue la laguna de Churup, la cual requería unas 4 horas de ida casi todo el tiempo subiendo y otras 3 horas para volver hasta el punto de partida, así que era una buena paliza para un sólo día.

Al parecer la laguna estaba situada a los pies de un nevado por lo que una vez que llegabas a ella el espectáculo prometía ser genial, así que sin pensarlo dos veces nos levantamos muy temprano y fuimos en taxi hasta la localidad de Llupa desde la que se iniciaba el ascenso.

Y casi sin pensarlo nos pusimos a subir y subir y la verdad es que los paisajes que se abrían ante nuestro avance eran bellísimos:

Lamentablemente, cuanto más subia más se iba nublando y la amenaza de lluvia era cada vez más seria, y eso que era todavía bastante temprano:

De todas formas no dudamos ni por un segundo que ibamos a seguir subiendo hasta que llegaramos a la laguna ya que el camino estaba bastante marcado y no veiamos posibilidad alguna de perdernos ...

... en estas llegamos a un lugar donde el camino desaparecia. Recordamos que el de la oficina de turismo nos había dicho que justo antes de llegar a la laguna había que escalar una pequeña pared pero que no tenía mucha dificultad.

Sin embargo el gringo, único turista con el que nos cruzamos en todo el día, que nos encontramos bajando de la laguna nos dijo todo lo contrario. Nos comentó que estaba bastante complicado subir y que llevaba como 45 minutos hacerlo.

Como había empezado a caer una tímida lluvia incluso dudamos de seguir el camino, pero como luego recordamos que los gringos suelen ser por lo general bastante exagerados al final decidimos seguir ...

... maldita sea la hora. Lo que se suponía había de ser un camino facil se convirtió en tener que ir escalando rocas que además cada vez estaban más resbaladizas por la lluvia. Cuando no había rocas la tierra, cubierta de hierba, era tan blanda y tan resbaladiza que los dos acabamos más de una vez perdiendo el equilibrio y resbalando acabando totalmente llenos de barro por todas partes.

Además el camino en algunos puntos nos obligaba a cruzar por rocas que daban directamente a acantilados pero las mismas tenían bastantes puntos de apoyo por lo que seguimos avanzando.

Y así al final llegamos a la laguna de Churup bajo una fina pero incesante lluvia, con un humor de perros y preguntandonos si habrá alguien por ahi tan capullo como nosotros que nos metemos siempre en estos lios voluntariamente:

A todo esto, la laguna no nos pareció nada del otro mundo, y como el nevado que tenía detras estaba prácticamente cubierto por nubes nos quedó la sensación de que no había merecido la pena todo el esfuerzo para llegar allí ... ¡¡¡¡Y eso que todavía nos sabiamos lo que nos esperaba a la bajada!!!!

No paraba de llover finamente y todo indicaba que en ningún caso la cosa parecia que se iba a despejar sino todo lo contrario, así que tras comernos un par de bocatas para recuperar fuerzas nos pusimos a bajar inmediatamente.

Con el suelo como estaba, la bajada se hizo mil veces más difícil y los resbalones fueron constantes. Pero más que menos fuimos superando todos los obstáculos hasta que llegamos a una de las rocas que antes os comentaba con el acantilado debajo suya y en la que Vivu se deslizó voluntariamente pq según decía estaba segura de que el arbol y unas pequeñas rocas que había abajo la iban a parar sin problemas. Yo que iba detrás y que no había visto nada de eso os juro que cuando la vi caer creí por un momento que se mataba y ante la impotencia de no poder ayudarla lo único que pude emitir fue un grito.

Afortunadamente el árbol la paró aunque a costá de casi sufrir un infarto por mi parte. Yo ni borracho iba a repetir su osadía así que estube casi 5 minutos para cruzar un espacio no mayor a 3 o 4 metros.

Después de estó hubo otros obstaculos que si los pensamos ahora eran bastante peligrosos, pero que después de la experiencia de unos minutos antes nos parecieron un juego de niños.

