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sábado, 5 de mayo de 2007

Trujillo, estandarte de un pasado colonial


Como visitar el lugar donde se encuentra el Caceres sudamericano nos quedaba un poco a trasmano (esta situado en Brasil, cerca de la frontera con Bolivia) decidimos que en su lugar iriamos a conocer lo Trujillo, que no es lo mismo pero casi jeje (para los no extremeños decir que Trujillo, cuna de Francisco Pizarro, es una poblacion que queda a una media hora en coche de Caceres).


El viaje desde Huaraz por su puesto fue mas largo de lo previsto, esta vez tuvimos una averia mecanica en nuestro bus, por lo que se demoro mas de 14 horas. De todas formas a nosotros nos vino bastante bien pues llegamos a Trujillo cuando ya estaba amaneciendo por lo que no tuvimos que esperar mucho tiempo en la estacion para ir a buscar alojamiento (nunca nos aventurariamos a salir de una terminal de autobuses de noche).

Como la estacion estaba bastante cerca del centro historico nos fuimos caminando en nuestra busqueda de algun lugar que nos sirviera de base de operaciones por lo que tuvimos la gran suerte de llegar a la hermosisima Plaza de Armas de la ciudad cuando todavia no estaba tan infestada de personas como iba a estar unas horas despues lo que nos permitio disfrutar de su belleza casi en la intimidad:



Tras procurarnos un hostalito bastante curioso a un par de calles de distancia de la Plaza de Armas nos tiramos a dormir toda la mañana pq el viaje en autobus nos habia dejado bastante perjudicados. Tras el sueño reparador volvimos a visitar la ya dos veces citada Plaza de Armas, que ahora estaba muchisimo mas concurrida y donde destacaban sobre todos los demas su Catedral y el Monumento a la libertad situado en pleno centro de la misma:



Aunque en realidad toda ella es un espectaculo visual pues el colorido de todos y cada uno de los edificios que la conforman es espectacular:


Tras pasar un buen rato en la Plaza estuvimos recorriendo las calles aledañas a la misma donde cada calle tenia una casa de estilo colonial a cada cual mas hermosa y el doblar una esquina era encontrarte con una nueva iglesia de siglos de antigüedad.


Encantados con el agradable clima que nos permitia estar en manga corta y sandalias nos fuimos a dormir pues al dia siguiente queriamos levantarnos temprano para conocer los lugares arqueologicos cercanos a la ciudad que prometian ser muy interesantes.
A escasos kms de lo que hoy es la ciudad de Trujillo se asentaron dos culturas precolombinas principalmente: La Chimu y la Mochica (aunque nunca llegaron a coexistir en el tiempo, pues la Mochica se extinguio antes del adevenimiento de la Chimu).
La mas importante de las dos, por su tamaño e influencia cultural fue la Chimu, cuya capital fue la ciudad de Chan Chan, que en la actualidad aun tiene el honor de ser la ciudadela de barro mas grande del mundo. Hacia alla nos dirigimos en primer lugar, pero antes de llegar visitamos las dos "huacas" (templos) que mejor han resistido el paso del tiempo de las decenas que se levantaron a las afueras de Chan Chan.
La primera de ellas es la conocida como Huaca del Dragon o del Arco Iris; un lugar de culto a alguna divinidad que todavia no se tiene claro y en la que se han encontrado restos humanos (de niños) por lo que probablemente en el mismo se realizaban sacrificios de personas.




De ahi nos marchamos a visitar la Huaca Esmeralda de la cual no se sabe si fue realmente un templo o el palacio de algun poderoso señor Chimu:



Y tras la visita a esta huaca, previo paso eso si, por el Museo de sitio de Chan Chan ...


... nos fuimos a conocer la propia Chan Chan, que a priori era el plato fuerte de la mañana.
Como ya hemos dicho, Chan Chan es la ciudad mas grande de barro del mundo y una vez que llegas alli te das cuenta de que es realmente gigantesca. La mayor parte de la ciudad esta aun bajo tierra esperando ser restaurada por lo que la mayoria de los turistas que van a visitarla, van directamente al monstruoso complejo conocido como Palacio Tschudi, una enorme fortaleza con muros que en sus dias llegaron a ser de casi 15 metros de altura y que realmente asombra al visitante por su magnitud:





El palacio era ademas un lugar donde los Chimus le rendian culto al agua y en los relieves de sus paredes se podian apreciar perfectamente peces y olas. Ademas en su interior habia un gran lago artificial cuya agua se cree tenia propiedades milagrosas (hoy nadie se atreveria a beberla para comprobarlo).



