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miércoles, 7 de febrero de 2007

Villazón (Llegamos a Bolivia)

Decididos a abandonar de una vez por todas Argentina nos dirigimos hacia la frontera con Bolivia, rumbo a la vecina Villazon a la que se llegaba caminando.

Justo antes de salir nos hicimos esta foto tan chula que da una idea de lo enormemente grande que es el pais del tango:

Tras hacer todos los tramites en la aduana que fueron sorprendentemente rápidos conseguimos tener en nuestro pasaporte una visa de turista que nos habilitaba para permanecer 30 días en el pais.

Y acto seguido Bolivia nos dió la bienvenida:

Villazón nos dió la primera impresión de Bolivia, y en contra de lo que esperabamos fue la de una ciudad muy limpia y ordenada, y con muchísima más vida que La Quiaca, su vecina argentina.

En Bolivia nada más entrar, nos dimos cuenta de que tienen una filosofía de vida que no dista mucho de la que se puede tener en nuestros respectivos países, vamos, que tienen los mismos problemas que en todos lados:

Y como en todos lados, hay normas que se respetan y otras, quien sabe si por ridiculas que no:

Villazón tiene un mercado que por el día es un hormiguero de personas (principalmente de nacionalidad argentina) y en el que se pueden conseguir todo tipo de artesanias a unos precios realmente ridículos.

Vivu lo aprovechó bien y mando infinidad de objetos a BBAA, algunos por medio de Sole (gracias Sole), otros via Correo Argentino, que solo el tiempo dirá si llegan a buen puerto. Yo por mi parte, y debido a pesado que sería cargar con lo que pudiese haber comprado, decidí abstenerme y sólo compré un par de pantalones de esos a los que Manolito Guisado en algún comentario denominó circenses.

El caso es que tras pasar una noche en Villazon, el que esto escribe se levantó a las 5 de la mañana para ir a conseguir billetes de tren hacia Uyuni (donde se encuentra el salar más grande del mundo) que nos habían dicho que estaban cotizadísimos y que se empezaban a vender a eso de las 8 en punto.

Así que, tras hacer más de dos horas de cola pasando un frio de c... , ya con Vivu presente (que se había quedado durmiendo hasta eso de las 7:30) el simpatico vendedor de los pasajes nos dice que directo para Uyuni ya no quedaba nada (luego nos enteramos que eso significaba que había que ofrecerle unos bolivianillos para que se fijara mejor), así que tras una corta deliberación decidimos que de todas formas ibamos a tomarnos el tren hasta Tupiza, una ciudad que nos habían dicho que era muy hermosa a tan solo 85 Kms de Villazón.

Solo quedaban los billetes más baratos (que representaban viajar apiñados como ganado en un vagón ) o los más caros (clase ejecutivo le llaman aquí), así que tras vencer una leve resistencia por parte de Vivu que argumentaba que debía ser muy interesante conocer como viajaba la gente humilde en Bolivia, pagamos cada uno nuestros 33 bolivianos (poco más de 3 euros) y adquirimos nuestros pasajes para ir en primera clase a la ciudad de Tupiza.

El viaje representó una experiencia bastante bizarra, pues ibamos en unos asientos excelentes, viendo la primera parte del señor de los anillos y siendo agasajados con un refrigerio consistente en una cocacolita y un sandwich de jamón y queso en un país en el que supuestamente los transportes son una pesadilla.

Ni que decir tiene que nuestros compañeros de vagon eran todos extranjeros, más concretamente israelitas, yankis, australianos, españoles y unos que hablaban en algo así como polaco o ruso (no presté demasiada atención por eso no lo distinguí bien jeje)

Eso si, por muy bueno que fuera el tren, las vias debían ser bastante deficientes , pues en cubrir una distancia de tan sólo 85 kms tardamos más de 3 horas (menos de 30 kms por hora), aunque la belleza del paisaje hizo merecer con creces el esfuerzo de ir en semejante tortuga metálica.

3 comentarios:

Duffman dijo...

3€ un billete en el tren en clase "rica"? y cuanto costaba la de los "otros"? y encima os daban un sandwich y una cocacola, pero si sólo eso cuesta 3€. Son increibles las diferencias económicas entre países.

latinoamericaneando dijo...

No te imaginas hasta que punto ... hoy mismo hemos comido el menú del día en un restaurante: entrada, primer plato, segundo plato y postre por 8 bolivianos (0,80 euros) cada uno.

Anónimo dijo...

Hola Mariquita, por fin saliste de Argentina, me alegra que esteis bien, pero HP ,que no marca de computadora o ordenaror, despues de un año tomando pintas con mi novia y conmigo no distingues el Polaco del Ruso??

Enga un abrazo. Ale y Marietta.