Cuando por fin llegamos a donde el camino estaba marcado no me averguenza reconocer que rompí a llorar como un niño recordando que por un instante pensé que Vivu no salía de esta, a lo que Vivu respondió tb con llantos y allí estuvimos un buen rato abrazados, llorando y consolandonos mutuamente.

Ya más calmados emprendimos el camino de vuelta sin mayor sobresalto y con la única cosa reseñable de que en la bajada se nos unió un compañero inesperado: un perro que hizo con nocotros las últimas dos horas de camino hasta Llupa y que como premio se llevó unos buenos pedazos de pan:

Por suerte en todo el camino de regreso no nos llovió practicamente nada así que tuvimos la suerte de llegar a Huaraz sin ningún otro percance reseñable. Eso si, tan pronto como el coche en el que viajabamos llegó a la ciudad empezó a caer a diluviar. Y cuando digo diluviar me refiero a lo más parecido al diluvio universal que recuerde haber visto en mi vida:





Tras tan portentoso espectáculo de lo que podía hacer la naturaleza por aquellos lugares y teniendo todavía fresca la experiencia del día decidimos (sobre todo por mi) que al día siguiente le iban a dar por el c... a la otra laguna y que nos pirabamos directamente para Trujillo (una ciudad en la costa) donde nunca hacía frio y rara vez llovia que con una cataratita de estas ya había sido suficiente.

La mañana siguiente nos despertamos con un cielo espectacularmente azul, pero los tímidos intentos de Vivu por ver si cambiaba de opinión e ibamos a visitar la otra laguna no tuvieron el más mínimo efecto y nos fuimos a comprar los billetes para viajar aprovechando la noche hacia Trujillo (otras 10 horas por cierto nos dijeron)

Camino de la terminal nos encontramos con la sorpresa de cruzarnos con una procesión de Semana Santa, que llevaba una imagen de Cristo en peregrinación hacia una de las iglesias del pueblo:

Ahí estabamos haciendo las fotos de rigor pa cumplir el expediente, sobre todo yo, que como la mayoría ya sabeis no soy muy devoto de estas manifestaciones de fervor religioso, cuando de repente me parece divisar algo raro en la estampa. Afinando la vista me doy cuenta de que lo que veo es real y por supuesto me meto entre la multitud casi a empujones a hacer una foto de lo que me llama tanto la atención (sobre todo por los fieles lectores del blog jeje)

Efectivamente, la imagen no es cargada por personas como en la mayoría de procesiones de España (al menos las pocas que yo recuerdo) , ¡¡¡¡sino que va lomos de un burro!!!!

Hasta el mismísimo altar que metieron al burro en la iglesia con el Cristo a cuestas. Por supuesto hubo bendición y ovaciones para el burro cuando termino su tarea y por supuestísimo tb que no pude dejar pasar la ocasión de fotografiarme con tan importante personaje de la celebración (Vivu por razones que sólo ella conoce dejo pasar tan magnífica oportunidad):

Y de ahí nos fuimos a lo único que merecia la pena visitar de la ciudad, el parque lítico de figuras antropomorfas (humanas) que según nos dijeron (y no tenemos pq poner en duda) es el más grande de Sudamérica (¿o era de todo el mundo?

Y con esto y un bizcocho hasta esa tarde a las 20 que teníamos que tomar el autobús que nos había de llevar a latitudes más agradables en lo que al clima se refiere.

lunes, 30 de abril de 2007

Lima, la capital del Perú

Al final no fueron 20 horas de viaje, sino 22, y aunque lo creais o no fue uno de los viajes que menos pesado se nos hizo de todos los que hemos realizado hasta ahora. El autobús era comodísimo y nos pasamos la mayoría del tiempo durmiendo y el resto viendo pelis. Los 100 soles empleados en el billete (una pequeña fortuna en Perú jeje) la verdad es que estuvieron bien empleados ...