Como ya hemos repetido, el complejo era realmente grande por lo que estuvimos por lo menos dos horas recorriendolo sin descanso, aunque la espectacularidad del lugar hacia que el esfuerzo valiese con creces la pena:



Una vez dicho adios a nuestros amigos los Chimus fuimos a Trujillo a comer algo, pq esa misma tarde teniamos la intencion de ir a conocer a sus primos los Moches. En Trujillo nos divirtio mucho conocer los curiosos cursos que gustan de realizar por estas latitudes los peruanos:


Y tras recuperar fuerzas con un buen almuerzo pusimos rumbo a las Huacas del Sol y de la Luna, situadas igualmente cerca de Trujillo que las ruinas anteriores pero en la direccion exactamente opuesta.
Cuando llegamos al sitio nos contaron que de las dos la unica que se podia visitar era la de la Luna ya que la del Sol estaba actualmente en fase de restauracion por lo que lo unico que vimos de ella fue su estructura exterior:


Y sin mayor dilacion nos fuimos a concocer a su hermana, la Huaca de la Luna que para nuestra sorpresa resulto ser uno de los lugares mas interesantes que hemos conocido en todo el viaje.


De las dos huacas, esta era la realmente importante para los moches por ser su templo principal y presenta una espectacular forma de piramide, no pq fuese diseñada asi desde el principio, sino pq cada dos o tres generaciones, un nuevo templo se construia sobre el anterior aumentando el ancho y el alto de la construccion global.



Aqui tambien se realizaron multitud de sacrificios humanos, pero no de niños, sino de guerreros. La ceremonia consistia en que una pareja de luchadores peleaba a las afueras del templo (justo en el lugar de la foto que hay justo debajo de estas lineas) y no se sabe si el perdedor o el ganador era sacrificado (y decimos que no se sabe pq al parecer ser morir en esta celebracion era considerado un inmenso honor en los tiempos de la cultura Mochica.


En los dibujos que se aprecian en las paredes podeis observar ademas la descripcion de en que consistia la ceremonia de la que os hablabamos mas arriba.
Encantados con los lugares de que acababamos de conocer pusimos rumbo de nuevo a Trujillo donde al llegar a su Plaza de Armas nos encontramos con la relativa sorpresa (relativa pq ya sabiamos que se celebraba) de toparnos con una multitudinaria procesion de Semana Santa:





Y por si no hubiesemos tenido suficiente ese agotador dia, tras dejar atras a la fervorosa multitud nos metimos en un cine a ver la pelicula 300 ...


... que pese a tener un guion practicamente inexistente nos encanto (sobre todo a mi) por el fantastico espectaculo visual que representa (y claro esta, por toda esa violencia gratuita de Leonidas y compañia masacrando a persas en las Termopilas)
Tras abandonar el cine volvimos a pasar por nuestro lugar favorito de Trujillo: la Plaza de Armas que estaba tan hermosamente iluminada que no nos pudimos resistir a volver a fotografiarla:




Y de ahi a descansar al hostal desde cuya terraza la vista tampoco estaba nada mal:


A la mañana del dia siguiente, el mismo en el que ibamos a abandonar la ciudad en otro "eterno" viaje nocturno, nos dedicamos a pasear nuevamente por las calles de Trujillo, visitando innumerables casas, iglesias y demas soberbios edificios, aunque como por fuera ya os los hemos mostrados vamos a poneros un par de fotos de ellos por dentro:



Y todavia nos dio tiempo para ir a conocer la vecina localidad de Huanchaco con su hermosa playa y donde el que escribe tuvo la suerte de ver por segunda vez las aguas del Oceano pacifico y el tremendo honor de tocarlas por primera:


En Huanchaco pasamos un par de horas largas disfrutando de su belleza y de sus famosisimas balsas de totora ...



y tras almorzar un delicioso sudado de lenguado (que todo sea dicho de paso no le cayo muy bien a Vivu) volvimos por ultima vez a la "ciudad de la eterna primavera" como tb es conocida Trujillo en Peru, donde recogimos nuestros bartulos y enfilamos a la estacion de buses donde nos esperaba el carro que habia de llevarnos a nuestro siguiente destino: Chachapoyas.

jueves, 3 de mayo de 2007

Huaraz y la cordillera blanca

Finalmente el viaje resultó bastante pesado. El autobús que cogimos no era nada del otro mundo y la carretera hasta Huaraz llegaba un punto en que se hacía bastante mala. De cualquier forma, llegamos a la ciudad cuando todavia la luz del sol no se había atrevido a despuntar por encima de las montañas y la primera sensación fue que nuestro viejo "amigo" el frio iba a volver a ser parte importante de nuestro viaje.

