Eso si, mientras ibamos descendiendo por sus calles camino de la terminal de autobuses ibamos bastante paranóicos ya que la mayoría de las personas con las que nos habíamos cruzado nos habían dicho que la misma era un lugar peligrosísimo, donde no podías perder de vista tus pertenencias ni un segundo, donde la seguridad era inexistente y donde ladrones y delincuentes moraban a sus anchas.
Y de repente nos encontramos con que Bolivia una vez más nos "defraudaba" y desarmaba de un plumazo todos los clichés y prejuicios que llevabamos sobre ella recibiendonos con una modernísima terminal, muy luminosa y donde por todos lados se podía ver policias velando por la seguridad de los pasajeros:
Realemente suponemos que el país ha debido mejorar un montón en los últimos años pq no es normal que todas y cada una de las personas con las que nos cruzamos nos dieran tan malas referencias sobre lo que nos ibamos a encontrar y en todas las ocasiones nuestra experiencia personal fuera tan diferente.
Eso si, en los baños de la terminal todavia se le recuerda a algunas personas que hay ciertos hábitos higiénicos que es mejor dejar para la intimidad del hogar:
Tan cansados llegamos a La Paz que acabamos quedándonos en la misma 6 días, los dos primeros de ellos sin hacer prácticamente nada más que dormir y descansar.
Pero al tercer día hicimos la de Jesucristo (con perdón para los hortodoxos) y resucitamos, por lo que decidimos que ya era tiempo de ir a recorrer la ciudad y sin necesidad de encomendarnos a santo alguno nos pusimos a caminar por las hermosas calles de La Paz, donde entre otros muchos lugares visitamos la Iglesia de San Francisco donde unos mineros protestaban (como podeís ver más abajo llegando incluso a encadenarse a las columnas y ventanas del templo) día y noche por su situación laboral que por lo que nos contaron era absolutamente dramática:
Mucho más tranquila estaba la situación en la plaza donde se encontraban la Catedral y el Palacio de Gobierno, conocido aquí como "palacio quemado" por que al parecer en su relativamente corta historia (2 o 3 siglos no me acuerdo muy bien) había sido pasto de las llamas en varias ocasiones.
Catedral Metropolitana
Palacio de Gobierno con la bandera de Bolivia flanqueada por las de La Paz y la de los pueblos indígenas (whipala)
Dicha plaza es el hogar de literalmente miles de palomas, lo cual no parece importar a los paisanos de La Paz que conviven con tan sucios animales sin parecer importarles lo más mínimo su presencia e incluso disfrutando bastante de la misma:
Sin parar de disfrutar de las magníficas calles de La Paz, muchas de ellas de estílo colonial y casi todas en cuesta ...
... llegamos a uno de los lugares que más nos gustó de la capital boliviana: el mirador de Killi Killi, desde el que se podían disfrutar increibles vista de la ciudad:
Y así, visitando magníficos museos como el de Arte Nacional o paseando por los inmensos mercados de la ciudad, fueron pasando los días hasta que la consideramos que ya era tiempo de visitar los atractivos que La Paz tenía en sus alrededores.
Tiahuanaco
Tiahuanaco fue la capital de un imperio prehispánico y preinca que se extendió desde el sur de Perú hasta el norte de Argentina. Dominaron técnicas agricolas y de construcción que hicieron de ellos una civilización bastante avanzada.
En la actualidad el lugar donde estaba enclavado Tiahuanaco se considera el lugar arqueológico más importante de todo Bolivia, y tanto nos lo recomendaron en la oficina de turismo que no tuvimos más remedio que ir a conocerlo.
Para llegar allí fuimos en lo que es el medio de locomoción más utilizado de La Paz (junto con los taxis no exageramos si decimos que conforman el 90% de los vehículos que circulan por sus calles): una pequeña furgoneta acondicionada con asientos para el transporte de pasajeros. Son literalmente miles las que se mueven simultaneamente y allá donde mires te encuentras a varias de ellas:
Así que por 10 bolivianos (1 euro) salvamos los 70 kms de distancia que separaban La Paz de Tiahuanaco montado en una de ellas y nos plantamos en las puertas del complejo arqueológico.
Allí nos llevamos la desagradable sorpresa que para visitar el complejo teníamos que pagar 80 bolivianos (una pequeña fortuna para lo que es el pais) de entrada más otros 25 por el guía. Puede sonar ridiculo por el pequeño importe que en realidad son 25 bolivianos pero tal sensación de timo nos dió que decidimos hacer la visita por nuestra cuenta (lo cual fue un error pq lo cierto es que nos perdimos un montón de información valiosísima pero en fin ...)
El complejo de Tiahuanaco está compuesto por un par de museos y varios yacimientos arqueológicos. De los museos lo único que nos dejaron fotografiar fue esto:
Y los yacimientos la verdad es que nos decepcionaron un poco pq su estado de restauración era todavía muy precario (más teniendo en cuenta lo carisima que era la entrada). Lo más interesante era la Piramide de Akapama y el templete semisubterraneo adosado a la misma donde se podía contemplar la puerta del Sol que según la hipótesis más extendida parece ser que era una especie de calendario solar.
Vivu en la Piramide de Atakama
La puerta del Sol
Amiguete que aun resiste más allá de la puerta del Sol
Aparte de esto, también estaba el templo de Pumapunku, que al parecer fue imponente en la antiguedad, pero que lamentablemente está tan deteriorado que no deja ni entrever un esbozo de lo que fue:
Lamentablemente nada más llegar nosotros al pueblo y apareciendo como de la nada, el cielo se cubrió de nubes y empezo a descargar una tormenta torrencial.
Por desgracia sólo habíamos ido a pasar el día a Coroico (nos dió la sensación de que daba por lo menos para quedarse 3 o 4) así que con más pena que otra cosa lo único que hicimos allí fue comer en un restaurantito de la plaza (la peor pasta que he probado en mi vida por cierto) y ver como caía la lluvia incesantemente.
Y sin más volvimos a La Paz para pasar la última noche antes de poner rumbo a uno de los lugares más hermosos que uno puede visitar por estos lares: el lago Titicaca.