El viaje es tan largo pq además de que la distancia entre Cusco y Lima es de más de 1100 kms, no hay forma de hacerlo en línea recta, sino que si o si hay que pasar por la ciudad de Nazca con la consiguiente pérdida de tiempo. No obstante como ya hemos dicho el viaje sorprendentemente no se nos hizo para nada pesado así que llegamos a Lima con el ánimo bastante alto entre otras cosas pq por primera vez en un montón de tiempo tuvimos la suerte de ver un sol totalmente despejado y una temperatura que hacía que se pudiera estar en mangas de camisa.

Una vez en la capital peruana seguimos el consejo de unos limeños que habíamos conocido en Tipón y nos dirigimos a un barrio a las afueras llamado "Barranco", pues según nos habían asegurado era el mejor lugar para quedarse.

Y la verdad es que tenían toda la razón del mundo. El lugar era realmente hermoso y a un paso del oceano pacífico con un colorido impresionante:

Y además sobre los acantilados que daban dierectamente al Oceano Pacífico (que por primera vez en la vida tuve la suerte de poder ver), con una vista de la bahía de Lima realmente fantástica.

Aunque todas esas fotos que veis más arriba las tomamos el tercer día de nuestra estancia en Lima. El de la llegada como os podeis imaginar lo único que hicimos fue recuperarnos del largo viaje desde Cuzco y el segundo lo empleamos en ir a visitar el centro histórico de la ciudad.

Como en todas las ciudades importantes de Perú lo primero que te encuentras al llegar a su centro histórico es una gran cantidad de edificios de corte colonial, prueba del paso de los españoles por estas tierras.

Avanzando por las diferentes calles finalmente llegamos a la Plaza de Armas con su hermosa catedral presidiéndola ...

... y con el palacio de Gobierno del Perú a uno de sus costados que se levantó en el mismísimo solar en el que un día Francisco Pizarro tuvo su residencia en Lima:

Abandonamos la Plaza de Armas en busca del museo de la inquisición que tanto nos habían recomendado en la oficina de turismo. Camino del mismo seguimos atravesando calles repletas de hermosos edificios y algunos con sus paredes cubiertas con "curiosas" consignas:

El museo de la inquisición resultó muy interesante e incluso pudimos visitar la sala de torturas y las celdas donde los presos esperaban la ejecución de sus penas: unas catacumbas oscuras que daba miedo simplemente recorrerlas así que no queremos imaginar lo que debía ser estar como "inquilino" ...

Justo al lado del museo se encontraba el Congreso de la república que por supuesto no pudo resistirse a que le sacaramos unas cuantas fotos:

Y de ahí nos dirigimos a visitar la basílica de San Francisco, donde casi sin querer tuvimos una experiencia increible. La iglesia es como una cualquiera de las decenas que ya hemos visitado ...

... pero la visita a sus claustros, con su impresionante biblioteca que está tal como estaba más de 4 siglos atrás y sobre todo la visita a sus catacumbas donde se pueden ver los restos mortales de literalmente miles de seres humanos (todos apilados por partes iguales, es decir, las calaveras con las calaveras, los fémures con los fémures etc) en una área amplísima situada justo debajo de la basílica son algo imperdible para todo el que visite la ciudad. Lamentablemente no se podían sacar fotos de las catacumbas pero aún así todavía nos estremecemos un poco al recordar la fétidez del aire allá abajo.

Y para terminar la visita al centro histórico, toda vez que la noche se nos echaba encima, nos fuimos a visitar el "Parque de la muralla", construido para mayor honor de los escasos restos que quedaron de la muralla que un día rodeo toda Lima y que fue derribada a finales del siglo XIX para continuar con la expansión urbanística de la misma.

En el parque además me llevé la sorpresa de encontrarme con un viejo conocido: Francisco Pizarro montado sobre su caballo en una estatua absolutamente igual en forma y tamaño a la que hay en la plaza mayor de Trujillo (el español, no el peruano) y por supuestísimo que no dejé pasar la oportunidad de inmortalizarme a los pies de su caballo.