Tras procurarnos alojamiento y dormir un poco salimos a conocer la ciudad, de la cual sabiamos por nuestra guía que estaba situada a más de 3000 metros de altitud a los pies de la conocida como cordillera blanca y con una vista privilegiada del nevado Huascarán, la cumbre más alta del Perú con casi 6800 mts sobre el nivel del mar.

El emplazamiento por tanto de la ciudad es de ensueño, todo rodeado de montañas nevadas que cuando las condiciones climáticas son favorables permiten vistas increibles:

Y desde como ya he dicho el Huascaran es perfectamente visible y por tanto fotografiable:

Lamentablemente la ciudad no está a la altura de las circunstancias y es horriblemente fea, claro que gran parte de la culpa de esto lo tiene un terrible terremoto que la azotó en 1970 y que no dejo ni uno de sus edificios históricos en pie, así que todo lo que hay son construcciones nuevas, que además no son ningún alarde de excelencia arquitectónica:

No obstante la gente que va a Huaraz no va a conocer la ciudad, sino que lo hace atraida por los innumerables trekkings que se pueden hacer desde la misma para ir a conocer la cordillera blanca (y tanbién la negra que está un poco más lejos)

Lo que nosotros no sabiamos antes de ir para allá es que no es que fuera temporada baja, es que era temporada profunda debido a que el mal tiempo desaconsejaba hacer muchos de los recorridos y en otros los impedia por completo (por ejemplo, la visita al Huascarán no era posible hasta un mes después de nuestra llegada).

No obstante había una gran variedad de posibilidades de ir a caminar, desde las que te llevaban un sólo día (con la ventaja de que las podías hacer casi todas por tu cuenta), hasta las que te llevaban una semana con necesidad de contratar guias y equipos.

Como estbamos (sobre todo yo) absolutamente podridos de caminar debajo de la lluvia y toda vez que nos habían dicho que el clima en la zona seguia siempre el mismo patrón: amanecia despejado y hacía buen día hasta las 15 de la tarde que indefectiblemente empezaba a llover, decidimos que ibamos a hacer un par de trekkings de un día a visitar un par de lagunas cercanas que por lo que nos contaron en la oficina de turismo eran hermosísimas.

La primera que decidimos visitar fue la laguna de Churup, la cual requería unas 4 horas de ida casi todo el tiempo subiendo y otras 3 horas para volver hasta el punto de partida, así que era una buena paliza para un sólo día.

Al parecer la laguna estaba situada a los pies de un nevado por lo que una vez que llegabas a ella el espectáculo prometía ser genial, así que sin pensarlo dos veces nos levantamos muy temprano y fuimos en taxi hasta la localidad de Llupa desde la que se iniciaba el ascenso.

Y casi sin pensarlo nos pusimos a subir y subir y la verdad es que los paisajes que se abrían ante nuestro avance eran bellísimos:

Lamentablemente, cuanto más subia más se iba nublando y la amenaza de lluvia era cada vez más seria, y eso que era todavía bastante temprano:

De todas formas no dudamos ni por un segundo que ibamos a seguir subiendo hasta que llegaramos a la laguna ya que el camino estaba bastante marcado y no veiamos posibilidad alguna de perdernos ...

... en estas llegamos a un lugar donde el camino desaparecia. Recordamos que el de la oficina de turismo nos había dicho que justo antes de llegar a la laguna había que escalar una pequeña pared pero que no tenía mucha dificultad.

Sin embargo el gringo, único turista con el que nos cruzamos en todo el día, que nos encontramos bajando de la laguna nos dijo todo lo contrario. Nos comentó que estaba bastante complicado subir y que llevaba como 45 minutos hacerlo.

Como había empezado a caer una tímida lluvia incluso dudamos de seguir el camino, pero como luego recordamos que los gringos suelen ser por lo general bastante exagerados al final decidimos seguir ...

... maldita sea la hora. Lo que se suponía había de ser un camino facil se convirtió en tener que ir escalando rocas que además cada vez estaban más resbaladizas por la lluvia. Cuando no había rocas la tierra, cubierta de hierba, era tan blanda y tan resbaladiza que los dos acabamos más de una vez perdiendo el equilibrio y resbalando acabando totalmente llenos de barro por todas partes.

Además el camino en algunos puntos nos obligaba a cruzar por rocas que daban directamente a acantilados pero las mismas tenían bastantes puntos de apoyo por lo que seguimos avanzando.

Y así al final llegamos a la laguna de Churup bajo una fina pero incesante lluvia, con un humor de perros y preguntandonos si habrá alguien por ahi tan capullo como nosotros que nos metemos siempre en estos lios voluntariamente:

A todo esto, la laguna no nos pareció nada del otro mundo, y como el nevado que tenía detras estaba prácticamente cubierto por nubes nos quedó la sensación de que no había merecido la pena todo el esfuerzo para llegar allí ... ¡¡¡¡Y eso que todavía nos sabiamos lo que nos esperaba a la bajada!!!!