En el parque además había un pequeño museo en el que otras cosas se explicaba la historia de la estatua. Me quede perplejo al conocer que el jinete de la obra no es Pizarro, ni ningún otro conquistador conocido, sino que es una imagen idealizada de un conquistador cualquiera obra de la imaginación de un escultor estadounidense, que al ser vista por el duque de Alba de turno decidió que era perfecta para que presidiera la plaza mayor de Trujillo.

Tanto me impactó la historia que tomé foto de los paneles informativos donde la contaban y a partir de ellos le creé su propia entrada en wikipedia:

http://es.wikipedia.org/wiki/Estatua_ecuestre_de_Francisco_Pizarro

A la mañana siguiente, tras tomar las fotos de barranco que os pusimos al principio, decidimos que extrañabamos un montón a nuestros amigos los incas, así que nos fuimos a visitar el yacimiento arqueológico de Pachacámac, donde nos aseguraron que había un buen montón de ruinas con las que matar el mono.

El lugar era todo un complejo de templos, la mayoría de ellos todavia bajo tierra esperando a que los arqueólogos vayan a rescatarlos y en el que se encontraba uno de los oráculos más importantes de la civilización inca, y habitantes de todo el imperio iban en peregrinación al mismo para que este les adivinara el futuro.

La parte mejor conservada era el conocido como templo de la Luna, el único completamente restaurado y en el que os podeis imaginar a que satélite cercano a la tierra le rendían culto las sacerdotisas que lo ocupaban.

Y a escasos metros del mismo frente al imponente Pacífico, nos llamó especiamente la atención el encontrar ¡UNA PLAZA DE TOROS!, con su albero pintadito y todo ...

Y después nos fuimos a visitar el Museo del Oro, en el que por supuesto tampoco pudimos sacar fotos y que la verdad es que nos decepcionó bastante , así que no vamos a comentarlo demasiado.

Hechas todas las visitas importantes decidimos que nos ibamos a tomar un par de días libres antes de seguir con nuestro camino, así que nos dedicamos a comer bien, ir al cine (que maravilla por cierto "El laberinto del fauno") y a salir a conocer la noche limeña.

Para esto último contamos con la inestimable colaboración de Oscar y Giancarlo (o como se escriba) , los amigos peruanos con los que habíamos compartido sufrimientos en el camino del inca, y que pese a que era día de diario se prestaron a hacer de Cicerones y llevarnos a tomar unas cervecillas por el centro de la ciudad:

Al día siguiente compramos los pasajes para viajar por la noche a nuestro siguiente destino: Huaraz, y empleamos el resto del día en pasear por las calles del hermoso barrio de Miraflores ...

... además nos dimos una última vuelta por uno de nuestros lugares preferidos de Lima: el centro comercial Larcomar, un shopping ubicado en un lugar hermosísimo frente al Oceano Pacífico con unas vistas impresionantes:

Y como este estaba bastante cerca de Barranco volvimos caminando por el malecón para ir a recoger nuestras mochilas al hotel rezando por que el viaje de unas 10 horas que nos esperaba fuera tan cómodo como el que nos había llevado hasta Lima.

domingo, 29 de abril de 2007

Más del Valle Sagrado y Cuzco

El día siguiente a nuestro regreso a Cuzco amaneció lluvioso y frio, lo que nos reafirmó aun más en nuestra, por otro lado inamovible, decisión de pasarlo sin salir del hostal más que para ir a por provisiones sin hacer absolutamente nada.

Sacsayhuamán y Ollantaytambo.

Tras la merecida jornada de descanso nos pusimos nuevamente en marcha con el cuerpo todavía dolorido y decidimos volver a ir a visitar Sacsayhuamán, la fortaleza con forma de cabeza de puma que unos días antes no pudimos disfrutar propiamente pq la noche se nos echó encima cuando quisimos visitarla.

Sacsayhuamán estaba situada en un cerro muy cercano a la ciudad por lo que se podía llegar a ella perfectamente caminando, así que eso es lo que hicimos, lo que nos permitió además disfrutar de unas excelentes vistas de Cuzco:

Tras una media hora de subida llegamos por fin a nuestro destino. Sacsayhuamán fue una fortaleza construida con el fin de defender la ciudad de Cuzco de posibles invasores y por lo que nos contó el guia y la cantidad y el tamaño de las piedras que uno se encuentra en el gigantesco recinto tuvo que ser de prorporciones épicas:

No obstante el paso de los españoles primero, que utilizaron las piedras de la misma para construir sus casas en la época de la colonia y la mano de los propios peruanos después, que la usaron como cantera hasta los años 80 del siglo pasado sin que ninguna ley dispusiera lo contrario han hecho que el lugar esté bastante deteriorado aunque aun se puede apreciar perfectamente la magnificencia de lo que un día debio ser el lugar:

En uno de los extremos de la fortaleza se encuentra un curioso calendario solar por el cual los Incas podían predecir si iba a ser un año de lluvias o de sequía según la posición del sol en los solsticios de verano e invierno:

Antes de abandonar el lugar pudimos disfrutar una vez más de una panorámica de Cuzco con Sacsayhuamán por medio y el gigantesco Cristo que la preside desde uno de los cerros cercanos a un costado:

Y de ahí fuimos a buscar un autobús que nos llevara hasta otro lugar en el que ya habíamos estado (2 veces de hecho, uno a la ida hacia Machu Picchu y otro a la vuelta): Ollantaytambo, aunque nunca habíamos tenido tiempo de visitar su interesantísimo sitio arqueológico.

Ollantaytambo es otra fortaleza situada a unas dos horas en bus de Cuzco a cuyos pies se extendia un gran poblado Inca y que en la actualidad aun está habitado quedando en pie aun casas de aquel periodo.

Según nos contó el guia, la fortaleza se creo pq hubo una escisión en la nobleza de Cuzco y una parte de la misma se traslado a este lugar desde donde permanecieron rebeldes a los lideres cuzqueños combatiendo frecuentemente con ellos.

El lugar está excelentemente conservado y algunas de las piedras que se ven allí son tan enormes que cuesta creer que pudieran ser subidas a lo alto del cerro por la simple fuerza bruta de cientos de Incas con sus rudimentarias maquinarias:

Una de las cosas que más nos llamó la atención del lugar fue una curiosa fuente en la que los Incas se purificaban antes de los ritos religiosos y de la cual brotaba más o menos agua con el simple paso de una mano por delante suya:


/>

Y tras la visita a este lugar decidimos regresar a Cuzco pues el cansancio empezaba a hacer mella en nuestro humor. Eso si, antes no perdí la oportunidad de inmortalizarme en la plaza del pueblo bajo la estatua de un famoso lider Inca del que ahora mismo no recuerdo el nombre:

Pisaq

El día siguiente yo seguía tan cansado que me negué a abandonar el hostal en todo el día. Además recuerdo que era domingo y por el cable pasaban los partidos de la liga española así que me pegué una buena sesión de futbol tirado en la cama. Vivu por su parte no quiso seguir mi ejemplo y descansar así que se fue a otro lugar que ya habíamos visitado: Pisaq, donde al parecer no se respetaba el día del señor propiamente y había un enorme mercado de todo tipo de cosas, con un montón de cholitas encantadas de dejarse fotografiar a cambio de una moneda:

Cuzco (o Cusco como prefieren los peruanos)

A todo esto hacía más de una semana y media que habíamos llegado a la ciudad y todavía no habíamos ido a visitarla propiamente, así que a la mañana siguiente nos dispusimos a hacerlo con la suerte además de contar con un sol esplendido.