No paraba de llover finamente y todo indicaba que en ningún caso la cosa parecia que se iba a despejar sino todo lo contrario, así que tras comernos un par de bocatas para recuperar fuerzas nos pusimos a bajar inmediatamente.

Con el suelo como estaba, la bajada se hizo mil veces más difícil y los resbalones fueron constantes. Pero más que menos fuimos superando todos los obstáculos hasta que llegamos a una de las rocas que antes os comentaba con el acantilado debajo suya y en la que Vivu se deslizó voluntariamente pq según decía estaba segura de que el arbol y unas pequeñas rocas que había abajo la iban a parar sin problemas. Yo que iba detrás y que no había visto nada de eso os juro que cuando la vi caer creí por un momento que se mataba y ante la impotencia de no poder ayudarla lo único que pude emitir fue un grito.

Afortunadamente el árbol la paró aunque a costá de casi sufrir un infarto por mi parte. Yo ni borracho iba a repetir su osadía así que estube casi 5 minutos para cruzar un espacio no mayor a 3 o 4 metros.

Después de estó hubo otros obstaculos que si los pensamos ahora eran bastante peligrosos, pero que después de la experiencia de unos minutos antes nos parecieron un juego de niños.

Cuando por fin llegamos a donde el camino estaba marcado no me averguenza reconocer que rompí a llorar como un niño recordando que por un instante pensé que Vivu no salía de esta, a lo que Vivu respondió tb con llantos y allí estuvimos un buen rato abrazados, llorando y consolandonos mutuamente.

Ya más calmados emprendimos el camino de vuelta sin mayor sobresalto y con la única cosa reseñable de que en la bajada se nos unió un compañero inesperado: un perro que hizo con nocotros las últimas dos horas de camino hasta Llupa y que como premio se llevó unos buenos pedazos de pan:

Por suerte en todo el camino de regreso no nos llovió practicamente nada así que tuvimos la suerte de llegar a Huaraz sin ningún otro percance reseñable. Eso si, tan pronto como el coche en el que viajabamos llegó a la ciudad empezó a caer a diluviar. Y cuando digo diluviar me refiero a lo más parecido al diluvio universal que recuerde haber visto en mi vida:





Tras tan portentoso espectáculo de lo que podía hacer la naturaleza por aquellos lugares y teniendo todavía fresca la experiencia del día decidimos (sobre todo por mi) que al día siguiente le iban a dar por el c... a la otra laguna y que nos pirabamos directamente para Trujillo (una ciudad en la costa) donde nunca hacía frio y rara vez llovia que con una cataratita de estas ya había sido suficiente.

La mañana siguiente nos despertamos con un cielo espectacularmente azul, pero los tímidos intentos de Vivu por ver si cambiaba de opinión e ibamos a visitar la otra laguna no tuvieron el más mínimo efecto y nos fuimos a comprar los billetes para viajar aprovechando la noche hacia Trujillo (otras 10 horas por cierto nos dijeron)

Camino de la terminal nos encontramos con la sorpresa de cruzarnos con una procesión de Semana Santa, que llevaba una imagen de Cristo en peregrinación hacia una de las iglesias del pueblo:

Ahí estabamos haciendo las fotos de rigor pa cumplir el expediente, sobre todo yo, que como la mayoría ya sabeis no soy muy devoto de estas manifestaciones de fervor religioso, cuando de repente me parece divisar algo raro en la estampa. Afinando la vista me doy cuenta de que lo que veo es real y por supuesto me meto entre la multitud casi a empujones a hacer una foto de lo que me llama tanto la atención (sobre todo por los fieles lectores del blog jeje)

Efectivamente, la imagen no es cargada por personas como en la mayoría de procesiones de España (al menos las pocas que yo recuerdo) , ¡¡¡¡sino que va lomos de un burro!!!!

Hasta el mismísimo altar que metieron al burro en la iglesia con el Cristo a cuestas. Por supuesto hubo bendición y ovaciones para el burro cuando termino su tarea y por supuestísimo tb que no pude dejar pasar la ocasión de fotografiarme con tan importante personaje de la celebración (Vivu por razones que sólo ella conoce dejo pasar tan magnífica oportunidad):

Y de ahí nos fuimos a lo único que merecia la pena visitar de la ciudad, el parque lítico de figuras antropomorfas (humanas) que según nos dijeron (y no tenemos pq poner en duda) es el más grande de Sudamérica (¿o era de todo el mundo?

Y con esto y un bizcocho hasta esa tarde a las 20 que teníamos que tomar el autobús que nos había de llevar a latitudes más agradables en lo que al clima se refiere.