Cusco es sin lugar a dudas uno de las ciudades más hermosas (por no decir la más) que hemos visitado en estos ya casi 4 meses de aventura por las américas. Dejando a un lado todo el tema de los Incas, en cada esquina te encuentras una iglesia o una imponente casona prueba del glorioso pasado colonial de la ciudad:

Además está repleta de museos interesantísimos donde a uno se le pasan la horas sin darse cuenta aprendiendo cosas sobre su sinigual historia:

Doblar una esquina te lleva a calles a cada cual más pintoresca y hermosa y las iglesias se van apareciendo una tras otra a cada cual más hermosa:

Personalmente a veces me daba la sensación de estar recorriendo las calles de alguna ciudad española, tipo Salamanca (o incluso pq no Cáceres) y asi disfrutando de cada uno de sus rincones llegamos al convento de Santo Domingo, donde a poco que afineis un poco la vista os vais a dar cuenta en la foto de más abajo que está edificado sobre los cimientos de una antigua construcción Inca ...

... esa construcción no era ni más ni menos que el templo conocido como Coricancha, el más importante de la ciudad de Cusco y por ende de todo el imperio Inca en la época en la que esta civilización dominó gran parte del continente sudamericano.

El Coricancha era conocido como el templo del oro y en su interior se rendia culto al dios más importante para los Incas: Inti (o traducido al español, el Sol). Las paredes de su interior estaban tapizadas con laminas de oro (de las que por supuesto los españoles no dejaron ni una) y pese a que fue demolido para levantar el templo cristiano de Santo Domingo, accediendo a los claustros de este último todavia se puede apreciar bastante bien como era su arquitectura antes de la colonia:

Además desde su interior se tenía una vista muy buena de la ciudad con los jardines del Coricancha brillando por el reflejo del Inti:

Dejando atras Santo Domingo nos dirigimos hacia el último de los templos que queríamos visitar y que además todo el mundo nos aseguraba que era el mejor de ellos: El Museo del Inca.

Camino del mismo cruzamos la majestuosa Plaza de Armas de la ciudad, la misma en la cual un día el mismo Pizarro proclamó la conquista del Cuzco para mayor gloria del imperio español. En la misma se encuentran dos templos más, la iglesia de la Compañía de Jesús y la Catedral (en ese orden en las fotos de abajo):

El museo del Inca fue tan interesante como prometía. Lamentablemente no nos dejaron tomar foto alguna de las maravillas expuestas en su interior, eso si, nadie pudo impedir que hicieramos esta tan graciosa de las indicaciones de sus baños:

Tipón

Al día siguiente tras dos semanas sometidos al hechizo de Cuzco decidimos que ya era hora de que partieramos a conocer nuevos lugares así que sacamos billetes para ir Lima. Como hasta las 19 no partía nuestro autobús decidimos hacer una última incursión en el valle sagrado e ir a visitar un último sitio arqueológico conocido como Tipón.

Este lugar era todo un complejo con varios templos dedicados al culto al agua y que además servía también como laboratorio de experimentación agrícola donde los Incas intentaban que diferentes tipos de vegetales se aclimataran a zonas donde normalmente no crecían.

El agua como es lógico estaba presente por todo el lugar, traida hasta aquí de rios cercanos mediante el uso de canales.

Especialmente hermosa era una fuente que era el lugar principal del sitio. La misma era una representación de la vida tal y como la entendían los incas (aunque demasiado complicada como para explicarla aquí ahora):

Para ser el último lugar que visitamos la verdad es que nos gustó bastante y como no podía ser de otra forma hizo que nos marcharamos de la ciudad con el mismo buen sabor de boca que habíamos disfrutado durante toda nuestra estancia:

Por delante nos esperaba un viaje en autobús de nada más y nada menos que ¡¡¡¡¡20 horas!!!!! que nos había de llevar a la capital del pais así que mentalizados para pasar una eternidad dentro de un autobús enfilamos hacia la terminal de Cusco.